La Ministra en retiro y senadora Olga Sánchez Cordero avalada por una larga carrera judicial y legislativa puntualizó la preocupación sobre en la forma y el sentido de cómo estamos legislando.
Como nunca antes fluyen en juzgados y despachos las acciones de inconstitucionalidad, las controversias, los amparos corren por los cauces legales.
Avalada por el reciente éxito obtenido con la aprobación del Código Nacional de Procedimientos Civiles y Familiares la ministra define los litorales entre lo civil y lo político.
Le hemos lanzado peso político a los asuntos electorales en contra de la democratización del poder y del interés nacional embriagados por el voto popular.
También en el contexto, pero en contorno de obscuridades el paquete de reformas electorales conocidas como el Plan B y los bosquejos de lo que apunta hacia una reforma del Poder Judicial son las que se pretende elegir a Ministros, magistrados y jueces.
Y precisó la senadora y Ministra la reflexión hacia la forma y el fondo de cómo se vienen dando los procesos de construcción de las leyes, apuntando sobre lo que estamos haciendo mal o haciendo bien, pero no señalando la necesidad de avanzar el quehacer legislativo en el sentido de democratizar el poder, la comunicación, el acceso a la información, etcétera.
Para la senadora y Ministra en retiro no pasan de largo los movimientos políticos como jurídicos que se han estado proponiendo en los recientes cinco años.
¿Qué cambios se vienen registrado en las relaciones de los tres Poderes de la Unión ante millones de mexicanos? ¿Se trata de nuevos estilos políticos y de lenguaje de jurisprudencia?
¿Se requiere de mayor información, transparencia y de deliberación pública y plural?
¿Qué nos comunica el ir y venir de millones de personas que se expresan demandando derechos humanos, identidad civil, política, cultural, social, salud, seguridad social, empleo?
Surgen rudezas innecesarias entre Poderes o argucias y trampas de Poder fracturando la constitucionalidad. A la vista de los mexicanos corren escenas de una película fincada en un guion como contrapunto que califica al Poder Judicial como expresión de rufianes de rufianes.
¿Se sucede una nueva letanía de una democracia de derechos humanos, de igualad, de recursos legales, de acciones de inconstitucionalidad?
¿Hablamos de democracia constitucional de un máximo Tribu o de las excesivas pretensiones de un Ejecutivo de contar como un tribunal constitucional a modo?
Es hora de reflexionar sobre la forma de ¿cómo estamos construyendo las reformas que demanda nuestro régimen democrático?, ¿qué estamos haciendo bien, regular o vamos en retroceso?
Los momentos de desencuentro entre el Poder Judicial de la Federación, el Poder Ejecutivo Federal y Legislativo registran un volumen y tensiones que se agravan y recrudecen con las reformas electorales reconocidas como el Plan B.
Reclamos de acciones de inconstitucionalidad, demanda de amparos, presentación de recursos.
Las relaciones entre el Poder Ejecutivo, Legislativo y Judicial viven a momentos críticos que se han recrudecido y parece que no a favor de contribuir a los avances de prácticos sino a los retrocesos en las reglas por la lucha del poder.
En los umbrales de las conclusiones de la reforma del paquete de leyes electorales está la respuesta sobre la forma en la que vamos construyendo y discutiendo las leyes que vienen acompañando algunas iniciativas de la Cuarta Transformación y que vienen cuestionando la forma de cómo estamos haciendo las cosas, como se pregunto la senadora y Ministra en Retiro Olga Sánchez Codero.