Claudia Valdés
El tablero de ajedrez geopolítico internacional se estremece, también desde casa chocan las figuras de marfil, incluye la talla del hueso y de los aliados que velan por sus intereses, se raspan el Verde, el PT y la identificación de otros grupos, la presidenta aparenta quedarse sola. No a todos gusta la iniciativa, no hay suficiente operación política o los grupos hacen nudos con sus tensiones.
A RITMO
Se acelera la veloz transformación de México, no hay campo donde no se advierta que la tierra tiembla a partir de la construcción de nuevos conceptos legales, que van urgiendo el paso de las sociedades humanas hacia el ritmo de otras condiciones de vida, estas aspiraciones de bienestar influyen en la progresividad de los derechos humanos como parámetro de igualdad, deberes, obligaciones y garantías que hoy se erigen entre las naciones e igualan nuestra condición humana.
LA MARCHA
De esta dinámica se van gestando de manera puntual nuevos regímenes políticos, señales que conviene detenernos a evaluar a fin de saber qué mundo estamos construyendo, hacia dónde vamos marcando la ruta a seguir.
PUNTO DE PARTIDA
En medio de circunstancias extraordinarias la presidenta de México Claudia Sheinbaum, envió al senado de la república propuesta de reforma constitucional a los artículos 19 y 40, que consisten en: al artículo 40 se adicionarán dos párrafos; el primero establece “El pueblo de México, bajo ninguna circunstancia, aceptará intervenciones, intromisiones o cualquier otro acto desde el extranjero que sea lesivo de la integridad, independencia y soberanía de la Nación, tales como golpes de Estado, injerencia en elecciones o la violación del territorio mexicano sea esta por tierra, agua, mar o espacio aéreo”.
La propuesta del segundo párrafo quedaría como sigue: “Tampoco consentirá intervención en investigación y persecución alguna sin la autorización y colaboración expresa del Estado Mexicano en el marco de las leyes aplicables”.
Para la historia: se borran las convulsiones internas del país en los siglos XVIII, XIX, XX, se atajan las acechanzas y asonadas tomas de gobierno, plazas y plazuelas, las pérdidas de territorio, de bienes nacionales, golpes de estado, de menoscabo institucional y burlas legales, despojos y divisiones del país, las guerras telegráficas con la firme intención de invasiones y de vejación, reformulación del estado que se traducen en movimientos de construcción de caudillos, también se traducen en decretos revulsivos, de luchas constitucionales entre centralistas y liberales de reformas que se traducen en una guerra legislativa y en la puerta los asomos de las amenazas del siglo XXI las “guerras de medios” la “guerra de mentiras y falsedades”.
La batalla de la construcción de nuevas leyes anuncia una nueva era legislativa un post constitucionalismo basado en un poder ejecutivo dictaminador, hacedor de ordenamientos y enmiendas.
Al acecho los movimientos ilegales que golpean el tablero, ya que se fundamentan en conceptos arbitrarios y en el horizonte el terror, la dinámica de un terrorismo apocalíptico que conjuga toda la imaginería cultural que resume las tecnologías y los contenidos de conciencia, como las guerras biológicas.
Movimientos que nos hacen reflexionar sobre conceptos fundamentales que nos vienen conformando como Estado y que son pilares esenciales de nuestra identidad como nación.
Para la doctora Sheinbaum, el objetivo de esta reforma es impedir que personas extrañas se aprovechen de los vacíos legales, resaltando la soberanía de nuestra nación.
Estamos seguros al cobijo de buenas leyes en las que participemos todos, sin mayorías prefabricadas y no exentas de información pública y discusión plural.