Victoria para Claudia Sheinbaum

Autor Congresistas
20 Vistas

Mesa de redacción

La agenda nacional tiene como prioridad la relación comercial con los EEUU, porque la economía mexicana depende en gran medida del comercio con ese país. Esa dependencia es el resultado combinado de la visión a corto plazo de empresarios mexicanos, que por años han querido las ganancias inmediatas por la venta de materia prima e insumos agropecuarios y la enorme demanda de los EEUU por esos productos. Se menciona la visión a corto plazo, porque el empresariado mexicano no ha invertido en factores de largo plazo, como la preparación de la fuerza laboral en materias híper especializadas y tecnología como lo han hecho Japón, Taiwán y, más recientemente, China.

Asimismo, la dependencia del petróleo, turismo y remesas del extranjero que, por mucho tiempo han sido el fundamento de la economía mexicana, tendrá que cambiar para su necesaria diversificación en cuanto a mercancías, servicios y socios comerciales. Pero esto tendrá que ser a futuro, pues ya hemos visto el enorme riesgo de seguridad económica nacional que implica depender a un grado casi absoluto de los EEUU.

Esta dependencia es de sobra conocida por ambos gobiernos. El gobierno de los EEUU la ha utilizado en la presente administración del Presidente Trump para avanzar las prioridades de su propia agenda nacional: la seguridad fronteriza, la migración ilegal y el tráfico de drogas.

Desde la perspectiva de los EEUU, su carta de negociación es el comercio con México y los aranceles, porque la dependencia económica de México con relación a EEUU no es ningún secreto. Por ello, ese país utilizará esa carta continuamente para negociar con México los avances y resultados en cooperación transfronteriza que EEUU ha priorizado. El asunto de la migración ilegal es controversial porque es un fenómeno que, por años, ha existido y que México nunca atendió porque México se beneficia de las remesas. El tráfico de drogas tampoco se había atacado en México con contundencia por la debilidad institucional y corrupción en las instituciones políticas y de seguridad nacional. Estadísticas de la ONU y diversas ONG, así como del propio gobierno de los EEUU arrojan cifras y hechos de espanto: Para muchos en EEUU, México oscila entre ser un narco estado y un estado fallido. La violencia en nuestras ciudades respalda a los macabros números.

No obstante lo anterior, tenemos que admitir que nuestro país enfrenta diversos problemas serios, pero la Presidenta los está atendiendo institucionalmente y con las herramientas de que dispone. En primer lugar, la Presidenta es la primera diplomática de México. Su estilo sobrio, inteligente y prudente la distinguen en gran medida de su antecesor. Ella no se ríe con burla ni hace bromas pseudo nacionalistas para agradar a su base política. La Presidenta Sheinbaum no se ha escondido en Palacio Nacional, ni se mofa de sus detractores y adversarios. Es una Presidenta institucional y cuidadosa. Ha sabido manejar con gracia y compostura las crisis que le ha tocado enfrentar. En su manejo de prensa y su relación con el Presidente Trump, reluce su educación en Berkeley. A la Presidenta no le falta mundo. Ha sabido hablar, negociar y contener a Trump con su estilo mesurado, de “cabeza fría”. Esa inteligencia diplomática le ha valido no solamente el reconocimiento y respeto público de Trump, sino que le ha permitido detener las amenazas de los aranceles hasta ahora y combatir al crimen organizado con mayor eficacia que su antecesor. Estos logros son titánicos, considerando que México negocia desde una posición más débil que la de los EEUU.

Tenemos que ponernos en el lugar de los EEUU y anticipar cuáles serán sus demandas a futuro. En el fondo, ellos velan por lo que consideran su mejor interés nacional y, nuestra Presidenta, está haciendo lo mismo. Al final del día, no hay nada de malo en combatir el narcotráfico a través de la cooperación binacional, ni tampoco en mejorar las condiciones de México para que la gente no tenga que emigrar. Tenemos que ser honestos: EEUU no puede ni tiene la obligación de resolver los problemas de todo el mundo. Los países Latinoamericanos tienen que resolver sus problemas sistémicos de democracias frágiles, violencia, pobreza e instituciones públicas corruptas. 

Los hechos, hasta este momento, favorecen a la Presidenta Sheinbaum. Ha sabido manejar con calma a su contraparte estadounidense, ha mejorado el nivel de cooperación binacional y ha mantenido la imagen de México como un país que sabe lidiar y cooperar con los EEUU sin ninguna percepción de sometimiento. Es mucho más de lo que han sabido hacer los diplomáticos canadienses, pues Sheinbaum ha mantenido su imagen intacta, sin las lágrimas que le han valido tantos claroscuros a Trudeau.

Es probable que el Presidente Trump tenga anticipado renegociar el TMEC lo antes posible. Dependerá de la Presidenta armar un equipo negociador que tenga la misma habilidad que ella para tratar con sus contrapartes y para convencerlos de que la cooperación en sus prioridades de seguridad transfronteriza seguirá dando resultados mutuamente benéficos, esta será su mejor estrategia. 

Artículos Relacionados