El anuncio desde el Poder Ejecutivo mexicano y el grupo parlamentario de Morena, en las dos cámaras del Congreso de la Unión, acompañaran una reforma sobre el sistema de pensiones, una reforma clave. Así se disipan finalmente las especulaciones sobre las intenciones de estatizar los ahorros de los trabajadores.
La propuesta nos indica que el tema laboral como el fiscal, los derechos humanos y sociales, la salud y la sustentabilidad ambiental, se ubican en la reflexión de las agendas del Congreso y en el centro del entramado jurídico para atender a las realidades de la nueva normalidad que exige la emergencia del coronavirus, que va apuntalando grandes desafíos.
No podemos dejar de tomar en cuenta que estos asuntos están en la ventanilla del Congreso y también la discusión de un ingreso vital, avalado por esfuerzos del Parlamento Abierto, en ese sentido de la senadora Patricia Mercado de Movimiento Ciudadano (MC) y del Dr. Mauricio Merino de la organización civil, que han reforzado el esfuerzo con interesantes trabajos de teleconferencias con legisladores del continente.
No es exagerado pensar que la idea de que el mundo ya no puede ser igual, explica que hemos arribado a un punto de crisis que ha puesto en el centro de la reflexión el gran desafío que es también la funcionalidad del sistema y para ubicamos en el dilema de la vida o la extinción o medio sobrevivir en el marco del orden democrático conocido.
Un evento en Palacio Nacional, promovido por el presidente Andrés Manuel López Obrador, que reúne la participación de los máximos representantes de la producción, Carlos Salazar Lomelí, presidente de Consejo Coordinador Empresarial (CCE), del senador Carlos Aceves del Olmo representante de los Trabajadores, Mtro. Arturo Herrera Gutiérrez, secretario de Haciendo y de los presidentes de las cámaras de Diputados, Mario Delgado Carrillo y Ricardo Monreal Ávila, presidente de la Cámara de Senadores, aterrizó como debe ser, en un manifiesto de razones y motivos que traducen las ideas, visiones del país y corresponsabilidades sociales que aspiran ser ley.
Se toma el pulso y el horizonte a los primeros impactos de una pandemia global que b ha planteado una serie de condiciones de excepción, y cuyo enfrentamiento ha exigido con crudeza la paralización voluntaria de la economía, lo que ha costado el confinamiento y el distanciamiento social, la desaparición de un porcentaje de la planta productiva, la perdida del empleo, la planta productiva, la erosión del tejido social y no se diga la pérdida de vidas humanas a cuenta del virus.
En su intervención y casi al cierre del importante acto simbólico que anunció la confección de una reforma del sistema de pensiones, la participación del Sen. Monreal Ávila resultó clave y destacada, lo mismo por su gran experiencia legislativa, que por actividad de gobierno y estudios jurídicos, la sensibilidad social y política, todos ellos elementos que se han traducido en importantes acuerdos políticos que han desembocado en leyes aprobadas por unanimidad en la presente LXIV Legislatura.
Si analizamos cuál ha sido la ruta legislativa que ha tenido el Senado de la República en los primeros dos años de la LXIV Legislatura, nos daremos cuenta cuáles han sido las preocupaciones y los criterios que han dominado y seguido en la discusión de los temas de la agenda. Este asunto merece un análisis aparte, a fin de tener muy claro el Estado y el gobierno que se ha venido construyendo y se pretende construir, sin que sea exagerado afirmar que va acompañado con la legitimidad que da la unanimidad legislativa apoyado también en un Parlamento Abierto.
Pero también para el análisis la forma de cómo se han sorteado las tensiones al interior de las partes de un movimiento político como Morena en la Cámara de Diputado. Se han presentado desbordamientos en detrimento de la proyección de su responsabilidad como brazo legislativo de gobierno, lo que no ocurre en el Senado. Y como muestra de ello está la discusión del Presupuesto 2020 y las dificultades en la construcción de dictámenes.
