Al margen de la parafernalia electoral, las elecciones del 2021 confirman la vocación democrática de los mexicanos con una participación del 52.6647% de electores a la Cámara de Diputados, según documenta el Instituto Nacional Electoral (INE) y que por el porcentaje se definen como los comicios intermedios o de diputados con mayor participación de electores.
La mirada sobre las elecciones descorren diversos claros, uno, el que Morena amplió su influencia territorial ganando 11 de 15 gubernaturas o que en la ruta a la elección intermedia representada por la Cámara de Diputados y en la Ciudad de México recibió el ahora voto de castigo y por otro el esfuerzo de comunicación nunca antes visto, en el que se empeñó el Congreso federal con la socialización de las tareas legislativas, la promoción de parlamentos abiertos y las políticas de comunicación tendiendo permanentes puentes con la población para construir una cultura legislativa.
Como nunca antes unas elecciones intermedias por la Cámara de Diputados mantuvo tal atracción, una, por parte del Titular del Poder Ejecutivo que advertía que le querían quitar el Presupuesto, pues son los diputados los facultados en aprobarlo y restarle mayoría para emprender reformas constitucionales y por el otro, la creación de una oposición ficticia con una alianza de partidos para detener avances de Morena hecha gobierno.
En México los comicios se han convertido en una fiesta de la democracia en la que se reafirma el que los votos valen y que se premia o se castiga al gobernante. El sufragio de inmediato deriva en resultados como el que seis mujeres ganaran seis gubernaturas que también hablan del número de votos a favor de la equidad que se refleja en 242 escaños en diputados del Congreso federal, y con una mayoría de mujeres en el Congreso del Estado de Jalisco.
Y así van las alegres cuentas en: Campeche ganó la gubernatura por la Alianza de Morena y PT, Layda Sansores con 139,883 votos; en Chihuahua, María Eugenia Campos, PAN y PRD, con 576,176 votos; en Guerrero, Evelyn Salgado, de Morena con 643,814 votos; en Tlaxcala, Lorena Cuéllar con el respaldo del PT y PVEM con 305,468 votos; Indira Vizcaíno en Colima con 67 mil 3 votos y Marina del Pilar Ávila en Baja California con la coalición ‘Juntos Haremos Historia’ integrada por Morena-PT-PVEM con 542,35 votos.
El proceso electoral también lleva un sello, una distinción que se refiere a cinco acciones afirmativas aprobadas por el CGINE y relacionadas con 169 candidaturas a personas indígenas; 37 personas afromexicanas; 31 personas de diversidad sexual; 58 personas con alguna discapacidad y 52 migrantes.
No hay duda que los comicios son historia y fiesta por el porcentaje elevado de su concurrencia a las urnas, pero igualmente por el volumen de su organización de cerca de 25 mil candidaturas en disputa que corrieron con el eslogan de las más grande en la alternancia. También se significan por su complejidad porque lucen y están perfiladas en el horizonte de la virtualidad y de lo presencial, entre la realidad, la telemática o testimonial, el escándalo y la confrontación, impulsadas a la equidad de género, también marcadas por el confinamiento social debido a una pandemia provocada por el COVID-19 y la paralización voluntaria de la economía con las consecuencias de la contracción económica y la perdida de empleo, agregado al decir de los analistas y la movilización de una campaña de vacunación, el tufo de la presencia del crimen organizado y los asesinatos de un a serie de candidatos a presidentes municipales.
El clima
Desde el mes de septiembre, fecha en la que se inició el proceso electoral, prevaleció en la atmósfera de la contienda una sensación de miedo debido a la violencia y una rispidez nacional provocada por la comunicación del gobierno federal y la autoridad electoral, que se mostró con el candidato de Morena al gobierno de Guerrero, Félix Salgado Macedonio, por incumplir requisitos de fiscalización; con el dirigente de Morena, Mario Delgado Carrillo, por el retiro de dos candidatos a gobernadores por el incumplimiento de disposiciones de ley ordenados por el INE, lo que colocó al Instituto en el centro de las controversias, anunciando su posible transformación y la alternativa de la atracción de la celebración de las elecciones de nuevo por el gobierno federal.
Quebró el ambiente de la necesaria unidad de propósitos en la contienda, crispó los ánimos la polarización y la tensión de la confrontación con la advertencia de juicio político a dos consejeros, el presidente del CGINE, Lorenzo Córdoba Vianello y el consejero Ciro Murayama Rendón, presidente de la Comisión de Fiscalización la institución.
Un tema prevaleciente en el ánimo de la competencia y de la alternancia tiene que ver con la reflexión de la educación y cultura de los mexicanos, reservada a la luz de la intuición política pero adquirida en 30 años de democracia procedimental y de alternancia política en el ejercicio del poder público. Hoy en los hechos evidente la importancia de la elección federal por la Cámara de Diputados del Congreso de la Unión, en la que se constata la vocación a la orientación por la división de Poderes, y el que la competencia político-electoral no sólo se desarrolla en una marco técnico de leyes, de prácticas, de actores, de tendencias y actuaciones políticas sino también en la territorialidad de la representación no exenta de pasiones, emociones y ambiciones, por lo tanto requeridas de equilibrios.
