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A dos años de la aparición de SARS-CoV-2 y su secuencias de mutaciones y consecuencias, hoy es imposible pensar en querer volver a lo mismo… a una desgastada normalidad.

Que podríamos hoy llamar normalidad ante la percepción de una realidad o realidades distintas provocadas por la pandemia que ha exhibido lo mismo nuestra vulnerabilidad que fortalezas.

A la distancia y en el devenir de los retos que presenta la pandemia en todos los campos de la actividad humana, en la UNAM se han venido produciendo y desarrollando conocimientos como alternativas a los desafíos que enfrentamos.

Desde la UNAM investigadores y académicos, especialistas y estudiantes, funcionarios o sencillos servidores públicas ya sea de forma presencia, escalonada o a distancia, desde el aula y laboratorio se esfuerzan por dar respuesta a un país que vive condiciones extraordinarias que demandan unidad y solidaridad.

Regímenes políticos

El Instituto de Investigaciones Jurídicas de la UNAM (IIJ) en una charla abordó la preocupación creciente de que en el mundo se viva la “erosión democrática”, debido a que en los regímenes se observa un desmantelamiento desde el interior de las fuerzas políticas que han llegado al poder. Se explica como un proceso que no es nuevo, sin embargo, parece multiplicarse en años recientes, llegando incluso a países como Hungría, Polonia y, potencialmente, Estados Unidos. En opinión del investigador de la Universidad de Notre Dame, Aníbal Pérez-Liñan, manifestada en la charla “Las elecciones bajo sospecha: El ataque a las instituciones electorales y la defensa de la democracia”, con la que se concluye el diplomado en “Elecciones, Representación Política y Gobernanza Electoral. Reglas, actores, procesos e innovación democrática”, organizado por el IIJ, se reflexionó respecto del debate generado por una ola de autocratización en el mundo, o de un proceso aislado en algunas naciones.

Se hizo referencia al caso de Estados Unidos, apuntado al expresidente Donald Trump que cuestionó los resultados de la última elección para denunciar que hubo una especie de fraude que no puede probar, sin embargo, de manera directa en la credibilidad del proceso democrático. El expositor explicó que en un artículo reciente publicado en el Washington Post se comentó que en 2021 había división partidaria de la credibilidad en la contienda; señalando que el 79% de los votantes demócratas creen que las elecciones son limpias, pero solo 27% de los republicanos que sufragan confían en el proceso electoral, en tanto que apenas la mitad de los independientes cree en la legalidad del mismo electoral, en tanto que apenas la mitad de los independientes cree en la legalidad del mismo, apuntó. Pérez-Liñan sostuvo que se trata de un tema ligado a “una democracia que normalmente tratábamos como consolidada, es un problema evidente, pues significa que la credibilidad de las elecciones está en juego y va a continuar estándolo”.

Agregó el especialista que hay un mecanismo por el cual las legislaturas están rediseñando distritos, para que ciertos candidatos tengan ventaja en las próximas elecciones, lo que complicará aún más la credibilidad del proceso electoral en Estados Unidos. “Esto, en una democracia que normalmente tratábamos como consolidada, es un problema evidente, pues significa que la credibilidad de las elecciones está en juego y va a continuar estándolo”. En las explicaciones de Pérez-Liñan destaca que las naciones donde se cuestiona el mecanismo electoral, están ligadas directamente con los peligros de la erosión de la democracia. Comentó que recientemente, a nivel internacional politólogos identificaron patrones comunes a este proceso: movilización y legitimación, triunfo electoral, reconfiguración del poder con la eliminación de controles, asegurar la permanencia del nuevo gobierno mediante la reelección, así como limitar las libertades civiles.

