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La complejidad como camino: la UNAM convoca a pensar soluciones desde la interdisciplina

En el marco del Simposio de la Cuarta Semana de la Complejidad, con motivo del décimo aniversario del Centro de Ciencias de la Complejidad (C3), el rector de la UNAM, Leonardo Lomelí Vanegas, hizo un llamado a abordar dos de los desafíos más urgentes que enfrenta la Universidad: la salud mental y la seguridad integral.

Durante su intervención, Lomelí subrayó que estos retos requieren una mirada amplia y articulada, capaz de reconocer las interconexiones entre lo económico, lo social, lo cultural, lo psicológico y lo tecnológico. “Son temas que exigen poner lo mejor de nuestros saberes y experiencias para encontrar soluciones”, afirmó.

El rector destacó el papel del C3 como un referente en la investigación transdisciplinaria y la colaboración científica, y celebró su contribución a la generación de conocimiento de vanguardia. “La Universidad Nacional es una institución viva, en constante renovación”, señaló.

Por su parte, María Soledad Funes Argüello, coordinadora de la Investigación Científica, recordó que el C3 nació de la convicción de que los problemas del siglo XXI no pueden resolverse desde una sola disciplina. “La ciencia de la complejidad nos enseña que los sistemas evolucionan cuando reconocen su interdependencia. Así también la Universidad avanza cuando entiende que su fuerza está en el vínculo entre sus partes”, expresó.

Xavier Soberón Mainero, coordinador general del C3, explicó que el Centro busca desarrollar nuevas formas de investigación, aprovechando herramientas computacionales y de análisis de datos para abordar problemas complejos. Entre sus líneas de trabajo destacan el modelado de epidemias, la neurociencia de la cognición, los conflictos socioambientales y los procesos de aprendizaje.

Alejandro Frank Hoeflich, investigador emérito y fundador del C3, enfatizó que “la complejidad no es una moda ni un lujo intelectual, sino una ética del conocimiento para tiempos interdependientes”. Añadió que la colaboración es “la inteligencia de lo múltiple”, y que la UNAM debe seguir siendo una semilla viva de transformación científica y humanista.

A lo largo de estos diez años, el C3 se ha consolidado como un nodo estratégico de pensamiento complejo, un espacio donde convergen la ciencia, la educación y la ética para construir soluciones colectivas. Su labor demuestra que la Universidad aprende de sí misma cuando se abre al diálogo entre disciplinas, reconociendo que los desafíos actuales exigen pensamiento crítico, creatividad y trabajo colaborativo.

La UNAM recuerda que el C3 es un espacio de encuentro donde científicos, artistas, humanistas y técnicos de diversas entidades universitarias colaboran para enfrentar, con un enfoque integrador, desafíos transdisciplinarios de relevancia nacional. Como se señala en su presentación institucional: 

“Con la creación del C3, la UNAM busca apoyarse en su enorme capital científico y técnico para integrar el rigor y el espíritu inquisitivo que caracterizan a la investigación científica, a la búsqueda de soluciones para los complejos desafíos que enfrenta el país.”

La píldora

A 100 años del natalicio de Luis Miramontes, su legado científico y social sigue vigente. Los impactos positivos del control del crecimiento poblacional no siempre se mencionan al hablar de la píldora anticonceptiva femenina. Sin embargo, ese fue uno de los grandes aportes del ingeniero químico Luis Miramontes, científico de la UNAM que en 1951 sintetizó la noretisterona, molécula base del primer anticonceptivo oral del mundo.

Durante su participación en el ciclo La Ciencia más allá del Aula, organizado por la Facultad de Química, el investigador universitario Octavio Miramontes Vidal, hijo del reconocido científico y miembro del Instituto de Física, recordó que su padre fue un visionario que comprendió las consecuencias de un crecimiento descontrolado de la población.

Es de resaltar el hecho de “Algunas proyecciones consideran que para 2100 el número de habitantes del planeta alcanzará un punto de estancamiento. Sin la existencia de la píldora anticonceptiva, ese número se habría duplicado”, advirtió.

Miramontes Vidal destacó que su padre solía reflexionar sobre los riesgos de un aumento poblacional sin control: “Si la población creciera desbocadamente, sin ningún control, pondría en riesgo el acceso a los recursos naturales y generaría tensiones que desembocarían en conflictos y guerras”.

La síntesis de la noretisterona se considera una de las mayores contribuciones científicas de México en el siglo XX, pues dio origen a un método que transformó la salud sexual y reproductiva de millones de personas.

El primer anticonceptivo oral permitió que las mujeres decidieran cuándo, cómo y con quién tener descendencia, además de abrir oportunidades inéditas en la educación, el trabajo y la participación social.

