Miguel Sánchez*
Como siempre la pregunta de las aulas salió a relucir ¿Profesor realmente el país estuvo en peligro en 1994?
Así que déjenme les hago un recuento: Siempre habíamos amanecido esperando que la gasolina, la azúcar y los productos básicos no hubieran tenido un aumento considerable, pero el primero de enero de 1994, fue diferente. Anunciaba que se trataba de un año en el que todo estaba por cambiar.
En la víspera de la firma del Tratado de Libre Comercio y del relevo presidencial, de la nada aparentemente, surge un grupo de indígenas chiapanecos que se denominó como Ejercito Zapatista de Liberación Nacional, el levantamiento de las tres mentiras; ni era ejercito, tampoco zapatista y menos de Liberación Nacional. Lidereado por un personaje que no coincidía en su aspecto ni la indumentaria o forma de vida con el resto del denominado “ejercito”; Marcos, el subcomediante Marcos.
Se trataba de una aparente guerrilla sin balas, se podía percibir como se preocuparon mas en las formas que en el fondo. Prefirieron comprar uniformes militares y botas de hule en vez de armas y balas. A todas luces se pretendía aparentar un ejercito regular con lo cual se evitaría de que de acuerdo a los tratados internacionales se les considerara como “vulgares delincuentes” y se les aplicara otro tipo de trato.
Efectivamente, todo a su alrededor se convirtió en una guerrilla de papel. Su supuesto comandante apoyado por fuertes sumas de dinero y profesionales de los medios de comunicación, los posicionaron sobre todo en el extranjero, convirtiéndolos en un atractivo turístico con el que todos se querían tomar la foto.
Así, la existencia de una supuesta guerrilla en algún lugar lejano de la República Mexicana que pocos mexicanos conocen, sirvió para asustar a todos los ciudadanos con el juego infantil de “ahí viene el lobo”. De tal manera que la muerte del candidato a la Presidencia de la República por el PRI, partido en el gobierno y seguro ganador, quedo en segundo término ante el temor de un supuesto levantamiento armado.
Lo mismo sucedió, con otros asesinatos de gran magnitud como el del recién electo legislador y cuñado del Presidente Salinas, Francisco Ruiz Massieu. Incluso contuvo el famoso “error de diciembre” de Zedillo, también conocido por sus efectos internacionales como “efecto Tequila”. Una gran devaluación que costó superar a muchos mexicanos que materialmente perdieron todo en ese momento y nos dejó a los demás sin aspiraciones a corto plazo.
Treinta años después, el supuesto levantamiento ahora se llamaría levantamiento virtual, los indígenas de Chiapas siguen igual de fregados sufriendo del terrorismo igual que el resto del país, el Subcomediante feliz en algún lugar de la Riviera francesa donde ha hecho su vida; aquí, estamos en la víspera de otra elección presidencial, en la que por primera vez si hay una amenaza real de que sucedan eventos no vistos antes, como la anulación de las elecciones para desaparecer el poder legislativo o incluso, el desacato a las urnas para dejar el poder. El año en que estuvimos en peligro no fue 1994, es ahora ¡El 2024!
*Profesor de derecho constitucional