A la vista el grado de las discrepancias en las deliberaciones sobre los nuevos integrantes del Consejo General del INE en dónde un número importante de diputados de Morena, incluyendo a los afiliados al mayor grupo parlamentario se abstuvieron de votar. El radicalismo presente en algunas fracciones de diputados no abona a favor de una alternativa que ha ofrecido como gobierno un cambio de rumbo que es clave.
El presidente de la Jucopo del Senado de la República, Ricardo Monreal, en Palacio Nacional, se refirió a una tendencia que se viene registrado en el mundo y es la posición de “83 millonarios del mundo de nueve países que se autodenominan millonarios para la humanidad, y quienes han expresado al G-20 y a los gobiernos del mundo que les cobren más impuestos y han manifestado la necesidad de un cambio en el orden mundial”.
Las cifras del diagnostico sobre la situación mundial apuntalaría sobradamente lo expresado por los 83 millonarios y por el Sen. Monreal que puso frontera con lo estadístico para privilegiar lo humano, a los derechos humanos y sociales sobre las fantásticas ganancias de un grupo que representa aproximadamente al 1% de la población, sobre miles de millones de seres que conforman el 99% y de estos la mitad experimentan la más absoluta pobreza y marginación.
Si bien parece insólito el anunció de que 83 millonarios de nueve países han expresado que están a favor de la necesidad de arribar a una política de progresividad fiscal, también está a la vista la inesperada tendencia de que encuentran sus razones en una realidad objetiva como es la que presenta la sustentabilidad ambiental y la cauda de pobreza y desigualdad económica que se deriva de un modelo que a todas luces se muestra injusto y desgastado.
El ejemplo que pone en la mesa el senador, nos coloca ante la necesidad de que habrá que empezar a pensar en la forma de cómo hacer válidos los principios de la democracia, los derechos humanos, los derechos sociales ante los criterios del libre mercado o de un mercado y economía con responsabilidad social.
Hoy los desafíos que enfrenta un mundo global en donde son evidentes la falta de un desarrollo y progreso compartido, un proceso gradual e incomprensible de destrucción ambiental, son los acumulados que se traducen en el incremento de la pobreza, la destrucción del ambiente, el avance en el cambio climático y la elevación de la temperatura, contaminación de ríos y mares, la extinción de bosques, selvas y especies animales, lo que nos lleva a una reflexión a profundidad sobre el modelo económico, la moralidad pública, empresarial y social.
Y caminando por las causas y efectos del modelo económico y los resultados de los gobiernos de corte financiero y neoliberal, no es del todo extraño que algunos millonarios, reconocieran sus coincidencias y asumieran con su posicionamiento que no se trata “de un acto de caridad, sino de rebalancear al mundo frente a la devastación económica que el coronavirus, y que esta pandemia ha provocado en el mundo, eso se llama responsabilidad social”, como expresó el senador zacatecano.
El senador como algunos de los presentes y aquellos que seguían la conferencia por la televisión oficial o en las redes sociales, compartieron la posición de los empresarios agrupados en las 12 cámaras que conforman el CCE y los representantes de los factores de poder que lograron un acuerdo que tendrá que traducirse en una nueva ley de pensiones. Ello tras una discusión incluyente, plural, abierta y representativa que tendrá que darse en las dos cámaras de Congreso, pues no basta con un acto de voluntad.
En el discurso del presidente de la Jucopo del Senado se deslizaban las preocupaciones sobre el cambio climático, la sustentabilidad ambiental del desarrollo y la economía, los pasivos laborales, la educación superior y tecnológica, las condiciones para la construcción de fuentes de empleo formal, la reflexión sobre los retos que pesan en los nuevos empleos para responder no sólo a los desafíos tecnológicos sino a los retos que ha impuesto el virus, la seguridad, las exigencias presupuestales y fiscales, la equidad, la información, la transparencia, la competencia económica, la mayor publicidad de las iniciativas de ley y de las leyes, los parlamentos abiertos, las condiciones de igualdad y la sombras del hambre y en la suma los ingresos de los trabajadores, la violencia y los temas de género.
