Zamira Blas
La República Popular China no sólo se aleja de Occidente en temas culturales y de idioma, sino también en sus prácticas legislativas, donde las diferencias son profundas: desde su composición y funciones hasta el rol que juegan en su sistema político.
Por un lado, el sistema legislativo chino se caracteriza por las llamadas “dos sesiones”, las reuniones plenarias anuales de la Asamblea Popular Nacional (APN), el máximo órgano legislativo del país, y del Comité Nacional de la Conferencia Consultiva Política del Pueblo Chino (CCPPCh), el máximo órgano asesor político; mientras que en Occidente, más específicamente en México, estamos acostumbrados a que nuestros legisladores sesionen dos o más veces por semana.
El Estado mexicano, dividido en tres poderes (ejecutivo, legislativo y judicial), hace que el Congreso de la Unión (legislativo) funja como un contrapeso al poder ejecutivo mediante la legislación y fiscalización del Gobierno; en tanto, la ANP se dedica más bien a ratificar las decisiones del Gobierno, en vez de actuar como un poder independiente.Ésta diferencia de funciones radica, precisamente, en la composición del Estado de cada nación: en México el Congreso es bicameral (Cámara de Diputados y Cámara de Senadores), está integrado por legisladores de diversos partidos políticos e independientes, opera bajo un sistema democrático y federal, mediante el cual los legisladores se eligen por voto libre y secreto. Esta división de poderes más eficaz es el resultado del devenir histórico del Estado mexicano y la independencia del poder legislativo se ha visto fortalecida con la transición democrática que ha tenido momentos importantes como la aprobación de la Ley Federal de Organizaciones Políticas y Procesos Electorales (LOPPE) en 1977, la elección presidencial de 1988 que representó todo un reto para el partido gobernante, la victoria de Vicente Fox, en el 2000, que marcó la alternancia en el poder y el inicio de la cuarta transformación con la elección de Andrés Manuel López Obrador, en 2018.
Mientras que en el caso de China el verdadero poder recae en el Partido Comunista de China (PCCh).De acuerdo con el artículo 59 de la Constitución de la República Popular China, la APN está compuesta por diputados elegidos de las provincias, regiones autónomas, ciudades bajo la jurisdicción directa del Gobierno central, regiones administrativas especiales y fuerzas armadas. Este órgano tiene un mandato de cinco años y cuenta actualmente con casi 3,000 diputados, lo que lo convierte en el órgano legislativo más grande del mundo. La constitución china estipula que la APN es el más alto órgano de poder del Estado y ejerce las autoridades legislativas. No obstante, al revisar los Estatutos del PCCh se encuentra que “la dirección del PCCh constituye la característica más esencial del socialismo con peculiaridades chinas y la mayor superioridad del sistema del mismo, y el Partido es la fuerza dirigente política suprema”.
Las “dos sesiones” vs decenas
Parece una locura que en un país tan enorme, con la mayor población mundial hasta 2024 y con el órgano legislativo más grande, legisle únicamente dos veces al año, pero esto no es tan irreal como suena y acá te explico.
Las famosas “dos sesiones” de China son el evento político anual más importante de la nación en las que se presenta un informe de la labor del Gobierno durante el último año; se ratifican los nombramientos y las decisiones ya tomadas por el Gobierno; se decide sobre el presupuesto, incluyendo las metas anuales y la revisión del Producto Interno Bruto (PIB), y se aprueban leyes.
Las reuniones tienen lugar generalmente en marzo en el Gran Salón del Pueblo de Beijing, situado frente a la Plaza de Tiananmen, y suele ser el momento en el que los ojos del mundo voltean a ver al gigante asiático y sus mensajes clave para saber qué rumbo tomará. Además, el cónclave resulta un espectáculo llamativo para Occidente gracias a su tamaño, organización y carácter ceremonial.
¿Y nuestras similitudes?
En este punto, sabemos que ambas instituciones operan en sistemas políticos radicalmente diferentes y, por ende, sus funcionamientos son igual de alejados; sin embargo, al igual que ocurre en nuestras vastas culturas, espíritu y tradiciones, hay puntos en los que se converge: las dos cámaras son los órganos legislativos supremos de sus respectivas naciones, con la autoridad para elaborar, reformar y derogar leyes.
Asimismo, ambas instituciones tienen la facultad de ratificar ciertos funcionarios del Gobierno y, estructuralmente, las dos funcionan a través de comisiones y órganos de Gobierno, aunque con composiciones diferentes como ya se explicó.
Podemos concluir, entonces, que no se trata de determinar cuál sistema es “mejor”, sino de entender que la organización y funcionamiento del Poder Legislativo se ajusta a las condiciones propias de cada país (como en el caso del socialismo con peculiaridades chinas y de la experiencia histórica de la nación mexicana) y a las necesidades de su población”.