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Instituto de Investigaciones en Ecosistemas y Sustentabilidad (IIES) de la UNAM

La sustentabilidad no es una moda; implica bienestar e igualdad

La sustentabilidad es altamente coincidente con los Objetivos de Desarrollo Sostenible, impulsados por la Organización de las Naciones Unidas e implica bienestar, igualdad de género y oportunidades, eliminar las diferencias –sobre todo en México–, se relaciona con el derecho a contar con un ambiente sano que se retroalimenta con las sociedades, contar con espacios adecuados y ciudades ordenadas, entre otros factores, indica Diego Rafael Pérez Salicrup, director del Instituto de Investigaciones en Ecosistemas y Sustentabilidad (IIES) de la UNAM.

Diego Rafael Pérez Salicrup, director del Instituto de Investigaciones en Ecosistemas y Sustentabilidad (IIES) de la UNAM

Agrega que la sustentabilidad no es una moda, no es una aspiración, la debemos tener como un objeto de estudio que se puede investigar y transmitir a la sociedad para llegar a niveles cada vez más altos de bienestar, por eso es importante la investigación que se hace en este Instituto. Hay que proyectarla a nivel nacional y ser un ejemplo internacional, sostuvo el director quien recientemente inició su segundo periodo (2023-2027) al frente del IIES.

El especialista en ecología de fuegos detalló que ahí se trabaja en ámbitos relevantes como manejo de plantas, entendimiento de procesos vegetales, uso de biocombustibles y educación ambiental; se busca reducir la edad promedio del personal de la institución.

Entre las líneas de estudio que se impulsarán está la ecología y sustentabilidad urbana, a partir del punto de vista arquitectónico o geográfico y de entender procesos ecosistémicos que ocurren en sistemas urbanos generados por los humanos, que deben revisarse en sus dinámicas para llevar a una integridad ecosistémica que permita el bienestar de las poblaciones.

Otro tema relevante es la historia socioecosistémica, la historia ambiental, estudiada desde la formalidad académica, que permita fortalecer el trabajo de expertos en ciencias sociales, con una visión interdisciplinaria que lleve a la sostenibilidad.

Necesitamos agua para sobrevivir y hacer prácticas más sustentables, es un tema que toca muchas aristas y ese es uno de los retos que tenemos en el Instituto: cómo hacer que una persona que tiene formación en sociales y una que trabaja ingeniería hídrica se comuniquen y generen hallazgos que no se encontrarían en cada una de estas disciplinas actuando por separado, aseguró.

A lo anterior se suma el desarrollo de ecotecnologías. Si bien se efectúa en el Instituto este tipo de trabajo -se cuenta con un investigador y dos becarios por México- es importante incluir a más personal en esas áreas, que planteen nuevas propuestas para aplicarlas en la sociedad, destacó Pérez Salicrup.

El Instituto de Física tiene potencial para ampliar su vinculación con universidades, gobierno e industria

Uno de los objetivos principales como directora del Instituto de Física (IF) de la UNAM, Mercedes Rodríguez Villafuerte, es fortalecerlo y lograr que mantenga su liderazgo de investigación en física fundamental y aplicada, son algunas de las metas de Mercedes Rodríguez Villafuerte.

En este sentido, destacó que el IF tiene una tradición de 85 años, goza de amplio reconocimiento nacional e internacional; además, por el número de sus investigadores, 116, se encuentra en el primer lugar dentro del Subsistema de la Investigación Científica de la Universidad Nacional.

Instituto de Física de la UNAM

Durante su gestión, una más de las estrategias que emprenderá será establecer vínculos con la industria, el gobierno y otras instituciones de educación para prestarles servicios. “Tenemos la capacidad de hacerlo; algunos de nuestros laboratorios ya están certificados, lo cual nos permite brindar calidad y confianza”.

Los laboratorios que cuentan con la certificación ISO 9001 “Sistemas de Gestión de Calidad” son: el Laboratorio Nacional de Espectrometría de Masas con Aceleradores (LEMA); el Laboratorio Nacional de Ciencias para la Investigación y Conservación del Patrimonio Cultural (LANCIC); y el Laboratorio de Refinamiento de Estructuras Cristalinas (LAREC), que ofrecen servicios analíticos de caracterización de materiales diversos como productos farmacéuticos, biobasados, cementeros, pigmentos y colorantes, polímeros, alimentos, entre otros. La idea, dijo, es avanzar en esas certificaciones, aspecto que permitirá ampliar la oferta de servicios como vía para conseguir recursos extraordinarios, que a su vez reditúe en proporcionar mantenimiento o mejorar el equipamiento del Instituto.

En el IF se investiga desde lo más pequeño, como las partículas elementales, hasta lo más grande, el Universo. “Cubrimos todas las escalas posibles que podemos estudiar en la naturaleza; algunos investigadores se han insertado en áreas de investigación ya consolidadas, y otros en nuevas y ambiciosas líneas de investigación. De ese modo enfrentamos el reto de identificar hacia dónde queremos seguir”.

Rodríguez Villa apuntó que en la formación de recursos humanos se hace un excelente trabajo en la docencia y dirección de tesis en la licenciatura, en carreras como física, física biomédica o ciencias de la tierra, y otras como ingeniería o química. Mientras, en posgrado, puede haber mejoras y participar en más programas además de los de ciencias físicas y ciencias e ingeniería de materiales. “Tenemos una capacidad enorme, una planta académica de tan alto nivel que podemos tratar de vincularnos con otros posgrados, como el de ciencias de la sostenibilidad o astrofísica”.

