Claudia Sheinbaum y la segunda etapa de la Cuarta Transformación: continuidad con sello propio

Autor Congresistas
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Claudia Valdés Velandia

A un año del inicio del gobierno de Claudia Sheinbaum, México vive una nueva fase de la llamada Cuarta Transformación (4T), el proyecto político iniciado en 2018 por Andrés Manuel López Obrador. Lejos de significar un simple relevo administrativo, el nuevo sexenio representa una oportunidad para consolidar —y matizar— una visión de país que ha reconfigurado la gestión del Estado en lo social, económico y político.

El gobierno de Sheinbaum, aunque firmemente alineado con el movimiento obradorista, ha comenzado a mostrar diferencias relevantes en forma, estilo y prioridades institucionales. La continuidad programática es evidente, pero también lo es la intención de imprimir un sello propio.

¿Qué cambió entre el primer y el segundo sexenio de la 4T?

Durante el sexenio de López Obrador (2018–2024), la conducción del gobierno estuvo marcada por un presidencialismo carismático, un discurso polarizante, la concentración de poder político en el Ejecutivo y un fuerte énfasis en la redistribución social. AMLO fue un líder que gobernó desde el micrófono: su conferencia matutina no solo marcaba la agenda, sino que fungía como tribunal mediático y espacio de legitimación.

Claudia Sheinbaum, por su parte, ha optado por un estilo más técnico, institucional y sobrio. Si bien mantiene las conferencias matutinas, estas son más breves y orientadas a comunicar avances concretos, no a confrontar a sus opositores. La presidenta se ha mostrado dispuesta a delegar funciones, a priorizar la planeación de largo plazo y a rodearse de perfiles más especializados en ciencia, educación, medio ambiente y tecnología.

Claves de la gestión social: salud, educación y seguridad

Salud

Uno de los grandes retos del obradorismo fue la transformación del sistema nacional de salud. La creación del INSABI para reemplazar al Seguro Popular resultó en una crisis operativa que impactó la entrega de medicamentos y el acceso a servicios médicos. Ante este escenario, el gobierno federal reestructuró el modelo y apostó por el IMSS-Bienestar, una institución con presencia federal, enfocada en garantizar atención médica gratuita, especialmente en zonas marginadas.

Claudia Sheinbaum ha ratificado su compromiso con este modelo, al tiempo que promete mejorar la infraestructura hospitalaria, modernizar equipos médicos y reforzar la contratación de personal especializado. Su enfoque pone énfasis en la planeación territorial, la equidad y la eficiencia operativa.

Educación

La Cuarta Transformación derogó la reforma educativa neoliberal y estableció la Nueva Escuela Mexicana, una propuesta pedagógica centrada en la inclusión, la equidad social, la diversidad cultural y el fortalecimiento comunitario. A pesar de su buena intención, ha sido criticada por su ambigüedad curricular y la carga ideológica de algunos contenidos.

Sheinbaum ha anunciado que mantendrá el espíritu del modelo, pero buscará “desideologizar” los materiales y profesionalizar al magisterio. Asimismo, propone mejorar la infraestructura escolar, extender la conectividad digital y fortalecer el acceso a la educación superior, especialmente mediante las universidades Benito Juárez.

Seguridad

Uno de los puntos más controversiales de la 4T ha sido la seguridad. La estrategia de “abrazos, no balazos” pretendía atender las causas estructurales de la violencia, pero ha tenido resultados limitados frente al avance del crimen organizado. La creación de la Guardia Nacional como fuerza intermedia entre policía y Ejército tampoco ha resuelto los problemas de coordinación ni de impunidad.

Sheinbaum, quien gobernó la Ciudad de México con una reducción sostenida en la incidencia delictiva, propone una estrategia nacional basada en inteligencia policial, coordinación interinstitucional y justicia cívica. Sin embargo, no ha renunciado al uso de las Fuerzas Armadas en tareas de seguridad pública e infraestructura.

Entre continuidad y renovación

A pesar de las similitudes, el gobierno de Sheinbaum no es una simple prolongación del de López Obrador. Aunque hay una clara línea de continuidad en programas sociales, principios ideológicos y prioridades macroeconómicas, también emergen diferencias significativas:

  • Estilo de liderazgo: menos confrontativo, más institucional.
  • Composición del gabinete: paritario, con alta presencia de perfiles científicos y técnicos.
  • Agenda climática y tecnológica: mayor apertura hacia energías limpias, innovación y ciencia aplicada.
  • Relación con la comunidad académica y científica: más abierta al diálogo y menos antagonista.

¿Hacia dónde va la 4T?

La segunda etapa de la 4T está marcada por el desafío de institucionalizar los logros sociales del obradorismo, pero también de corregir sus excesos, particularmente en términos de centralismo, confrontación y opacidad. Claudia Sheinbaum debe construir gobernabilidad con base en resultados y gestión pública, no únicamente en carisma político.

El respaldo popular con el que inició su mandato es una oportunidad para consolidar políticas públicas que fortalezcan el Estado de bienestar sin descuidar la técnica, la evidencia y la inclusión.


Fuentes consultadas

  • Gobierno de México (2024). Primer Informe de Gobierno de Claudia Sheinbaum. Presidencia de la República.
  • Secretaría de Salud (2023). Plan de transición al IMSS-Bienestar.
  • Secretaría de Educación Pública (2019–2024). Modelo de la Nueva Escuela Mexicana.
  • Centro de Estudios Sociales y de Opinión Pública (CESOP). Encuesta sobre percepción de programas sociales y seguridad pública.
  • El Colegio de México. (2023). Balance sexenal de las políticas sociales en México.
  • Entrevistas y reportajes en medios: La JornadaEl PaísNexosAnimal PolíticoProceso (2023–2024).
  • Conferencias de prensa de Claudia Sheinbaum y documentos oficiales de su campaña presidencial.

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