Prácticamente desde hoy hasta las elecciones de 2024 las noticias y los medios de comunicación estarán enfocados en generar notas y cubrir eventos relacionados con el tema electoral.
Desafortunadamente serán meses y meses de –francamente- pleitos enconados y bajezas políticas, insultos, denostaciones y acusaciones entre las candidatas, sus equipos y sus partidos.
Ignoro si la propensión cultural del pueblo de México a los deportes de contacto se transfiera a la arena política. No es ningún secreto que la violencia juega un papel destacado en el desarrollo de nuestra cultura. La dominación azteca sobre otros pueblos indígenas fue violenta, la conquista española fue violenta, la lucha por la independencia fue violenta, el auge y caída de los efímeros imperios mexicanos fueron violentos, la revolución mexicana fue violenta; y la pacificación del país en su etapa moderna con el PRI fue violenta -a menor escala, con mayor precisión-, pero fue violenta también. Como violenta es la actualidad en la que el crimen organizado tiene el control de gran parte del país y las autoridades federales temen confrontarlo.
En los deportes en los que el país destaca hay violencia, principalmente tae kwon do y boxeo. La lucha libre es violenta y espectacular a la vez, pero no estoy seguro si podemos referirnos a ella como un deporte.
Acostumbrados a la vida pobre o limitada, los mexicanos encontramos en el entretenimiento televisivo o de radio la mayor parte de nuestro esparcimiento. Y el quehacer político es entendido también en ese marco de violencia y de agresión, inclusive ahora que las candidatas son mujeres, esa dinámica no va a cambiar. Tristemente no veremos debates de ideas, proyectos y propuestas viables de soluciones a nuestros problemas, sino que veremos una forma de entretenimiento morboso del que no nos podremos despegar, porque esa es nuestra cultura. El chisme, el pleito, los ataques, los dimes y los diretes y, por supuesto, una terrible pérdida de tiempo valioso para estudiar, analizar y crear soluciones a los problemas nacionales.
Con lo que hemos visto hasta ahora es muy posible que Xóchitl pierda la elección contra Claudia. La razón es muy simple: En el partido Morena se ha implantado una disciplina partidista al estilo del viejo PRI, donde los intereses se alinean bajo la fuerte autoridad del presidente, sabiendo que si ¨se portan bien¨ se van a acomodar con hueso en la siguiente administración. En el equipo de Xóchitl hay tantas figuras llenas de ego y de soberbia que van a acabar por no colaborar entre sí y descarrilar la campaña de la candidata opositora del régimen. La arrogancia de los miembros del equipo de Xóchitl muy posiblemente sea su perdición. A menos que de plano suceda un milagro, la presidencia será para Claudia. Así que ojalá no se pierda mucho tiempo en entender que el arroz está cocido.
Por cierto: Otra oportunidad
Con el desarrollo de la industria de la inteligencia artificial, México tiene una oportunidad de oro para capacitar estudiantes y profesionistas mexicanos en Estados Unidos y mejorar la competitividad nacional en el contexto del nearshoring y de la tensión comercial con China. Habrá que ver si nos gana el miedo al éxito y nos pasmamos sin hacer nada, echándole la culpa a los EEUU y a España de todo lo que nos ha pasado, nos pasa y nos va a pasar.
Embajada en Noruega
Con candidez, Omar Fayad minimizó la importancia de la diplomacia mexicana, diciendo a la Comisión de Relaciones Exteriores del Senado que no tenía ningún mérito para ser embajador. Vamos, imagínese usted si todos los nombramientos de carácter técnico y especializado y sometidos a una ratificación por un poder distinto fueran tan tersos. Imagínese que los doctores que van a atender a los pacientes en un hospital fueran nombrados así, sin conocimientos ni experiencia para el puesto. Estamos en manos de todólogos y de personas que, sin ninguna dignidad profesional, pueden aceptar puestos para los que no tienen capacidad porque… (ignoro la razón, pero como dice el propio presidente: ¨lo que no suena lógico, suena metálico¨).
Cambio climático
México sigue sin acciones concretas para frenar y revertir el cambio climático. Sobran especialistas con capacidad y experiencia suficientes para ayudarnos a formular política pública, legislación y proyectos sólidos para volvernos líderes en acción climática, como Gabriel Quadri quien, cuando menos, debería ser el responsable de una secretaria o agencia gubernamental encargada de la administración de recursos naturales. Es una pena ver el desperdicio de talento en México. Aunque dicen muchos de quienes lo conocen, que su arrogancia opaca su conocimiento.