2020 es un año extraordinario para el Instituto Nacional Electoral (INE). Se identifican momentos estelares para la historia democrática de México. De nuevo la institución levanta el vuelo y se disipan las especulaciones sobre su autonomía, independencia, capacidad de organización de las elecciones, legitimidad electoral, garante de los derechos políticos y de la estabilidad social y política, para surgir fortalecidas.
Cabe preguntarse si de este proceso en el imaginario colectivo el Instituto sale bien librado de la idea de la captura del Consejo General (CG) por los partidos, de la impresión de que se conformó un CG a modo y del gusto en el partido en el poder o de la injerencia presidencial.
El INE regresa al ámbito del imaginario colectivo de ser una institución de millones de ciudadanos y ciudadanas que fortalecen su naturaleza democrática con su participación en las elecciones, teniendo como inició el registro en el Padrón Electoral, la obtención de la credencial electoral con fotografía, el famoso “IFE” garante de ciudadanía y pasaporte al sueño de un México democrático y justo.
Pero el INE tendrá que renovarse, sacudirse de una cómoda tendencia a la burocratización, a la discrecionalidad, orientarse a un ejercicio de trabajo abierto e incluyente, democratización de raíz que integre desde su página de Internet, el trato amable y de servicio a medios de comunicación, la fractura de sus formas monárquicas y vuelta a las de servicio, tendencia a las filtraciones de información, a favor de la educación cívica y la equidad, a abolir el manejo discrecional de la publicidad impresa, perfeccionar la fiscalización de recursos, registro y transparencia de la información.
Con el proceso de selección de los cuatro consejeros que en número de 11 forman el CGINE; a cargo de los representantes de los partidos que son los diputados federales, se pone a la vista una institución autónoma y muy compleja, en la que a veces se pierde de vista una estructura que tiene como responsabilidad organizar conforme a la ley los comicios que implican garantizar derechos políticos y estabilidad política para legitimar el poder público.
Arrancan
El INE tiene una conformación compleja, una suerte de andamiajes tecnológicos y jurídicos, políticos y sociales que no tienen otro objetivo más que afianzar la confianza en un juego de equilibrios sostenido al interior por una urdimbre de luces que lo hacen una joya de la ingeniería electoral reconocida en el mundo.
Un tema de discusión recurrente ha sido el presupuesto de la institución y para los partidos políticos, en síntesis el costo de la organización de los comicios. Y el tema sobre el alto costo de las elecciones mexicanas que está estrechamente ligado con el precio que adquiere la desconfianza, el precio agregado de la sospecha, el impuesto de la corrupción y con la forma en la que deben financiarse las elecciones que no debe ser otro más que el público y transparente, tiene como precio la transmisión pacífica del poder .
A la fecha, ese costo originó una suerte de enfrentamientos a cargo del titular del Poder Ejecutivo con una parte de los integrantes del CG. Por dos años flotó en la discusión pública la queja presidencial por los altos sueldos por ley de los consejeros, asociado a la especialización de los oficios de los funcionarios electorales, y con los recursos financieros que reciben los partidos, lesionando la imagen del Instituto.
Mientras que la historia electoral mexicana registra y consta como carta de presentación que el proceso del titular del Poder Ejecutivo, fue legitimado por 30 millones de sufragios en las urnas y una organización electoral impecable en la que participaron millones de mexicanos como funcionarios electorales, votantes y candidatos, facilitó por medio de las urnas el triunfo de la izquierda tanto para el camino al Congreso de la Unión como para la Presidencia de la República.
Hoy los ciudadanos se preparan para defender y exigir del INE, para los comicios que tendrán lugar en 2021 e inician en septiembre, que los procesos electorales que se anuncian se apeguen a la ley, ofrezcan la suficiente información sobre sus plataformas y tanto los partidos como los candidatos y los funcionarios, incluyendo al Presidente de la República y gobernadores de los estados sean sancionados conforme violen la norma y que los partidos sean debidamente sancionados sin alcanzar perdón, sobre todo cuando ellos son los primeros en enturbiar las elecciones.
