Desafíos virales, ignorancia digital y clonazepam: la peligrosa mezcla que acecha a nuestros jóvenes

Autor Congresistas
97 Vistas

Beto Bolaños

En un entorno dominado por las pantallas y los algoritmos, donde la validación social se mide en likes y vistas, los jóvenes enfrentan una amenaza silenciosa pero devastadora: los retos virales. Bajo la apariencia de entretenimiento o pertenencia grupal, muchos de estos desafíos ponen en peligro no solo la integridad física y mental de los adolescentes, sino también su vida.

Uno de los casos más alarmantes en México fue el reto conocido como “El que se duerma al último gana”, difundido en redes como TikTok, donde menores de edad ingerían clonazepam —un ansiolítico de uso psiquiátrico y altamente controlado— para competir entre sí. ¿El objetivo? Resistir el sueño inducido por el fármaco. ¿El resultado? Decenas de menores intoxicados y algunos hospitalizados en estado grave.

Ignorancia disfrazada de reto

Lejos de ser una travesura inocente, este tipo de retos reflejan una ignorancia profunda sobre las consecuencias del uso indebido de sustancias controladas. El clonazepam no es un dulce ni una herramienta de socialización: es un depresor del sistema nervioso central que puede inducir coma, falla respiratoria e incluso la muerte, especialmente si se mezcla con otras sustancias como alcohol.

Pero el problema va más allá del desconocimiento: muchos adolescentes accedieron al medicamento sin receta, gracias a redes ilegales en Facebook Marketplace, WhatsApp o grupos privados. La facilidad con la que un menor puede conseguir una pastilla que debería estar bajo estricta vigilancia médica revela una grave falla del ecosistema digital y regulatorio.

TikTok y la viralización del peligro

TikTok ha sido señalada como plataforma donde se han diseminado este tipo de retos. Aunque la empresa afirma eliminar contenido nocivo y colaborar con las autoridades, los hechos demuestran que los algoritmos siguen priorizando la viralidad sobre la seguridad. Millones de visualizaciones no surgen de la nada. A veces, basta un video disfrazado de “broma” para desencadenar una cadena de imitaciones entre menores que buscan aceptación, sin medir las consecuencias.

Las plataformas digitales no son las únicas responsables, pero sí cómplices pasivos cuando no actúan con contundencia. Mientras los filtros fallan, los niños están solos frente a una pantalla que no distingue entre juego y peligro.

¿Qué pueden hacer los adultos?

Frente a este panorama, padres, madres y educadores tienen la obligación urgente de intervenir, no desde el miedo o la censura, sino desde la información y la vigilancia afectiva. Algunas medidas clave:

  • Hablar claro sobre los riesgos de retos virales y el uso de medicamentos sin prescripción.
  • Supervisar el uso de redes sociales, especialmente en edades tempranas.
  • Detectar cambios de conducta: aislamiento, somnolencia inusual, pérdida de interés, nuevas amistades sospechosas.
  • Fomentar una relación de confianza para que los hijos hablen sin temor cuando son presionados o se sienten inseguros.

¿Y si ya ocurrió? Pasos ante una intoxicación

Si un menor ha consumido clonazepam sin receta o presenta signos de intoxicación (mareo, confusión, somnolencia profunda o dificultad para respirar):

  1. Llamar de inmediato a emergencias (911) o acudir al hospital más cercano.
  2. No provocar el vómito ni darle café o líquidos sin indicación médica.
  3. Conservar el envase o pastilla para que los médicos conozcan la sustancia exacta.
  4. Notificar a las autoridades educativas si ocurrió dentro de la escuela.

Canales de denuncia

Si se detecta venta de clonazepam sin receta o a menores:


Conclusión

Los retos virales que trivializan el consumo de medicamentos controlados no son juegos: son expresiones peligrosas de una cultura digital que premia el absurdo, y de una sociedad que aún no encuentra el equilibrio entre libertad digital y responsabilidad comunitaria.

Es hora de asumir que la ignorancia no puede seguir siendo excusa, y que la prevención empieza en casa, pero debe continuar en la escuela, en las plataformas y en las instituciones. No se trata solo de prohibir, sino de educar, vigilar y actuar antes de que otro reto cueste una vida.

Artículos Relacionados