Congresistas

Los dilemas de la Política Exterior de México

Donald Trump

Relatoría Susana Chacón

(Primera parte)

Por su relieve hemos publicando una serie de despachos sobre los trabajos desarrollados en economía por el Centro Tepoztlán Víctor L. Urquidi, espacio de discusión y análisis, que preside Clara Jusidman y acompañan personalidades como Enrique Provencio, Juan Carlos Moreno Brid, Francisco Suárez Davila, Miguel Báñez, entre otros destacados intelectuales.

Gracias a la estupenda relatoría de Héctor Barragán hemos podido seguir y publicar en riguroso análisis las deliberaciones del grupo sobre la política económica del presidente Andrés Manuel López Obrador, arrojando interesantes reflexiones como la que documenta el que se privilegia una política fiscal ortodoxa, centrada a combatir la inflación y privilegiando la apertura económica a través del T-MEC sin el incremento de impuestos progresivos y reduciendo el ISR a 20%, y otros planteamientos más muy relevantes que han quedado expuestos.

También por su trascendencia decidimos publicar de manera alterna y de forma seriada los trabajos del grupo titulado Los dilemas de la Política Exterior de México, cuya relatoría no menos brillante estuvo a cargo de Susana Chacón y realizada en mayo de 2019. La mecánica del trabajo se desarrolla en tono de prólogo o una presentación del andamiaje de un firme contexto internacional e interno para luego dar cauce a una serie de deliberaciones, datos, argumentos y conclusiones.

Una apretada síntesis, pero no exenta de calidad y clara narrativa despliega los trazos del trabajo sobre la política exterior de la administración del presidente López Obrado cuya característica es que en México, esa responsabilidad de la Política Exterior, conforme con la Constitución y en nuestras tradiciones, corresponde al Jefe de Estado. “El Presidente de la República tiene un papel definitivo en las decisiones con el exterior” y la reflexión que surge en los primeros seis meses del nuevo gobierno, nos preguntarnos ¿cuál es la posición del jefe del Ejecutivo?, asunto consignado en el Plan Nacional de Desarrollo.

Deriva del análisis sobre la Política Exterior que hay una visión muy estrecha del mundo, debido a que el pensamiento del jefe del Ejecutivo se manifiesta con que: “la mejor Política Exterior es la política interna, no voy a viajar durante el presente año, no me gusta tomar aviones personales”. Lo expresado se interpreta como “un rompimiento con los protocolos más conocidos de la política a nivel de Jefes de Estado. Son protocolos que pueden ser válidos o no, pero que es difícil romperlos, una visita de Estado tiene ciertas características y una es el trato especial que se le da al Jefe de Estado desde que se baja del avión. No puede llegar en un vuelo comercial”.

Y es que en el marco de la tradición de la Política Exterior mexicana y de la globalidad se comparte la idea de que es imposible pensar en una gran transformación del país en la que el factor externo no se considera. ¿Cómo es posible que muchos aspectos de esa gran transformación tengan lugar si no se hacen cambios en lo que toca a nuestra ubicación en el mundo y la relación con el exterior?

Se nos comparte la idea sobre el que “se debe enfrentar la enorme vulnerabilidad que significa en la historia y en nuestro presente la dependencia que tenemos con Estados Unidos, entonces ¿cómo empezar a buscar caminos que permitan diversificar? Es necesario buscar quiénes son aquellos socios comerciales que nos importan. China sin duda es nuestro segundo proveedor más importante y recomendamos que se le dé mayor importancia a la relación bilateral. ¿Cómo si no hay visita de Estado?”

*La formulación de la política exterior debe considerar lo que sucede en el escenario global. Varios son actualmente estos aspectos:
1. La gran lucha de poder entre dos hegemonías, Estados Unidos y China y la guerra comercial entre ambos.
México la tendría que seguir de cerca porque son temas cuya solución y tendencias tendrán influencia en nuestras relaciones económicas con el exterior y también para saber cuál es el campo de maniobra que tenemos.
2. Los cambios tecnológicos: ¿Cuáles son las amenazas y cuáles son los límites a la soberanía de los estados nación?
3. El cambio en el mapa político de América Latina: ¿Qué papel jugará México?

“Hay temas en los cuales se han tomando posiciones muy claras y son: a) La búsqueda del entendimiento con Estados Unidos; b) la relación con Centro América; y, c) un tema condicionando a la imagen y a la posición de México en el mundo que es la postura ante el problema de Venezuela”.