Jornada
A las ocho de la mañana se abrió la sesión del CGINE. Era la fecha, el día de la entrega de la autoridad electoral a los ciudadanos y ciudadanas, el traslado de la responsabilidad de los comicios, desde la instalación de casillas, armado de urnas, distribución de boletas electorales, cuenta de votos, levantamiento de actas, responsabilidad a cargo de miles y hasta millones, debido en unos comicios convergentes en el orden local y federal, sin que los consejeros tocaran el polvo de las casillas, resguardados por el cubrebocas, acompañados en la sesión extraordinaria por los representantes de los partidos políticos, legislativos y de la prensa ubicada en una micro plaza a la que no fueron invitados todos los medios del ecosistema de comunicación a la Casa de la Democracia. En marcha una estrategia de comunicación declarativa, reactiva, excluyente, ignorando los derechos a la información de otro nicho o segmento de electores y de medios para privilegiar a los cuates.
En los espacios de la mercadotecnia se celebraban las elecciones más grandes de la historia electoral mexicana, destacando la contienda por 15 gubernaturas, 500 diputaciones a la Cámara de Diputados del Congreso de la Unión, un volumen interesante de 30 congresos locales, 1,923 presidencias municipales, 2,057 sindicaturas, 14,222 regidurías y 2 mil 4 concejales se reafirma la vocación por la democracia de pueblos de México 68,423 casillas básicas.
Se movilizó una población electoral del 52.6647%, porcentaje de un total de 49,151 millones de sufragios de la Lista Nominal de Electores 93’328,771. Cantidad y porcentaje de votantes que adquiere un interesante valor cívico y político que invita a la una lectura dedicada cuando para la población no está del todo claro la importancia de la representatividad de los partidos políticos, acompañada también por desdibujadas funciones, identificaciones y responsabilidades, así al margen las estrategias y programas de educación cívica y cultural superada por ciudadanos y la ciudadanas al reconocimiento del valor de su voto por los resultados en los comicios.
Numeralia
En la cancha de la contienda electoral nacional, perfilados hacia el rumbo federal y local, alineados por antigüedad en la boleta PAN, PRI, PRD, PT, PVEM, MC, Morena, PES, Redes Sociales Progresistas, y Fuerza por México, los tres últimos partidos no lograrán mantener su registro.
También en las regiones de las trasparencias van a la vista los datos sobre el financiamiento público para los partidos políticos nacionales de un total de 7 mil 419millones 497 mil 923 pesos.
Gastos de campaña para Partidos Político Nacionales 1,575’285,638; Financiamiento Público para Candidaturas Independientes: 31’505,713; Tope máximo de campaña para diputados federales: Precampañas 286,422 y Campaña 1’648,189.
Uno a uno desfilan los datos de la organización electoral planeada como la instalación de 162,602 casillas, de estás 68,423 básicas; 84,318 contiguas; 8,996 extraordinarias; y el total de 162 mil 610 especiales. Las entidades que tuvieron una mayor instalación de casillas son: Estado de México con un total de 20 mil 34; Ciudad de México con 13,175; Veracruz con 10,825; Jalisco con 10,208; Puebla 7,860; Guanajuato 7,745; Nuevo León 7 mil 3; Chiapas con 6 469; Michoacán 6,169; Oaxaca con 5,708.
Destacan registrados 19,451 observadores electorales; un Padrón de Electoral con 93’776,029 ciudadanos, entre estos 48’531,777 mujeres y 45’144,252 hombres; una Lista Nominal de 48’462,689 mujeres y 45’065,784 hombres. En cuanto a violencia de género se encontraron 58 personas sancionadas. Otro dato interesante tiene relación con las entidades federativas en las que se han presentado las sanciones: Oaxaca, Veracruz, Campeche, San Luis Potosí, Quintana Roo, Nayarit, Chiapas, Tabasco, Yucatán, Baja California Sur, Hidalgo, Jalisco, Querétaro y Sonora.
Resultados sobre distritos electorales obtenidos: Morena, 64 Distritos con 6’571,127 votos; PAN, 33 Distritos, con 3’828,228 votos; PRI, 11 Distritos, con 2’715,124 votos; PRD, cero Distritos y 248,505 votos; PVEM, 1 Distrito y 992,320 votos; PT, cero Distritos y 538,832 votos; Movimiento Ciudadano, 7 Distritos y 3’430,507 votos; PES, cero Distritos, 1’345,858, votos; RSP, cero distritos, 865,215 votos y Fuerza por México, 1’211,824 votos (Fuente INE).
Alianza: PAN-PRI-PRD: 63 Distritos con 12’575,870 votos (Fuente INE).
Alianza: Morena-PT-PVEM: 121 Distritos y 12’802,391 Votos (Fuente INE).
Escenario
Victorias y derrotas son el fruto natural de la siembra político electoral más grande de la historia que tuvo lugar lo mismo en tierra con el trabajo tradicional de calle, de casa en casa y por aire en radio y televisión con su acento tecnológico y moderno en redes sociales. La intensidad de la elección corrió desde Palacio Nacional y pasó por los gobiernos de los estados y las presidencias de los partidos político de los gobiernos locales.
Quedan en el camino aproximadamente 36 candidatos y 80 políticos asesinados, el número de quejas, impugnaciones y denuncias, el balance de la gestión del primer gobierno de izquierda y abierta la ruta para la sucesión, escenario en el cual que se desvanecerán y emergerán precandidatos, desaparecerán otros y surgirá otro electorado fraguando en las aspiraciones y desafíos que demandan los resultados de una gobernanza democrática.