Miguel Sánchez*
Existe una gran confusión sobre lo que significa la Lista de candidatos y la Representación proporcional, a tal grado que parecieran sinónimos. Me explico: cada vez que se habla de elecciones de tipo plurinominal pareciera imaginarnos que solamente existe un mecanismo de esta naturaleza, que tiene como objetivo llevar a las minorías hacia la representación en las Cámaras legislativas.
Grave error. Existen diversos mecanismos de representación proporcional en el mundo de las elecciones y el de México debe ser de los peores, pues no solo no permite que los ciudadanos verdaderamente ejerzamos el voto para que estas minorías lleguen al poder; sino que únicamente se trata de legitimar las LISTAS que las cúpulas o las élites de los partidos políticos presentan a los ciudadanos y cuyas listas corresponden a personas que quieren proteger con un cargo público, puesto que en realidad no se vota por ellos ni directa ni indirectamente, es una trampa electoral.
La trampa electoral es sencilla de identificar. Los partidos eligen a su entera conveniencia quienes pueden estar en dichas listas sin importar antecedentes, capacidades o afinidades políticas. Se trata de una elección unilateral que realizan a su conveniencia los jerarcas de los partidos puesto que son listas bloqueadas y cerradas. Si, hechas con piedra y lodo inamovibles con el voto del ciudadano, es decir, ningún ciudadano puede influir en el orden ni la integración de la lista partidista. Se podría decir que se vota por el montón que nos ponen pero ni eso.
La segunda parte de la trampa consiste en que no se vota directamente por alguna lista partidista en especial, sino que el voto que se emite por un candidato de los de mayoría y en automático se suma a la lista del partido de ese candidato. O sea, ni siquiera el ciudadano tiene oportunidad de enfocar el voto de la representación proporcional hacia una lista menos peor, considerando que dichas listas siempre están conformadas por candidatos por los cuales no votaría ni siquiera su progenitora, así que los ocultan y les dan poder, protección contra la justicia, o continuidad a través del único camino disponible, la vía plurinominal.
Efectivamente, quienes entran por la vía plurinominal no hacen campaña que los ponga en riesgo frente al electorado, no se toman esa molestia; ningún tipo de esfuerzo físico de por medio. La única gracia es formar parte de las dirigencias partidistas o amigo de ellas para integrar las listas y sentarse a esperar a que los porcentajes tomados indebidamente de los votos de los candidatos que si hicieron campaña en sus distritos los favorezcan.
No es que el sistema de representación proporcional sea malo o no sea democrático, depende de la forma de cómo se instrumente. Cuando el sistema permite que se vote de manera directa por las listas o incluso por candidatos que pueden tener movilidad en el orden en que fueron inscritos, como se hace en la mayoría de los países desarrollados en la materia electoral, si se permite que los ciudadanos elijan y no únicamente que voten con listas abiertas y movibles, estamos entonces ante la presencia de una real representación proporcional, que incluso hace la diferencia entre electores y votantes.
En nuestro sistema político estamos acostumbrados únicamente a ser votantes, nunca influimos en los candidatos que son electos exclusivamente por los partidos políticos, nunca somo electores reales, lo único que nos queda es votar cuando podemos por los candidatos que nos ponen los partidos; por eso es mas grave cuando ni siquiera los votamos, como es el caso de la representación proporcional, cuyo voto se adquiere de otro voto que va enfocado a un candidato en particular; muy diferente sería que al menos hubiera una urna y una boleta EXCLUSIVAMENTE para la elección de representación proporcional, ya que aunque las listas siguieran siendo capricho de los partidos al menos nos permitiría una votación separada o en su caso la anulación del voto.
¿Alguien se ha preguntado en alguna ocasión si efectivamente hubiera votos separados para elegir candidatos de mayoría y de representación proporcional cuantos votos se anularían con la calidad de las y los integrantes de las listas que se presentan? El problema no radica en el principio de la elección de representación proporcional, sino la manera en que se ejecuta aquí en México, que en realidad no representan mas que al partido, recordando su origen de ser diputados de partido. Aquí si la forma es fondo, puesto que la manera de instrumentación influye totalmente con los resultados que obviamente no son ni democráticos ni representativos.
La reforma sobre la representación proporcional efectivamente tiene un fondo que no es nada alagüeño para las minorías, pero al menos si se cambian las listas propiedad de las dirigencias partidistas por un voto real, como sería el de los candidatos que quedan en segundo lugar, o como les llaman de “primera minoría”, al menos sabemos que por esos candidatos si se emitió un voto y además desaparecerá el universo de chapulines que siempre han brincado de un partido a otro cobijados por el principio de “representación proporcional”.
*Profesor de Derecho Constitucional