“Gracias a este avance, las mujeres pudieron insertarse en diversos sectores profesionales —uno de los más emblemáticos, la aviación comercial—, y hoy las mujeres ocupan puestos de liderazgo en universidades, empresas, parlamentos y gobiernos, incluso en la Presidencia de la República”, subrayó Miramontes Vidal.

El académico recordó que el químico Carl Djerassi, quien compartió la patente con Luis Miramontes y George Rosenkranz, reconoció en sus memorias que jamás imaginó el impacto que tendría aquel compuesto: “Ni en mis sueños más salvajes pensé que se utilizaría como anticonceptivo y menos aún que cambiaría al mundo”, escribió.

En el marco del centenario del natalicio de su padre, Octavio Miramontes evocó los orígenes del científico nayarita, nacido el 16 de marzo de 1925 en Tepic. Hijo de María Esther Cárdenas Aréchiga y Candelario Miramontes Briseño, fue criado por su madre y su tía María Dolores Cárdenas Aréchiga, maestra rural que impulsó su curiosidad científica.

“La tía Lola lo educó tempranamente y lo inspiró a ser un inventor y un científico”, relató el físico universitario.

El joven Luis Miramontes llegó a la Ciudad de México en 1942 para estudiar en la Escuela Nacional Preparatoria No. 1, y más tarde cursó la licenciatura en la Escuela de Ciencias Químicas y el doctorado en el Instituto de Química de la UNAM.

Entre 1950 y 1954 participó en una verdadera revolución científica en la empresa mexicana Syntex, donde trabajó como investigador y jefe de procesos. Fue ahí donde sintetizó la primera molécula sintética con acción anovulatoria, capaz de inhibir la ovulación. En 1956, la compañía obtuvo la patente que dio origen a la píldora anticonceptiva.

Syntex concedió la licencia a empresas farmacéuticas en Estados Unidos, Alemania, Suiza y Holanda. Sin embargo, su comercialización enfrentó resistencia de grupos conservadores, especialmente de la Iglesia católica. La primera píldora en salir al mercado fue Enovid, de la farmacéutica Searle, en 1960.

Para Octavio Miramontes, la hazaña científica de su padre no solo transformó la medicina y la planificación familiar, sino que empoderó a la mujer y cambió la estructura social del siglo XX.

“Mi padre siempre fue puma y siempre creyó en la ciencia al servicio de la humanidad. Su legado continúa inspirando a nuevas generaciones de universitarios que entienden que la ciencia también puede cambiar el rumbo de la historia”, concluyó.

UNAM lanza encuesta pionera para atender la salud mental de sus estudiantes

La Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) ha dado un paso decisivo en la promoción del bienestar emocional y psicológico de su comunidad estudiantil con el lanzamiento de la Encuesta Universitaria de Identificación de Necesidades de Atención a la Salud Mental y Psicológica, disponible en línea desde el 27 de octubre y hasta el 28 de noviembre.

Esta iniciativa forma parte del Programa Universitario de Cuidado y Apoyo para la Salud Mental, y representa una respuesta innovadora ante una de las problemáticas más apremiantes de las sociedades contemporáneas: la salud mental.

El objetivo principal de la encuesta es detectar de manera temprana las necesidades de atención psicológica entre estudiantes de todos los niveles educativos. A través de un tamizaje integral que evalúa aspectos como ansiedad, depresión, consumo de sustancias, estrés postraumático y déficit de atención, se busca canalizar a quienes lo requieran hacia servicios personalizados y oportunos.

El diseño metodológico y el cuestionario fueron desarrollados por especialistas de la Facultad de Psicología y del Comité Técnico para la Atención de la Salud Mental, en colaboración con el Instituto Nacional de Psiquiatría. La Dirección General de Atención a la Comunidad fue responsable de la creación de la plataforma digital que aloja la encuesta, disponible en: http://www.saludmental.unam.mx.

Este esfuerzo se suma a otras herramientas desarrolladas por el mismo equipo, como la aplicación Mi salud también es mental, utilizada durante la pandemia de COVID-19, y el módulo de salud mental del Examen Médico Activo. Con estas acciones, la UNAM consolida un modelo pionero de prevención, atención y seguimiento en salud mental, basado en ciencia, tecnología y colaboración institucional.

A partir del 14 de noviembre, la plataforma también ofrecerá recursos digitales autogestivos, como infografías, videos y herramientas para el manejo del estrés, mejora del sueño, consumo de alcohol y apoyo académico. Estos materiales permitirán a los estudiantes monitorear su bienestar y acceder a acompañamiento continuo.

Con esta estrategia, la UNAM no solo responde a una necesidad urgente, sino que también se posiciona como líder en el desarrollo de políticas universitarias enfocadas en la salud mental, colocando el bienestar de sus estudiantes en el centro de su misión educativa.

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