Desglosadas van una escala de reflexiones que no pueden estar al margen como el que, con EEUU, López Obrador ha tomado una posición clara, no responder a las provocaciones de Trump. Lo que se interpreta como que “es sin duda una forma importante de hacer política. Pero está también la relación con el Congreso, la relación con los Poderes Locales que se establece a través de los Consulados. Hay muchos otros tableros en los que se está jugando y en esto es clave el papel de la Embajada de México en EEUU”.

Se registra en la relatoría el hecho de que “existe una ausencia general: no contamos con un gabinete de Política Exterior. Éste sería conveniente para toda la agenda con el exterior y, entre otras cosas, para los momentos difíciles como la situación electoral en Estados Unidos. La lucha electoral dentro de la Unión Americana condiciona mucho la respuesta que se le da a México en muchos temas. Debemos pensar cómo asegurar cuáles van a ser las tendencias porque son posiciones que pueden ir variando tanto con Trump, como con los republicanos y por otra parte los demócratas”.

Sobre Centroamérica se apunta que “se observa desde dos perspectivas: por una parte, justo recién electo López Obrador, hubo un gran interés en fijar una línea de políticas con el deseo de construir un programa de desarrollo integral. Aparentemente había una reacción positiva de Trump. Casi se llegó a ver como posible un plan de López Obrador apoyado por Trump para manejar las cuestiones de desarrollo y de creación de empleo. Esto no sucedió, de ahí que sea necesario cambiar la narrativa. El jefe del Ejecutivo no la cambia y sigue hablando de que el proyecto es el desarrollo de Centroamérica. Por otra parte, y en este momento, ante el número de caravanas migrantes y el sentimiento de xenofobia, no queda claro si México está preparado para poder controlar su frontera Sur”.

En lo que respecta a la posición sobre Venezuela, se perfila una serie de interrogantes “¿Cómo se ubica México en este panorama que ha surgido con motivo de la situación interna venezolana? No es un problema únicamente de lo que pasa entre los venezolanos, es un problema de Política Internacional. Lo que pase con Venezuela está muy influenciado por lo que Trump quiera al momento de sus elecciones de 2020. Es importante preguntar ¿Cuál es el costo que tiene la política que se sigue para nuestras relaciones bilaterales hacia el Norte, hacia el Sur y hacia el mundo? ¿Quiénes son nuestros aliados hoy en día? Parecería que hemos tenido, retomando a Enrique Berruga, Cien Días de Soledad. Si queremos tener aliados hay que tener un panorama de relaciones exteriores más amplio.”

Se concluye en la síntesis de la relatoría que “con un discurso que finalmente se liga una vez más con la invocación de principios, no es suficiente. Es indispensable saber cómo operar una política y ese dilema de la invocación de principios y la operación política es la que no encuentra todavía un resultado en el nuevo gobierno”.

Se despejan los primeros comentarios del trabajo que ponemos a disposición de la reflexión que se desarrolla en el Grupo Tepoztlán, iniciando con lo siguiente.

Un 80% de nuestra Política Exterior es con Estados Unidos. Medido en términos de movilidad social, de relaciones económicas, de impacto político, etc. México tiene una estructura muy potente dentro de los EEUU que podría aprovechar mejor: están los 50 Consulados; debajo de ellos hay 500 confederaciones y debajo de las confederaciones hay 5 mil Clubes de Asociados Oriundos donde el fútbol tiene un impacto enorme. Estas son las formas de mantener la cohesión social de los mexicanos en Estados Unidos y debajo de esos 5 mil clubes están los 36 millones de mexicanos. Es sustancial definir cómo vincularnos mejor con estas comunidades.

La concentración del 80% de la relación con EEUU es una inercia histórica que no cambia. Sería conveniente conocer lo que Brasil ha determinado: tener casi cuatro cuartos en el mundo con lo que es América del Norte, Europa, Asia y América Latina. Así es mucho más saludable porque permite responder ante las distintas oscilaciones de la política mundial.

En la relación con China, a López Obrador no le interesa salir del país, pero ya salió la primera Delegación de Morena a China. Al presidente le gusta mandar señales opuestas. Dice una cosa, pero está actuando indirectamente con otras. Es importante considerar que China es muy fuerte en infraestructura y actualmente, en la nueva Ruta de la Seda y el gran Banco de Infraestructura.

EEUU tiene un gran presupuesto como todas las sociedades maduras. El presidente no lo puede usar a su antojo dado que hay muchos grupos de interés que se lo impiden como es el caso del papel del Congreso. Esto lo estamos viendo con la construcción del muro y el berrinche de Trump.

Salir de la versión móvil