Claudia Valdés
Con una votación de 35 millones 923 mil 984 votos, Claudia Sheimbaum Pardo alcanzó la Presidencia de la República para el periodo 2024-2030, tras una intensa y larga campaña electoral.
¿Estamos ante la inauguración de un episodio más o de una nueva época para los mexicanos?
Bajo un prisma en que se cimbran los diversos factores del poder, destaca la disciplina de la candidata, la continua intervención presidencial en el proceso y una estrategia electoral de aire y tierra con la mira de alcanzar la mayoría de los más de 20 mil cargos electorales en disputa. También se distingue la lucha de una candidata de oposición de fragua democrática que, no es para menos, obtuvo 15 millones 620 mil 726 sufragios consolidándose, así, en el segundo lugar de las preferencias electorales de los mexicanos.
Los comicios refuerzan la lucha por la Presidencia de la República, que abren una nueva época y no solo por la feminización del Ejecutivo Federal sino por el impacto en la movilidad de las distintas fuerzas políticas, que incluyen su posible desaparición según las matemáticas electorales que arrojan finalmente los tribunales y el cálculo de una participación de 61% de votantes, de un padrón de 98 millones de mexicanos con derecho a participar.
La desaparición más significativa es la del Partido de la Revolución Democrática (PRD), que no alcanzó el 3% de los votos de los mexicanos, como lo exige la ley, para conservar el registro. El PRD, recordemos, fue el partido que llevó a Andrés Manuel López Obrador a la Jefatura de Gobierno de la Ciudad de México en el 2000 y lo hizo su candidato a la Presidencia de la República en 2006, a través de la Coalición Por el Bien de Todos, con el PT y Convergencia.
A la vista de un proceso electoral complejo e intenso, observable bajo la lupa de las normas electorales como forma de elección de candidatos, maneras de financiamiento, tiempos, criterios de paridad, reglas de tres y más, como la marcha de una reforma electoral que no toca en el corazónla justicia para el ciudadano común, el pobre, la pobre, que no contempla esa agenda de los que no alcanzan a pagar un abogado, ni a entender el sistema de justicia.
Los parámetros que buscan que los ciudadanos concurran a las urnas incluyen una estrategia de planeación que representa la celebración, incluso, de los 400 foros de la transformación que, al mismo tiempo, van diagnosticando la problemática del país, el ánimo de los factores de poder y el pulso de la ciudadanía.
Alcanzado el triunfo de la doctora Sheinbaum para la Presidencia de la República, va acompañado de la conquista por parte de Morena de la mayor parte de las gubernaturas, un buen número de los escaños del Congreso de la Unión, Congresos locales y presidencias municipales, que quedan para el estudio. Los factores que han entrado en juego de las candidaturas en las que han competido dos mujeres que llevan como divisa el peso del oficialismo y la nulidad de la construcción de una oposición y la erosión de un sistema de partidos, devastado por su sistema de franquicias.
¿Cuál ha sido el costo preelectoral y electoral de los diferentes episodios del proceso? ¿Cuál fue y cómo permeó la oferta política? ¿Qué decir de los resultados de la violencia expresada en las distintas etapas y de la democracia electoral, que cruza la información para no reducirse en la mercadotecnia política restringida a los grupos de enfoque?
La contienda electoral por la presidencia que ganó la doctora Claudia Scheinbaum y que perdió Xóchitl Gálvez, resume una identidad y una serie de identidades que sin duda debe tomarse en cuenta.
Y he ahí la profundidad de la arena de la Doctora, no llegó sola, llegó con otras.