Estabilidad financiera mundial

Autor Congresistas
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Más que por la pronta certidumbre de la recuperación económica generada por la pandemia nos internamos por un territorio lleno de fisuras nos advierte el Fondo Monetario Internacional (FMI). El optimismo ya no es un elemento que se comparte para ese retorno a una normalidad económica esperada, anunció el organismo.

Los riesgos de la crisis económica y de sanidad siguen estando ahí, un Coronavirus SARS-CoV-2 que desató la crisis de una pandemia que llegó para quedarse, se fortalece con sus variaciones, con la lentitud del despertar de un paro voluntario, un 90% de países como muestra del hundimiento en pobreza y desigualdad, deterioro grave de los niveles mínimos de acceso a bienestar, calidad y cobertura en la aplicación de vacunas siguen presentes.

Tras una pandemia larga y dolorosa, se reconoce que los riesgos para la estabilidad financiera mundial están contenidos. Campea la advertencia de que durante año y medio de crisis, bancos centrales, ministerios de Hacienda e instituciones financieras internacionales han brindado en todo el mundo un apoyo sin precedentes al crecimiento económico, a través de sus políticas, anuncia el FMI y advierte que “ahora deben elaborarse estrategias para preparar, de manera segura medidas de política monetaria y fiscal para una nueva etapa”.

Con base en un informe se registra el hecho de que “los bancos centrales de importancia sistémica de todo el mundo son conscientes de que las consecuencias imprevistas de las medidas que adopten podrían poner en riesgo el crecimiento y, posiblemente, provocarían ajustes bruscos en los mercados financieros mundiales. La incertidumbre es especialmente intensa en un clima acaparado por la persistente pandemia, en el cual la sociedad enfrenta retos inherentes a “las tres C”: el COVID-19, las criptofinanzas y el cambio climático, como se analiza en la última edición del Informe sobre la estabilidad financiera mundial (informe GFSR, por sus siglas en inglés).

Se expone que las masivas políticas de apoyo monetario y fiscal a la economía aplicadas en 2020 y 2021, ayudaron a limitar la contracción económica que se inició al estallar la pandemia y, durante gran parte de este año fue respaldado un fuerte repunte de la economía, sin embargo, en muchas economías avanzadas, las condiciones financieras se han distendido con respecto a los primeros meses de pandemia, incidiendo en el clima de optimismo que impulsó los mercados durante el primer semestre del año corre el riesgo de desvanecerse.

Ahora bien, los inversionistas, según el FMI, se muestran más preocupados por las perspectivas económicas en un contexto de incertidumbre creciente en torno al vigor de la recuperación. En este ánimo influye el acceso desigual a las vacunas, las mutaciones del virus de COVID-19, que ha provocado un nuevo aumento del número de infecciones, agudizando las preocupaciones en las perspectivas de mayor divergencia económica entre países. Es patente que, en muchos de ellos el nivel de inflación ha superado las expectativas.

A ello se agregan según el FMI nuevas incertidumbres surgidas en algunas de las principales economías, aletargando a los mercados. Se explica que “estas incertidumbres tienen su origen en vulnerabilidades financieras que podrían provocar un aumento de los riesgos a la baja, una subida de los precios de las materias primas e incertidumbre en torno a las políticas”.

Para el el FMI “el deterioro de la confianza de los mercados desde la publicación de la edición de abril de 2021 del informe GFSR, provocó un fuerte descenso a nivel mundial de los rendimientos nominales a largo plazo durante el verano, impulsado por la caída de las tasas de interés reales como consecuencia de la preocupación por las perspectivas de crecimiento a largo plazo. No obstante, a finales de septiembre, la inquietud de los inversionistas ante las presiones inflacionarias dio un nuevo impulso a las tasas de interés, a la vez que las presiones de los precios comenzaban a considerarse más persistentes de lo que se había previsto en algunos países, lo cual comportó la total reversión de los anteriores”.

En la información a cargo del FMI se anuncia que “si, en un momento dado, los inversionistas revalúan repentinamente las perspectivas económicas y de las políticas, los mercados financieros podrían registrar una revalorización del riesgo que, de mantenerse, podría interactuar con las vulnerabilidades subyacentes y provocar un endurecimiento de las condiciones financieras. Ello podría poner en peligro el crecimiento económico”.

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