Todo un universo de preocupaciones para un Congreso con temas y problemas de sociedades distintas y componentes de un espejo múltiple fracturado por el antes y después de la aparición del coronavirus SARS-CoV-2. De frente a una epidemia que también puso énfasis sobre nuestros sistemas de salud, de investigación, de producción de insumos médicos, medicinas y formación de médicos, especialistas, hospitales, equipos, pruebas, vacunas y que demandan recursos, el problema es monumental.
Hoy el Congreso atraviesa las exigencias que plantea un nuevo régimen que también exige de la nueva normalidad que impone una pandemia, con reglas claras y nuevas, incluyentes y justas.
Monreal Ávila no dejó pasar el pulso y el diagnóstico del día, de una agenda del Congreso, pero también de su perfil federal, pero igualmente representativa de los distintos sectores sociales y relacionada con los impactos que el COVID ha significado en los distintos grupos sociales. Problemas muy complejos y de naturaleza estructural. Son todos asuntos que influyen en las estructuras legislativas, en el andamiaje del orden y sentido que van incluso más allá de un gobierno y tocan las raíces del Estado.
¿Podremos y hablaremos de un Estado post COVID-19? ¿Nos rebasaran las exigencias? ¿O permaneceremos con el mismo estado de cosas no obstante de las revelaciones que han acompañado una crisis inédita? ¿Una estructura que ya dio de sí para una gobernabilidad democrática?
No pasó por alto la narrativa del repaso de la historia sobre la legislación laboral y se dieron cita hechos como la reforma a la Constitución para crear la Ley del Sistema del Ahorro para el Retiro, la gran expectativa generada con esta ley hace 23 años y el júbilo popular por el arribo del nuevo sistema de los fondos de ahorro para el retiro que desembocó después en un fracaso.
Monreal relató “las condiciones que vive el trabajador al jubilarse con una pensión precaria, insuficiente, raquítica, de entre el 22 y el 30% de su salario último antes de retirarse, hace imposible que viva una vida digna”. Pero también subyace la percepción de que despierta la idea del abandono de un sector importante de nuestra sociedad que genera riqueza aún al costo de su bienestar.
Monreal reconoció la posición del presidente López Obrador, para encarar el proceso e iniciar una eficaz negociación encabezada por Arturo Herrera Gutiérrez, quien ha sido muy eficaz y que ha resultado en un gran trabajo junto con el Sen. Carlos Aceves del Olmo y del Congreso del Trabajo. Dio el paso a los primeros resultados contemplados en la propuesta. A grosso modo se mira que los trabajadores, van de gane y se constata que no serán “más lastimados con esta reforma pues no aportarán nada” sostuvo el senador.
Agregó que no se les pide un esfuerzo adicional y que se exorcizan esos augurios de estatización, nacionalización de los fondos de ahorro de los trabajadores y se aumentan los recursos”. Aseguró Monreal que “son nuevos los recursos que fortalecen al fondo para el retiro” y además que, se incrementa el número de trabajadoras y trabajadores con pensión garantizada, se aumenta la tasa, se reduce la cotización de semanas para aspirar a una pensión”. Y advirtió que tras la reforma bastaría con la cotización de 750 semanas, un promedio de 15 años para quedar garantizada la pensión de el trabajador o la trabajadora.
Comentó que otro factor importante que se vincula al hecho de que el sector patronal –los patrones–, incrementan su aportación de 5.5, que es actualmente, a 15.88 que durante ocho años se irá incrementando paulatinamente hasta lograrlo. Además de que se disminuye la ganancia de las Afores, esto es, las comisiones que no pueden tener una tasa mayor que en otros países del mundo.
El senador se comprometió a seguir la ruta en primera línea de la propuesta de reforma y no escatimó la posibilidad que sobre el tema se realicen reuniones de conferencia entre diputados y senadores, a fin de sacarla adelante con la participación del sector económico y obrero para resolver un problema clave.
Tendidos los puentes y responsabilidades con los distintos sectores de la producción, el congreso, el gobierno federal, el presidente López Obrador, abrió lo que ha llamado un diálogo circular con la prensa, que marcó su propia agenda de interés.