Clara Jusidman / La Silla Rota
Qué pena. Partió la Maestra Ifigenia Martínez una bella e inteligente mujer, admirada por muchos y muchas, pionera de varias batallas, gestora de diversas rupturas y quien a muy temprana edad, demostró y luchó contra la gran desigualdad en el país.
Una mujer que nació en 1925 y que ya a la edad de 25 años, en una primera etapa de su larga vida, empezó a participar en la vida pública primero en posiciones importantes en el gobierno federal, incluso en áreas financieras, generalmente dominadas por hombres. Posteriormente ocupó puestos diplomáticos y partidarios. Destinó varios años a lainvestigación y a la docencia. Ocupó la dirección de la Escuela de Economía de la UNAM en 1967. Siguió su carrera como legisladora y en la política.
Ella creía en la ideología social de la Revolución Mexicana y de la Constitución del 1917.Con sus investigaciones teóricas, como servidora pública y legisladora contribuyó a una etapa de la vida nacional donde el país se industrializó y la economía alcanzó altas tasas de crecimiento y de generación de empleos. Eran los gobiernos del PRI que se preocuparon por la modernización del país y por el bienestar de la población con la creación de servicios urbanos, de educación, salud y protección social.
Por ello, oponiéndose a los cambios adoptados por el gobierno de Miguel de la Madrid hacia el neoliberalismo ante la crisis de 1982, junto con Cuauhtémoc Cárdenas, Porfirio Muñoz Ledo y Rodolfo González Guevara crearon la Corriente Democrática del PRI.
La elección de Carlos Salinas como candidato a la presidencia motivo su salida de ese partido para pasar a lo que podría considerarse como una segunda etapa de su vida: su activa y lúcida participación en el cambio democrático y en los partidos y gobiernos de izquierda.
En los últimos años su presencia y participación fue más testimonial en diversas actividades legislativas. Habían sido muchos años de una intensa actividad en favor de México y de su población.
Estaba por cumplir cien años. Su familia preparaba un gran festejo, pero su salud se había venido mermando desde hacía varios meses.
Fue realmente doloroso verla llegar al Palacio Legislativo en silla de ruedas y con tanque de oxígeno. En la ceremonia no podía sostenerse, leyó con dificultad las instrucciones para abrir la sesión del Congreso y no pudo pronunciar el discurso que tenía preparado dondereiteraba la importancia de la lucha por la justicia, la igualdad y por una democracia plena tendiendo puentes entre todas las fuerzas políticas para construir juntos un país más justo y solidario.
La pregunta es en qué país vivimos que una persona como ella -servidora pública ejemplar,investigadora, maestra, legisladora, demócrata- en su estado de salud, tuvo que ser parte de una tumultuaria escena teatral, montada por los expertos en propaganda y manipulación de masas, para alabar a su líder y mostrar al mundo el nivel de sometimiento en que se encuentran las y los legisladores, supuestos representantes del pueblo.