Amenazas globales afectan a los océanos

Oceanos

Los pronósticos climáticos indican que el estrés por calentamiento del mar comenzará a ser más agresivo en los años por venir en la región del Caribe mexicano, zona que había estado relativamente protegida de este tipo de fenómeno, de acuerdo con Lorenzo Álvarez Filip, investigador del Instituto de Ciencias del Mar y Limnología (ICML), Unidad Puerto Morelos, de la UNAM.

El científico explica que desde finales de la década de los 90 del siglo pasado se comenzó a observar en la costa del Pacífico que los eventos de incremento de temperatura extrema eran un problema asociado al fenómeno del Niño, además había años donde el aumento calentaba de manera alarmante el mar, provocando la muerte de colares a escalas considerables.

“En el caso del Caribe mexicano había estado relativamente protegido, donde el calor intenso no se había dado, pero lo que los pronósticos dicen, y lo que estamos viendo en los últimos años, es que ese estrés empezará a ser mucho más agresivo en estos años y los que vienen porque el planeta se sigue calentando, la temperatura sigue subiendo y sitios donde no había esta amenaza comenzará a verse”, estos pronósticos incluyen olas de calor más frecuentes, cuya tendencia observaría un incremento de 1.5 grados centígrados en la región del Caribe para 2100.

El principal reto es el crecimiento acelerado del desarrollo costero que origina la contaminación del acuífero de agua dulce bajo la Península de Yucatán, donde los ríos subterráneos fluyen hacia las costas, llegan al mar, a los arrecifes y causan gran cantidad de problemas, detalla.

A partir de 2008, la Organización de las Naciones Unidas promueve el Día Mundial de los Océanos, a celebrarse el 8 de junio, para recordar al mundo que cubren más de 70 por ciento del planeta, son fuente clave de la vida, sustento de la humanidad y el principal productor de proteínas para más de mil millones de personas, además de generar, al menos, 50 por ciento del oxígeno.

Álvarez Filip enfatiza que se trata de ecosistemas importantes para la biodiversidad al albergar gran cantidad de especies y organismos, y necesitan de más apoyo porque registran 90 por ciento de las grandes especies marítimas de peces mermadas y 50 por ciento de los arrecifes de coral destruidos; es decir, se extrae más de lo que el Océano puede reponer.

Pese a existir Áreas Naturales Protegidas, en el caso de los arrecifes existe demasiado turismo, buceo, pescadores quienes realizan actividades de snorkel. Aunado a ello están las amenazas globales como el aumento del nivel en los océanos debido al cambio climático.

A lo anterior, argumenta Álvarez Filip, se suma que no se cuenta con los recursos humanos, económicos ni tecnológicos necesarios para operar de manera eficiente.

El compromiso para preservar las cosas es muy grande, debe haber responsabilidad gubernamental en diferentes niveles porque al final es donde fluye el dinero, las políticas que tenemos, las decisiones de grandes planes sexenales que afectan los sistemas naturales. También colaboración de la sociedad, que se dé cuenta que dependemos de la naturaleza y de los servicios de estos ecosistemas, concluye.

Continúa Carlos Amador Bedolla al frente de la Facultad de Química

Para enfrentar los próximos retos, la comunidad que integra la Facultad de Química (FQ) de la UNAM necesita de la comunión, el acuerdo y el trabajo de todos, consideró Carlos Amador Bedolla, al tomar posesión como director de esa entidad académica para un segundo periodo (2023-2027).

La designación de Amador Bedolla representa un voto de confianza a su programa de trabajo que presentó y un reconocimiento a su primera gestión, afirmó el secretario General de la Universidad Nacional, Leonardo Lomelí Vanegas, al darle posesión del cargo.

Carlos Amador Bedolla es doctor en Fisicoquímica por la UNAM. Realizó estancias posdoctorales y sabáticas en Cleveland, Berkeley, Santiago de Cuba y Harvard.

Carlos Amador Bedolla

Es Profesor Titular C de Tiempo Completo definitivo de la FQ. Posee el estímulo PRIDE categoría C. Pertenece al Sistema Nacional de Investigadores, nivel III, fue jefe del Departamento de Física y Química Teórica; secretario académico de Docencia; responsable de los planes de estudio actuales de las cinco carreras en la FQ; secretario académico de Investigación y Posgrado y consejero universitario.

Con 41 años de labor académica, su experiencia docente incluye 40 materias distintas en más de 140 cursos; ha publicado decenas de artículos de investigación y de difusión; es autor de “La huelga del fin del mundo” (Planeta, 2000); “El mundo finito: desarrollo sustentable en el siglo de oro de la humanidad” (FCE, 2010); y su trabajo es ampliamente citado entre la comunidad científica.

Dirigió un proyecto de investigación multidisciplinario sobre celdas fotovoltaicas orgánicas; y codirigió un proyecto de almacenamiento de energía en baterías de flujo y celdas de combustible. Su actual investigación se centra en la predicción de propiedades químicas de moléculas orgánicas para aplicaciones en sistemas de energía.

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