Educar contra la violencia

Autor Congresistas
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Oscar Negrete

Entre los reclamos sociales más urgentes se encuentra la necesidad de reducir la violencia, especialmente contra mujeres y niñas.

Los orígenes de la violencia se encuentran en el núcleo social mexicano fortalecidos por tres factores fundamentales:

1. La falta de planificación familiar.

La ignorancia es causa de que las personas imiten conductas de su núcleo familiar/social que perpetúan condiciones y situaciones de pobreza y retroceso. La conducta primigenia que perjudica las posibilidades de mejoría social es la reproducción humana no planificada a la par de la falta de preparación para tener hijos. Los embarazos adolescentes son casi una sentencia de pobreza y de violencia para las madres y sus hijos. La madre pierde oportunidades educativas y de empleo por brindar atención a sus hijos y los hijos crecen en núcleos familiares desintegrados y desprotegidos. En muchas ocasiones las madres solteras o adolescentes son víctimas de violencia y acoso laboral, y no tienen más opción que tolerarlo ya que o no cuentan con un apoyo económico adicional en casa o ante la precaria economía mexicana, deben aferrarse a un trabajo a costa de lo que sea, incluyendo violencia física y emocional que afecta su dignidad. De igual forma, la tensión y el estrés generado por esta situación, disminuye su tolerancia a los eventos domésticos relacionados con la conducta de sus hijos e hijas, con quienes encuentran conflicto de forma constante, ante la necesidad de educarlos y la poca disponibilidad de tiempo, tolerancia emocional y recursos económicos. Como es frecuente, las madres solteras no terminan sus estudios profesionales y, en consecuencia, no pueden ayudar a sus hijos en labores de tareas escolares, lo cual reduce el incentivo de los hijos para educarse ante la frustración de no tener un apoyo real en casa.

2. La falta de formación en educación cívica y social en los programas escolares.

Las escuelas se han convertido en centros ideológicos donde se ha perdido competitividad académica a nivel internacional, pero, inclusive más grave que esto, se ha perdido la formación humana en la compasión y la convivencia adecuada. La cortesía y la amabilidad son vistas como muestras de debilidad y no como virtudes de una sociedad civilizada. Seguimos perdiendo empatía y esto es en desmedro de todos. Sin empatía, no podemos comprender la necesidad de evitar la violencia. Para muestra un botón: observe el lector la cortesía entre conductores en la calle. Es nula. Nos matamos por ninguna razón, ya que no hemos sido educados para superar el complejo ni entender el contexto social de necesidad de convivencia mutua. Manejar un auto, por ejemplo, es convivir, no competir.

3. El machismo

El estado mexicano ha sido omiso y mediocre en combatir la arraigada cultura del machismo. En hogares y escuelas debe fomentarse la educación al mismo nivel y las oportunidades laborales para hombres y mujeres. Deben evitarse y sancionarse los comentarios formadores de cultura hostil, relacionados con estereotipos o prejuicios contra las mujeres. Debe trabajarse en ejercicios académicos, domésticos y laborales de capacitación en interacción social adecuada, reconociendo las limitaciones históricas y fallas en la cultura social mexicana, para sustituirlas por enseñanzas, prácticas y formas de relacionarse basadas en el respeto, el diálogo, la razón sobre las emociones y el entendimiento de igualdad derechos, obligaciones y oportunidades sociales para hombres y mujeres.

Violencia familiar 2

Por cierto:

Al presidente le faltó se presidenciable.

El presidente sigue perdiendo la calma. Ante el reportaje hecho por The New York Times sobre supuestas relaciones con el narcotráfico, el presidente utilizó la conferencia matutina de comunicación social para atacar a ese periódico. La llamada investidura presidencial se ha perdido. Analice el lector la actitud del presidente. No debate, no intercambia ideas. No existe un proceso dialéctico para crear política pública. Solamente hay confrontación y la perenne sonrisa irónica y burlona del presidente, siempre desde la comodidad del monólogo mañanero, donde sabe que nadie lo puede reconvenir.

Peso pluma no va a Viña del Mar

Hablando de la violencia y el desprecio por la dignidad de las mujeres en la cultura popular, ¿ha escuchado usted las letras de las canciones de peso pluma? es noticia en México que peso pluma no va a Viña del Mar. Le damos atención a quien no la merece y, como dicen por ahí, en el pecado llevamos la penitencia.

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