Lucha contra la violencia

Autor Congresistas
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La presencia de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM) ha sido constante en los cerca de 21 meses que vivimos de pandemia. Se han abordado todas las disciplinas con el rigor del análisis, la necesidad de contenidos, oportunidades y con el ánimo de cómo servir no sólo a la comunidad estudiantil, académica sino también atendiendo a distintos sectores de la sociedad. El conocimiento ha estado ahí a la disponibilidad de los sectores que los demanden y los catedráticos se han mantenido a la disposición de los medios de comunicación para profundizar y elevar los contenidos en la construcción de confianza y certidumbre.

Búsqueda y lucha contra la violencia

Desde la UAM, se reconoce que el análisis y entendimiento de una problemática tan compleja como la de las violencias obliga a entablar un diálogo que incluya la perspectiva desde la investigación universitaria, pero también la de sobrevivientes y víctimas, quienes siguen luchando por justicia y verdad y pueden, desde sus experiencias terribles. Para el doctor José Antonio de los Reyes Heredia, rector general de la UAM es necesario aportar conocimientos invaluables en un esfuerzo compartido por proponer posibles soluciones.

En la ceremonia de apertura de la sesión plenaria de los conversatorios virtuales, la universidad ante las violencias, celebró la constitución de la Red de investigación sobre violencias, integrada por los ejes temáticos feminicidios y violencia machista. Desapariciones forzadas y familiares buscando, como desplazamientos forzados ya que sus consideraciones teórica y conceptual parten de entender este fenómeno como multidimensional con distintas manifestaciones, entre ellas las que han sufrido mujeres, migrantes y miles de personas desaparecidas.

El interés de contribuir desde la academia en la comprensión y búsqueda de estrategias para enfrentar y mitigar las distintas formas de violencia, la UAM de 65 investigadores e investigadoras que abordan estos temas, por lo que invitó a integrarse a la red, construir respuestas claras desde la academia y seguir avanzando, como Universidad pública, con un alto compromiso social, en el combate de este mal. Para el rector, “hoy más que nunca se acusa la necesidad de reenfocar la realidad en un esfuerzo que implica identificar nuestras fortalezas como universidad pública, repensarnos como comunidad y plantear acciones que nos permitan integrarnos de mejor manera como sociedad, para la sociedad y con la sociedad”.

Al presentar las conclusiones de los conversatorios virtuales, en el tema de Desapariciones forzadas y familiares buscando, la Dra. Ileana Diéguez Caballero, investigadora del Departamento de Humanidades de la Unidad Cuajimalpa, expuso que desde la década de 1960 la sociedad mexicana y una parte significativa de Latinoamérica sufre las consecuencias de la desaparición forzada como una práctica sistemática “ejercida por el Estado y por los necropoderes que administran la muerte”. Se documentó que en México la información oficial reconoce más de 90 mil desaparecidos, dato que supera todas las cifras históricas aportadas por los terrorismos de Estado en este continente”.

En opinión de la investigadora enfrentamos una realidad con más de tres mil fosas clandestinas y miles de cadáveres sin identificar ante la insuficiencia y muchas veces la complicada acción de las fuerzas estatales, son los familiares quienes buscan por cuenta propia, organizados en más de 70 colectivos a lo largo y ancho del país. Sostuvo que “las familias han devenido buscadoras y buscadores, agentes de cambio, líderes sociales en búsqueda de la verdad y la justicia”, y la gran mayoría de quienes integran los colectivos son mujeres que han quedado al frente de sus familias y que además de dedicarse de tiempo completo a escudriñar tienen que sostenerse económicamente y cuidar de sus hijos e hijas. Agregó que la experticia desarrollada a partir de más de una década buscando en vida y en fosas clandestinas en campo, exigiendo a las instituciones judiciales el debido proceso de investigación, aportando información para los expedientes de sus seres queridos, los ha transformado en depositarios de saberes situados que les otorgan una ineludible condición de expertas y expertos.

