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La superioridad racial, religiosa o ideológica y las violencias

La historia de la humanidad ha estado dominada por violencias, guerras y masacres promovidas por ortodoxias religiosas, ideológicas y culturales o por una supuesta superioridad racial. Han sido usadas para la expansión territorial y el despojo de riquezas de diverso tipo.

Las violencias conllevan la elección de grupos de población como chivos expiatorios o calificados como de inferioridad racial por aquellos que buscan el poder y el control.

La expansión colonial de la Europa blanca en América, África, el Medio Oriente y  Asia significó la destrucción y muerte de pobladores originarios como fueron los grupos indígenas en el norte de América, así como en Argentina, Chile y Paraguay; el sometimiento de los pueblos mesoamericanos y el inhumano comercio de personas desde el continente africano en calidad de fuerza de trabajo esclava para la explotación de tierras y minerales.

Significó asimismo, la división de los continentes en estados nación de acuerdo a los intereses del colonialismo europeo en forma tal que les permitiera seguir controlando los territorios conquistados. Este es el origen de la confrontación entre israelíes y palestinos. El imperio inglés definió de acuerdo a sus intereses, la división del Medio Oriente en estados nación y intercambió un trozo de ese territorio para asentamientos judíos por recursos para seguir financiando sus guerras.

Desde que el pueblo judío fue culpado de la muerte de Cristo ha sido uno de los chivos expiatorios preferidos de la Europa cristiana. Fué maltratado en Inglaterra y Francia, recluido en guetos y acusado de provocar las pestes en la Edad Media. 

Los Reyes Católicos decretaron su expulsión de España,  después de hacerlo con los moros. Utilizaron sus bienes para seguir financiando sus guerras de conquista y crearon el Tribunal de la Santa Inquisición, que por trescientos años los persiguió y condenó a morir en la hoguera en todas sus colonias, incluyendo a México. Portugal se sumó a ese maltrato.

En la Europa zarista fueron objeto de pogromos, incluso hasta el siglo XX. Stalin los persiguió, los condenó a muerte, los recluyó en Siberia y en los gulags. 

La gran masacre de los judíos, principalmente de Europa del Este, de 6 millones de personas, ocurrió bajo el nacionalsocialismo alemán encabezado por un enfermo mental como fue Adolfo Hitler. Esa masacre incluyó a gitanos, curas católicos, comunistas, personas homosexuales, prostitutas, rusos y polacos. Todos considerados como razas o grupos inferiores o amenazantes para la raza superior germana.

La historia continúa con religiones, razas e ideologías que se consideran superiores, que exterminan a quienes se atreven a reclamar sus territorios como los armenios y los kurdos frente a Turquía; a defender su religión y su cultura como los musulmanes frente a los hindúes  o los yugures en China.

Dos reflexiones finales. Después de cientos de años de persecución y muerte del pueblo judío en su diáspora ¿no es explicable el movimiento sionista que procuró un territorio en donde pudieran vivir sin ser perseguidos?

Ante el imperialismo trumpista ¿no serán los migrantes de América Latina un chivo expiatorio del suprematismo blanco?

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