Desde el comienzo de la administración del presidente Andrés Manuel López Obrador esta se anunciaba agitada y distinta. Nada indicaba una gestión silenciada y tersa sino de vértigo por el ímpetu en el impulso de las transformaciones, agitada por la indignación acumulada en el olvido popular y vertido en la interpretación y el análisis de la dureza del poder.
En este sentido son interesantes las declaraciones que han tomado el pulso de lo que vienen significando los 18 meses de gobierno. Es de destacar lo que el senador Ricardo Monreal Ávila dijo a la prensa “ante el cambio de régimen y la transformación de raíz de la vida pública nacional que encabeza el presidente Andrés Manuel López Obrador, no son de extrañar las resistencias”.
Así de forma oportuna y además con trascendencia por el momento tan especial que se vive, Monreal Ávila, convocó a los distintos actores políticos, económicos y sociales a actuar con altura de miras, sin confrontaciones. El legislador mide las tensiones que provoca la pandemia, tampoco desestima los desencuentros ni las reflexiones que surgen en el aislamiento social y la divergencia ideológica e incertidumbre que provoca el encadenamiento de eventos inéditos y a veces en confrontación. Pero tampoco pierde el enfoque de la amenaza que significa una pandemia y por otro, la quiebra de la economía como secuela, incubando el fantasma del hambre para miles.
El coordinador del grupo parlamentario de Morena en el Senado de la República, reconoce al convocar con un “hagámoslo por México”, la necesidad de actuar con altura de miras, sino también con firmeza y autenticidad, prudencia y tolerancia, ante el clima de polarización, respetando la posición de los adversarios, y buscando medidas conciliatorias que beneficien a todos.
Conmino a sus pares y no pares, a una actuación con sensibilidad, pero además “con mayor inteligencia, prudencia, y la disposición sincera de escuchar al otro, en el intento de modelar actitudes, a favor de la construcción de puentes y de los encuentros que eviten abonar a favor la polarización”.
Para Ricardo Monreal el plan de gobierno del presidente de la República, contempla cambios de fondo, e interpreta como un elemento que incomodó a varios sectores, lo que entiende como una reacción natural que surge en un ambiente de intolerancia, por lo que propuso “actuar sin odios ni mezquindades, y sin confrontaciones estériles”.
Explicó el senador por Zacatecas, que “el nuevo proyecto de nación del presidente López Obrador, ha generado momentos de contracción política y social, incluso antes de que se iniciara la emergencia sanitaria por el Covid-19. Y sostuvo que se trata de un proyecto transformador que en su opinión “ha provocado rebeliones en gobernadores, políticos, e incluso empresarios quienes ya no gozan de privilegios que en el pasado les habían sido concedidos de forma ilegal”. Por ello, señaló que las confrontaciones son naturales.
Reconoció que quienes han iniciado el cambio, no deben preocuparse en contra de la rebeldía, por el contrario, se debe actuar con serenidad y tranquilidad, aunque sabe que la lucha no será fácil, el trabajo es cuesta arriba.
Si tomamos el pulso al país, las experiencias recientes diagnostican que se van acumulando aspiraciones profundas de transformación, no sólo en México, sino en el mundo, lo que pocos políticos han sabido leer, entender y representar tras la identificación con la población que demanda. No se trata de interpretaciones vacías ni de posiciones oportunistas y frívolas, sino de la observación de origen sobre las direcciones de los movimientos sociales
Monreal ha entendido el mensaje social que comparte y ha compartido con López Obrador. Y es que lejos de gatopardismos o simulaciones, este movimiento de cambio está conformado por gente con convicciones muy firmes y que en todo momento se aglutinan y respaldan al presidente de la República.