Reconoció que la universidad y quienes trabajan en ellas “debemos reconocerles esa condición de expertas y expertos y generar proyectos en común con quienes deben ser considerados nuestros pares”; es urgente que sus saberes participen de la construcción de conocimiento y formen parte de documentos públicos que aporten luz a las generaciones presentes y futuras “para generar estrategias que nos permitan encontrar verdad y justicia y construir una vida sin violencia”.Manifestó que también es urgente que desde la Universidad “podamos imaginar estrategias para apoyar la búsqueda de las y los familiares en México”.

Irma Leticia Hidalgo, madre de Roy Rivera Hidalgo –estudiante de 18 años de la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad de Nuevo León, a quien busca desde enero de 2011– integrante fundadora de Fuerzas unidas por nuestros desaparecidos en Nuevo León y considerada un referente fundamental en la lucha y la resistencia de las madres mexicanas y de Latinoamérica, afirmó que su hijo fue secuestrado por hombres que vestían chalecos de policías municipales de esa entidad. Se informó que la organización forma parte de los más de 70 colectivos de familiares en México quienes “buscamos por nuestros propios medios y exigimos al Estado mexicano que cumpla con su responsabilidad en esta tragedia humanitaria, por las graves violaciones a los derechos humanos, contra la vida y contra la libertad”.

Indicó que en Nuevo León, “ese estado próspero y pujante en la economía de la nación”, hay un registro de 5 mil 591 desaparecidos en los últimos 15 años, en julio de este año se registraron 94 delitos contra la libertad, la mayor cantidad en un mes reconocida en una década y de enero a julio de 2021 se tiene el registro oficial de 389 personas privadas de su libertad en este estado.

Las cifras reflejan el “desinterés inhumano” de las instituciones involucradas en atender esta situación, porque todo esto sucede a 15 años de la cúspide o del inicio de las desapariciones forzadas en México. Se escuchó por los participantes que madres, abuelas y hermanos de la organización “tenemos casi una década de haber alzado la voz de nuestra indignación ante los múltiples campos de exterminio en la entidad”, donde se cuentan por miles y miles los restos humanos encontrados, además de los 1,800 cuerpos que están sin identificar en las fosas comunes de la Fiscalía General de Justicia de Nuevo León y continúan sin campaña para identificación sufriendo así una doble desaparición.

Y vino el reconocimiento de la comunidad “Para nosotros, la labor de la UAM ha sido sumamente importante, porque las diversas disciplinas que se unan en la búsqueda de la verdad y la justicia con nosotras deben consolidarse en este lugar, en la universidad; que reconozcan la organización y la lucha de las familias y visibilicen el saber de las y los buscadores nos da aliento para seguir y trabajar para que lo que nos pasó a nosotros no le pase a nadie más”.

Derechos humanos

Se dio a conocer que una misión prioritaria de la Defensoría de los Derechos Universitarios (DDU) de la UAM es construir ciudadanía y promover en alumnas y alumnos el conocimiento y el manejo de las garantías individuales y sociales. Asumen las autoridades de que es básico establecer que la DDU posee competencias en algo tan relevante como la prevención y no sólo en cuanto a casos, quejas y lo jurídico, aseveró durante su participación en los Diálogos en torno a los derechos universitarios: Construyendo ciudadanía estudiantil. Dijo que se está promoviendo la cultura de los derechos humanos y universitarios en la Casa Abierta al Tiempo, así como la atención a las víctimas por razones de género.

El equipo de la DDU está releyendo con cuidado el reglamento y haciendo una propuesta de modificaciones acorde con lo que hemos estado trabajando, con demandas e incluso algunos estudios que hemos hecho respecto de lo que la Institución pretende de la Defensoría. Sostuvo que a diferencia de sus inicios, cuando la instancia atendía de manera exclusiva la problemática por razones de género, ahora que cada Unidad académica tiene su propia oficina, aun cuando no es uno de sus ejes fundamentales es posible recopilar, conservar y sistematizar la información en materia de violencia y violencia por razones de género en la Universidad para contar con una base de datos sobre quiénes son los violentadores, a quiénes violentan y qué tipo de violencia ejercen. Comentó que si bien la DDU cuenta con programas preventivos es conveniente crear algunas defensorías adjuntas o bien que una persona fuera la defensora en cada una de las cinco sedes de la UAM.

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