Congresistas

El conjunto efervescente

Me aventuro a iniciar esta reflexión disipando mucha de la neblina que, a manera de halago, se le ha hecho al libro de Verónica Gerber; a saber, que, por su gran complejidad, y por diseño, no le alcanzaron las palabras para expresar el arte que por él transita, así que por eso tuvo que recurrir a las imágenes y hasta a la teoría de los sistemas graficados, en forma de diagramas de Venn. Efectivamente, el debate eterno de las formas artísticas es ese, el de romper moldes para expresar algo que no se adapta a las estructuras preestablecidas, pero decir que el lenguaje no alcanza, como tal, es un exceso, porque si el español le alcanzó a Quevedo, seguramente nos alcanza también a nosotros. Es una elección estética y ya, y está bien. La propia autora, en entrevistas, dice que la protagonista es la que recurre a dibujos porque “no quería” decir ciertas cosas; y lo dice sin pretensiones, claramente. Trata de que todos nos identifiquemos con la narradora, porque todos, en algún momento, nos hemos “quedado sin palabras”, es decir, aludiendo a un estado alterado dentro de nosotros mismos, positivo o negativo. Creo que no le resta nada de mérito a la autora ver su obra con ojos un poco menos de pasmo: es una novela, una buena novela que utiliza elementos gráficos para completar su estética. Esto la coloca, como siempre ocurre en la literatura, como innovadora para los jóvenes y como nostálgica para los que somos suficientemente viejos, y que podemos ver en esto un rescate o un tributo a las vanguardias literarias, a la poesía concreta y a la poesía visual en general. Se agradece, por parte de la autora, el desenfado lúdico y la madurez que le permiten retomar estas herramientas literarias, y que desde hace algunos años se encuentran ausentes de la intención artística, demasiado preocupada, como suele estar, por ser una policía ideológica y una bocina de sentidas denuncias politizadas.

Conjunto Vacío es, en la superficie, la historia de una reconstrucción sentimental, de la recuperación de una decepción amorosa que casi se acaba curando con otra. El causante de la primera decepción, un tal “Tordo”, es un apodo exquisito, porque no debemos creerle a él mismo cuando dice que el sobrenombre es por las canas prematuras, como el ave. No, lo más interesante del tordo, como ave, es que es un pájaro garrapatero, uno que no construye nidos propios, sino que deposita sus huevos en nidos que han construido otros, de otras especies, y son ellos, incautos, los que le incuban los suyos. No por nada le dicen, en Colombia, chamón parásito. Me parece que esto, claramente, es el dibujo perfecto de una pareja con absoluta irresponsabilidad emocional, un vividor aborrecible, y la autora, poniéndole tordo, nos dice todo lo que hay que saber, a quienes lo queramos ver. Ese sujeto no es una buena persona. Verónica, además, queda en la posición tan temida para las mujeres de ser la “pareja de la transición”, esa que aguanta o entretiene al hombre hasta que mejora lo suficiente de modo que pueda dejarla por otra. Parasitismo de puesta extrapolado a la teoría del noviazgo. 

La ingenuidad enamoradiza de Verónica (aquí la protagonista, no la autora), aunada a su inteligencia peculiar que sobre-piensa el mundo y su mundo (una inteligencia cubista, podríamos decir) la hace moverse con sufrida soltura entre su pasado, su presente, su resiliencia y su cursilería (que como es una cursilería erudita, es hipnotizante). En un segundo nivel de lectura, la sombra del exilio de la familia durante la dictadura argentina no satura la obra (algo más que se agradece) pero sí les confiere autenticidad a los personajes en tanto susceptibles y afectados de manera profunda por los espacios, específicamente las casas, las áreas comunes y todo lugar que se vuelve propio o ajeno, lleno o vacío, dependiendo de quién coincida en ellos y quién los habite. La representación del regreso a casa como el regreso a la patria (a alguna patria) es claro, pero tan obvio que no vale la pena reparar demasiado en él.

El segundo gran protagonista de la telenovela es el diagrama de Venn, una de las herramientas matemáticas más básicas y universales, que se enseñan desde la niñez. Lo importante de este instrumento es que sirve para agrupar elementos pertenecientes a un mismo conjunto, y es el nombre del conjunto y la naturaleza de los elementos la que le da significado al mismo, por lo que un amontonamiento arbitrario puede convertirse en una agrupación lógica con el sólo hecho de encerrarlos en el diagrama y expresar lo que tienen en común. Pero cuando se utiliza el diagrama junto con otros, o con la intención de definir sistema y entorno, resulta que es una herramienta igualmente eficaz para separar, y en ese sentido, discriminar o marginar. Lo que la novel nos dice, creo que contundentemente, es que la presencia y la ausencia en la vida de una persona no solamente es física; cuando se ignora y minimiza la existencia del otro, se le desaparece, se le excluye del espacio, en el que está y a la vez no está. La propia protagonista sale de cuadro cuando liga su autoestima a la consideración que no le brindan. Cuando se le humaniza al otro (como en el caso de la madre), la persona reaparece y vuelve a coincidir en nuestro espacio y en nuestra vida. Es por esta permanente tensión entre presencias y ausencias, entre espacios llenos y vacíos, entre intersecciones o marginaciones de un conjunto, por lo que la utilización del recurso visual en la obra de Gerber no es un capricho ni una ocurrencia, sino un verdadero recurso estético que le añade fuerza a la narrativa. No creo que la originalidad sea una condición indispensable para una buena obra literaria, y a veces la calidad de la obra sufre considerablemente por la intención de hacer cosas “nuevas” en lugar de cosas buenas. Pero este libro sí es original, y también es bueno.

BIBLIOGRAFÍA

Audubon, Sociedad Nacional. (2023). Guía de aves de América del Norte: https://www.audubon.org/es/guia-de-aves/ave/tordo-sudamericano

Gerber Bicecci, V. (2017). Conjunto vacío. México: Almadía.

Imaginario, A (2023). 15 poemas vanguardistas: https://www.culturagenial.com/es/poemas-vanguardistas/

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