La conmemoración del Día Internacional de la Juventud el 12 de agosto nos permite reflexionar en la conjugación de varios aspectos y problemáticas actuales para México. Según el Censo de 2020, en México hay 126 millones 014 mil 024 personas de las cuales 18’465,655 que, según la Ley Federal del Instituto Nacional de la Juventud, son jóvenes y se encuentran entre los 12 y los 29 años y representan el 14.7% del total de la población; de ellos 8’913,642 son hombres y 9’552,014 mujeres. En el país hay 1’846,614 jóvenes indígenas, de los cuales 906,751 son hombres y 939,863 mujeres, y representan al 15.6% de la población indígena del país que asciende a 11’800,247 de mexicanos. De los 2’576,213 de personas afrodescendientes 385,113 son jóvenes y representan el 14.9%, de los cuales 192,948 son hombres y 192,165 mujeres. En Quintana Roo hay 302,805 jóvenes que representan el 16.3% de la población total (1’857,985 personas), de los cuales 936,779 son hombres y 921,206 son mujeres.
Por esta diversidad de participación poblacional los jóvenes no indígenas, indígenas y afrodescendientes, se exponen a problemáticas diferentes y a otras que son comunes. En la diferencia de problemáticas sobresale su condición de pobreza, que afecta mucho más a jóvenes de las familias indígenas y afrodescendientes que a los jóvenes no indígenas. De la misma manera los efectos de la pandemia en el empleo han afectado principalmente a los jóvenes. Según datos oficiales del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS), entre marzo y diciembre del año pasado, 440,047 jóvenes de 15 a 29 años perdieron su empleo formal y no lograron recuperarlo, de los 839,804 empleos formales, la mitad correspondía a jóvenes menores de 29 años.
Según datos del INEGI (Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo y Encuesta Telefónica de Ocupación y Empleo), de 2’283,932 desocupados la proporción de desocupados entre 15 y 24 años respecto al total fue de 30.2% en mayo de 2021 respecto al 20.7% de mayo de 2020. Sí consideramos el efecto de la pandemia en cuanto a la transformación de la educación y la habilitación del sistema virtual, la Encuesta Nacional sobre Disponibilidad y Uso de Tecnologías de la Información en los Hogares (ENDUTIH) 2019, mostró que 91.8% de las personas entre 15 y 29 años dispone de un teléfono celular, 40.3% usa computadora portátil (Laptop, Note Book) y 32% emplea computadora de escritorio, lo que muestra la alta proporción de jóvenes que sin poder acceder a equipos de cómputo ni conexión a Internet quedan rezagados tecnológicamente para afrontar los cursos escolares y recibir sus clases virtuales, especialmente en zonas rurales y de alta marginación.
Esta situación de precariedad laboral afectará no sólo al presente sino al futuro pues impacta directamente en el bono demográfico por el predominio de población joven, pues la edad promedio en el país se encuentra en los 27 años, pero la pandemia hace que esta población retorne a condiciones empobrecidas y eleve la situación de pobreza de los jóvenes, según datos del Coneval en 2018 había 19.5 millones de niñas, niños y adolescentes en situación de pobreza, correspondiente al 49.6% de población menor a 18 años y 9.3% equivalentes a 3.7 millones de jóvenes, niñas y niños estaban en pobreza extrema y la carencia por acceso a la alimentación fue de 23.9%, lo que significó que más de 9 millones de menores de edad vivían en hogares que presentaban un grado de inseguridad alimentaria moderado o severo.
Esta situación se hace mucho más grave cuando se considera el género. En 2019 entre las jóvenes entre 15 y 19 años, la tasa de fecundidad fue de 43 hijos e hijas por cada mil mujeres, mientras que para las jóvenes de 20 a 24 años fue de 101.2 hijos e hijas y para el grupo de 25 a 29 años esta tasa es de 100.4 hijos e hijas por cada mil mujeres, con una tasa global de fecundidad de 1.9 hijas e hijos por cada mujer en edad fértil. Estos indicadores son mayores en entidades federativas como Chiapas, cuyas tasas de fecundidad en los grupos de edad son de 64.8, 145.6 y 139.4 hijas e hijos por cada mil mujeres y una tasa global de fecundidad de 2.7 hijas e hijos por cada mujer en edad fértil, donde el 61.1% de población correspondiente a niñas, niños y adolescentes en 2018 con carencias por acceso a la seguridad social y el 14.3% de ellos no contaba con servicios de salud, lo cual aumenta mucho más su vulnerabilidad en medio de la pandemia de COVID-19.
Este panorama multidimensional de la situación de los jóvenes en México se complementa con los efectos directos de la pandemia COVID-19, pues para el 3 de agosto de 2021 672,212 jóvenes correspondiente al 23.5% del total de contagios comprobados, de los cuales el 11.3% son menores de edad (entre 12 y 17 años) y 88.7% tienen entre 18 y 29 años. De los jóvenes contagiados no lograron sobrevivir 3,174 jóvenes lo que coloca la tasa de letalidad en este grupo poblacional en 4.7 jóvenes fallecidos por cada mil contagiados por COVID-19.
De este grupo sobresale que las mujeres se contagian un poco más que los hombres (342,638 mujeres y 329,574 hombres), pero son los hombres quienes fallecen mucho más que las mujeres (1,229 mujeres y 1,945 hombres), arrojando una tasa de letalidad de 3.5 para las mujeres y 5.9 para los hombres por cada mil contagiados. En este escenario según la característica étnica que se puede captar para el grupo de jóvenes, de los 4,797 jóvenes indígenas contagiados confirmados equivalente al 17.7% del total de contagios indígenas, 47 jóvenes fallecieron, lo que muestra una tasa de letalidad de 9.8 por mil contagios, mucho mayor respecto a la registrada por jóvenes no indígenas de 4.7 por mil contagios.
Por grandes grupos de edad de los jóvenes 11% corresponden a contagios de entre 12 y 17 años y 89% entre 18 y 29 años. Una radiografía que muestra su diversidad poblacional y sus condiciones sociales con visos de precariedad, efectos negativos de la pandemia tanto indirectos como directos, lo que alerta que será el grupo social que arrastrará el rezago social desde el presente hacia el futuro inmediato.
*Investigador Titular del Departamento Sociedad y Cultura
El Colegio de la Frontera Sur, S.N.I.-3 CONACYT
jhorbath@ecosur.mx