¿Dados cargados la selección de congresistas?

Autor Congresistas
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No es un asunto de menor importancia política que el senador Ricardo Monreal Ávila anunciará que no participará en la selección de los congresistas de Morena que tendrán la responsabilidad de seleccionar al candidata o candidato a la Presidencia de la República.

La respuesta en el aire y se juega águila o sol y no un ardid

Y no lo es porque es uno de los fundadores de Morena, es dueño de una larga y experimentada política, actor importante en la construcción de reformas constitucionales por unanimidad, reconocido protagonista en la elaboración de acuerdos entre distintas fuerzas política y como remate asumido como aspirante a candidato presidencial de Morena del presidente Andrés Manuel López Obrador, pero además el único que cuenta con un programa o proyecto de Nación.

Y es que hoy que los morenistas están ocupados en la ruta de la celebración de la selección de los congresistas nacionales, en un contexto que provoca una serie de reflexiones en torno al ejercicio de una gobernanza democrática, de la continuidad de un proyecto y de resultados del ejercicio y calidad de nuestra democracia, incluyente y transparencia, despuntan dos aspirantes exigiendo condiciones de equidad, además de Ricardo Monreal Ávila y Marcelo Ebrard Casaubón.

No está de más que los ciudadanos nos orientemos a reflexionar sobre si se orienta el proceso a fortalecer la democracia interna que la sociedad empieza a demandar de parte de los paridos y gobiernos ¿Esquivaran los morenistas radicales los riesgos de fractura garantizando las condiciones de una competencia con el suelo parejo? ¿Hay condiciones para una elección democrática al interior no sólo de presidente o presidenta de la república sino de senadoras, senadores, diputadas y diputados federales? ¿Hoy está en la mesa el dibujo distrital la organización electoral de cara a las reformas del INE y alineada a los programas sociales?

¿Y qué hay también sobre el proyecto o programa de un gobierno democrático? La selección de los congresistas de Morena nos concierne a todos.

Recordemos que los congresistas tendrán como responsabilidad decidir sobre el método de selección del candidato o candidata presidencial y hay suspirantes que se han quejado de que no está el suelo parejo. ¿Qué tanta disposición hay en Morena para evitar los evidentes socavones que apuntan a una elección tomada para 2024 desde Palacio Nacional?

Hay aspirantes a los que deliberadamente se les excluye y se les obstaculiza negando condiciones de equidad en la contienda. El ejercicio del favoritismo está a la vista y ello hace preguntarnos sobre el perfil y las cualidades que deben reunir los candidatos además del no mentir, no engañar, no robar al pueblo.

Ya acostumbrados a inclinarnos por la vía de la legitimidad del número que arrojan encuestas, sondeos a mano alzada, o a una narrativa monopolizada o a más de las bendiciones desde un poder central, los morenistas empiezan con olvidar que la legitimidad también se reafirma con la rendición de cuentas, con la transparencia y las observaciones puntuales de la constitucionalidad, la aplicación de la ley y combate a la a la impunidad, esto no es discurso sino exigencia.

Hoy los saboreos de un partido hegemónico y de la tradición del control político derivado de los tradicionales goznes del poder político no salvan de las tentaciones absolutistas, al contrario, anulan esas prácticas pasadas apoyadas en un espectáculo mediático y bajo los registros de masivas movilizaciones como expresiones de fuerza.

En tres años quedó evidencia de la falta de nuevas señales democráticas y de la erosión de la funcionalidad de los mecanismos de gestión con la que contaban los gobernados como respuesta a sus derechos y necesidades.

Dos candidatos con sobrada experiencia política han mostrado su desacuerdo por las evidencias de la existencia de condiciones y la presencia de dados cargados en la elección y selección presidencial. Dos aspirantes han apuntado sobre las condiciones de lo que puede ser un proceso de democratización interna de la vida partidaria. De un ejercicio procedimental que incluye la dinámica de la identificación popular, adopción de las reglas y ejercicio que dan cimientos a un movimiento para reafirmar la institucionalidad de un partido, hay que erradicar de la imaginación las tendencias a una reelección.

¿Qué falta en el proceso de la elección de los congresistas que formará una estructura cuya responsabilidad y misión no es otra que dar marcha hacia adelante a un procedimiento amplio, democrático y de base para definir el método para elegir a un candidato o candidata presidencial con una agenda incluyente y clara?

En este escenario político electoral en el que se observa la tendencia al cambio de las reglas electorales, la inclinación a desaparecer al Instituto Electoral (INE), por la violación de las reglas y sentencias electorales, que apunta sobre nuevas distribuciones del poder político, organización de la representación del Congreso federal, de los congresos locales, de los ayuntamiento, a la falta de la representación de los paridos y de sus colonización por grupos y familias, con su crisis de identidad, con qué oferta se identifica Morena para construir una unidad política incluyente y representativa, sustentada en el diálogo y deuda democrática entendida como derechos humanos.

Nadie puede ser excluido de la deliberación pública pero no debemos dejar de denunciar las tendencias a la exclusión en las que hacen falta definiciones e información para decidir.

¿Y dónde queda hoy el hartazgo de una buena franja de la sociedad ante la falta de resultados de una gobernanza excluyente que privilegia señales de un rumbo difuso, sin planeación y amarrado al espectáculo político que ofrece una estrategia de comunicación montada en una sola voz y un coro selectivo de voces, sin responder a un diálogo circular?

Con un proceso tendencioso de selección de congresistas y la exhibición de posiciones radicales de las dirigencias no podemos descartar que hay condiciones para pensar que transitamos hacia una coalición política de incalculables proporciones tanto para el partido en el poder como también para los partidos de oposición y del que los simpatizantes y electores que exigen el derecho de ejercer una elección informada que no es otra cosa que la decisión sobre quin será y cómo gobierne.

En la antesala de la elección de los congresistas hay que rescatar las declaraciones del senador Monreal Ávila, coordinador del grupo Parlamentario de Morena y presidente de la Junta de Coordinación Política, en el sentido de que se abstiene de participar en el proceso “por respeto y solidaridad con los fundadores y militantes que fueron excluidos del proceso interno de Morena”.

Monreal apunta hacia la representación e identificación en el centro de una crisis que hoy viven los partidos, los gobiernos, identificando los grados de convulsión interna que pueden urgir por un lado a la construcción de una oposición, que destaque la vía de la democratización y eviten el resquebrajamiento del sistema político sin tener claro las alternativas democráticas ¿Se va en la rutade fractura?

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