Trabajo en red

La pandemia ocasionada por la COVID-19 ha generado retos de educación e investigación inéditos. Esto encuentra un énfasis especialmente debido al apoyo que requieren alumnos y profesores en la región para mantenerse con sus actividades, reconocido por especialistas durante el Primer Encuentro de la Red de Institutos Públicos de Investigación en Derecho en América Latina. Destacan en la agenda de especialistas en la materia, académicos de Colombia, Argentina, Brasil y México, que se reunieron a distancia, para intercambiar experiencias en investigación, generar conocimiento en común y compartirlo. Para el director de IIJ, Pedro Salazar Ugarte, es de resaltar que la formación de la Red y el encuentro es oportuna y pertinente para las instituciones que viven un momento interesante, prometedor y, al mismo tiempo, desafiante en labores de investigación y docencia, en concreto las áreas jurídicas y materias afines al Derecho.

El académico sostuvo que la Red se integrada por miembros del IIJ; del Instituto Unidad de Investigaciones Jurídico-Sociales Gerardo Molina (UNIJUS), de la Universidad Nacional de Colombia; el Instituto de Investigaciones Jurídicas y Sociales “Ambrosio L. Gioja”, de la Universidad de Buenos Aires, Argentina; y la Facultad de Derecho, de la Universidad de São Paulo, Brasil. En opinión del investigador de la UNAM y moderador de la reunión, Juan Francisco González Bertomeu, el organismo “aspira a contribuir en la comprensión y análisis de la realidad latinoamericana, y se constituirá como un espacio de encuentro, diálogo, y cooperación para fortalecer, a través del trabajo colaborativo, la investigación en los institutos que la conforman”.

En su participación las investigadoras del IIJ, María Elisa Franco Martín del Campo y María Paula Saffon, comentaron que las afectaciones por razones de género y el confinamiento evidenció los efectos diferenciados de la división de labores en el hogar, toda vez que de acuerdo con la Organización Internacional del Trabajo ellas realizan 76.2% del quehacer no remunerado. La investigadora Saffon se manifestó a favor de ampliar la cobertura de Internet, a fin de que llegue al mayor número de estudiantes en las zonas más apartadas.

En cuanto al director del UNIJUS, Pedro Galindo, se trata de un esfuerzo que permitirá aprovechar las expectativas de pluralidad y “las diferencias entre nosotros: ustedes son especialistas en Derecho, y nosotros en esa materia y en Ciencia de la Política”. De esta manera se ofrecen perspectivas “a las cuatro universidades estatales que nos hemos conjuntado para mirar nuestro futuro”.

Por su parte Celso Campilongo, decano de la Facultad de Derecho de la Universidad de São Paulo, destacó la trascendencia de realizar investigaciones conjuntas mediante talleres, seminarios, artículos y libros. Para Ronaldo Macedo, de la Facultad de Derecho de la Universidad de São Paulo, comentó: durante la pandemia, si bien esta institución apoyó a sus estudiantes con la distribución de computadoras, para la mayoría de las instituciones brasileñas fue difícil hacerlo; además, con el argumento de la privacidad, los alumnos no querían encender las cámaras de sus dispositivos.

Inteligencia artificial

La inteligencia artificial con datos en tiempo real y de acceso abierto permite monitorear, modelar y gestionar los sistemas ambientales a una escala y velocidad que antes no era posible. Se habla de tareas que van desde la deforestación ilegal, extracción de agua, pesca y caza furtiva hasta el cambio climático, además de que permite dar respuesta a los desastres naturales o agricultura. Marian Scott, de la Escuela de Matemáticas y Estadística de la Universidad de Glasgow, Escocia señaló que los estadísticos están impulsados por la curiosidad. Agregó “Queremos comprender los patrones ambientales que podemos observar en los datos que recopilamos y que se trata de crear conocimiento y mejorar la comprensión, de explicar. “Queremos trabajar de manera oportuna, en tiempo real, y hacer inferencias; esta tecnología puede ayudar en áreas de acción prioritaria como contaminación del aire, biodiversidad y conservación, océanos, seguridad hídrica, aire limpio, clima y resiliencia ante desastres. En la conferencia “Una visión digital de la tierra. Post COP, ¿A dónde vamos?”, la científica señaló que los modelos estadísticos se utilizan para entender, explicar y predecir, para encontrar herramientas de modelado computacionalmente eficientes. “Lo que está revolucionando, lo que hacemos, es la capacidad de acceso a datos satelitales, drones y sensores automáticos”.

