Contra el silencio y el olvido: el grito de justicia

Autor Congresistas
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Elio Villaseñor

“El olvido está lleno de memoria.”

Mario Benedetti

El 30 de agosto, Día Internacional de las Víctimas de Desapariciones Forzadas, establecido por la Asamblea General de las Naciones Unidas en 2010, nos recuerda una de las realidades más dolorosas y urgentes de nuestro tiempo.

En México, las desapariciones se han convertido en una de las tragedias más terribles: cuerpos encontrados en campos de exterminio, fosas clandestinas, vehículos abandonados e incluso en espacios de recreación. Cada persona desaparecida lleva consigo la marca del crimen organizado y, al mismo tiempo, el silencio de la justicia.

Algunos testimonios estremecedores:

  • Daniel Velazco, joven desaparecido en Guadalajara en 2022, presumiblemente secuestrado por el Cártel Jalisco Nueva Generación.
  • Aida Karina Juárez Jacobo, del colectivo Siguiendo tu Rastro con Amor, quien buscaba incansablemente a su hija Goretty; fue secuestrada y hallada asesinada en San Luis Potosí.
  • Ana Amelí García Gámez, una joven de 19 años desaparecida en el Ajusco, Ciudad de México, cuyo rastro se perdió en el Pico del Águila.
  • Y el caso de 40 migrantes de Cuba, Honduras y Ecuador, desaparecidos en diciembre de 2024 tras abordar una lancha en Chiapas.

Las cifras son terribles: más de 125,287 personas desaparecidas, el 90% a partir de 2006. La ONU ha señalado que estas desapariciones son “sistemáticas y generalizadas”, sumadas a una crisis forense que acumula 5,600 fosas clandestinas y 72,000 cuerpos sin identificar.

Frente a esta realidad, la voz de las familias se levanta. Son ellas quienes buscan con sus propias manos, quienes se niegan al olvido y, con coraje, gritan: ¡Ya basta! ¡Justicia!

Buscadoras destacadas

  • María Herrera Magdaleno (“Doña Mary”): perdió a cuatro hijos entre 2008 y 2010; fundó un colectivo nacional y llevó su causa hasta el Vaticano. En 2023, fue reconocida por la revista Time como una de las personas más influyentes del mundo.
  • Cecilia Delgado Grijalva (Sonora): tras la desaparición de su hijo Jesús en 2018, lo encontró en 2020 en una fosa clandestina. Fundó Buscadoras por la Paz, colectivo que ha logrado devolver cerca de 200 cuerpos a sus familias.
  • Teresa González Murillo (“Teresita”): buscaba a su hermano desde 2024. En marzo de 2025 fue víctima de un intento de secuestro y murió días después. Su historia muestra el enorme riesgo que enfrentan quienes defienden la vida y la memoria en México.

Este 30 de agosto, en Ciudad de México, Guadalajara, Colima, Guerrero y muchos otros lugares, miles de familias salieron a las calles en marchas, protestas y vigilias, recordando a quienes faltan y exigiendo justicia.

La sociedad entera tiene el deber de no ser indiferente. Debemos sacar fuerza espiritual y solidaridad, y sumarnos al grito que atraviesa plazas, calles y corazones:

¡Justicia para las víctimas! ¡Nunca más silencio ni olvido!

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