En el marco del ciclo de conferencias “Consorcio Universidades por la Ciencia”, organizado por Fundación UNAM y la agrupación de instituciones educativas de México, Estados Unidos, Reino Unido, Brasil, España, Argentina y Chile, Marian Scott expuso: la ciencia de datos está contribuyendo a la forma en que gestionamos el planeta en el que vivimos. En opinión de la profesora de estadística ambiental cambió la forma en que medimos y monitoreamos el medio ambiente y abrió oportunidades para que los estadísticos, científicos y analistas de datos contribuyan al debate público y político en torno a temas como el logro de cero emisiones netas de carbono. Scott sostuvo que uno de los grandes desafíos en el área es el flujo de datos que se generan, “mucho más rápido que antes”. Reconoció que tenemos una “inundación” de información, pero a veces no es exactamente lo que se desearía: ¿estamos aprovechando al máximo estos flujos? ¿la tierra digital es realmente una visión de un entorno totalmente cuantificado, con ecosistemas que podemos modelar matemática y computacionalmente? cuestionó.

Explicó la académica que la tierra digital es descrita como una réplica interactiva del planeta que puede facilitar un entendimiento compartido de las múltiples relaciones entre los ambientes físico y natural, y la sociedad. “Si la imaginamos como un modelo del sistema, entonces necesitará ser constantemente actualizado con datos. Ellos serán realmente importantes. Destacó que su naturaleza se transformó; hoy, son grandes y complejos todo el tiempo y rara vez se recopilan manualmente, como se hacía antes y, por el contrario, se utilizan satélites, sensores, drones, etcétera, tecnología que además se actualiza constantemente.

En su participación el investigador emérito en el Instituto de Geofísica e integrante de la Junta de Gobierno, Jaime Urrutia Fucugauchi, recalcó que ese tema no es sólo particularmente interesante, sino que se relaciona con el calentamiento global y la reciente Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (COP26). Se destacó en la sesión a distancia, moderada por Ana Elena González Treviño, directora del Centro de Estudios Mexicanos UNAM-Reino Unido, el presidente de Fundación UNAM, Dionisio Meade, la idea de establecer un consorcio de universidades por la ciencia. Explicó que la emergencia sanitaria cerró las puertas de comunicación, por tal motivo se diseñó esta idea de la mano de Jaime Urrutia, con la participación de El Colegio Nacional, la Universidad de las Américas Puebla, la UNAM y su Fundación, “a la cual nos sumamos con entusiasmo, porque nos damos cuenta de que estamos dando la vuelta a las restricciones de la pandemia”.

Subrayó que con el tiempo se acredita que el consorcio está vigente, que es una vía donde podemos compartir conocimiento, aprovechar la sabiduría de los expositores y sumar la posibilidad de intercambio respecto de las investigaciones que se desarrollan. Pero, sobre todo, abre a los jóvenes una ventana de oportunidad para que consideren, dentro de sus opciones profesionales, las que derivan de las presentaciones. Se destacó la transversalidad del conocimiento y de las especialidades que se requieren para avanzar en la investigación y el desarrollo de algunos tópicos, reclaman visiones interdisciplinarias. Las fronteras cada vez tienen menos relevancia; si hay algún espacio para el cual eso es así es, justamente, el entorno de la contaminación ambiental. En su intervención.

Penelope Morris, de la Universidad de Glasgow, destacó la relevancia de la serie de conferencias que se ha constituido en una manera de estar juntos, pero también es una manera de desarrollar la colaboración entre universidades.

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