Los ciclos
La renovación del proceso en la que los cargos directivos de los órganos autónomos como el INE se mantienen bajo la responsabilidad de los representantes de los partidos, representan un renovado ciclo, y en cada uno el Instituto surge robustecido, ya que el proceso se realiza de forma pública y escalonada, acompañado por el escrutinio de los ciudadanos que han estado pendientes y presionando hacia una elección de los consejeros conforme a los cánones constitucionales.
Los momentos
El primer momento extraordinario que vive el INE en 2020, tiene que ver con el relevo en el CG, conformado por 11 consejeros, en la que cuatro: Marco Antonio Baños, Benito Nacif, Pamela San Martín y Enrique Andrade, dos de nueve años en el cargo, y dos por cuatro, cumplen a cabalidad con el periodo constitucional para el que fueron seleccionados y, en el que tuvieron lugar dos comicios presidenciales y de senadores y cuatro federales de renovación de la Cámara de Diputados.
El otro momento del brillo del Instituto en 2020, es el inició del proceso de selección de los aspirantes a consejeros que tiene comienzo con la inscripción de 394 aspirantes que pasaron por tres etapas de evaluación, una, de revisión de documentación; dos, presentación de un acucioso examen; tres, elaboraciones de un ensayo, del que darán lectura. De la primera fase pasaron al proceso de selección 60 aspirantes y para la etapa siguiente fueron seleccionados cinco quintetas.
La selección de los aspirantes a consejeros estuvo a cargo de un Comité Técnico de Evaluación integrado por siete personalidades relevantes de la academia, envestidos con la responsabilidad de la evaluación de la trayectoria, conocimientos y experiencias de los aspirantes. Cuatro mexicanas y tres mexicanos de excepción: Ana Laura Magaloni Kerpel, Blanca Heredia Rubio, Sara Lovera López, Silvia Giorguli Saucedo, Diego Valadés Ríos, José Roldán Xopa y John Ackerman, tuvieron esa responsabilidad.
De los primeros 60 calificados, correspondió integrar un grupo de 25 aspirantes para integrar cinco quintetas entregadas a la Junta de Coordinación Política (Jucopo), de la Cámara de Diputados para ser elegidos cuatro por el pleno de los diputados federales.
El proceso a cargo de la LXIV Legislatura de la Cámara de Diputados se desarrolló con la más absoluta transparencia y la aplicación de rigurosos criterios que fueron seguidos por los diversos medios de comunicación, cumpliendo con el principio de de acceso a la información, la equidad y transparencia, garantizando el nivel del grado de saberes y deberes para el cargo por aquellos que tendrán la responsabilidad organizar y arbitrar tanto los comicios federales como los estatales.
Finalmente, no faltó en la dinámica un proceso ordenado bajo criterios de ley, acuerdos y planeación, también esa, la aplicación de frontera de una estrategia tendiente a descarrilar el proceso al no convenir con los intereses de grupos o facciones por los seleccionados por el Comité Técnico.
La protesta
La vivencia de la renovación del CG tiene otros dos momentos estelares para la democracia mexicana y es la toma de protesta ante el pleno de los diputados de la LXIV Legislatura: Norma Irene de la Cruz Magaña, Uuc-Kib Espadas Ancona, José Martín Fernando Faz Mora y Carla Astrid Humphrey Jordán y después ante el CGINE, así se hacia historia.
La bienvenida correspondió al consejero presidente del CG Lorenzo Córdova Vianello, quien reconoció que volvió a prevalecer la política y la constitucionalidad que da estabilidad y solidez a la democracia mexicana. Subrayó que el consenso fundamenta la elección y es extensivo a los integrantes de Comité Técnico que cumplieron con cada una de las etapas del proceso. Validó la transparencia del ejercicio pues “garantizará que se sigan cumpliendo los principios constitucionales de la función electoral, certeza, legalidad, independencia, imparcialidad, objetividad y máxima publicidad”. Expresó que·los detalles de la convocatoria y los procedimientos específicos de la selección de los aspirantes fueron concebidos y consensados en el seno de la actual Junta de Coordinación Política de la Cámara de Diputados.
Para el presidente del CG el respaldo de todas las fuerzas políticas representadas en el Congreso, reflejan el compromiso con la democracia, la imparcialidad que “debe revestir la organización y el arbitraje de las elecciones”. Reconoció a la Cámara de Diputados, a los coordinadores parlamentarios, y al Comité Técnico conformado por cuatro mexicanas y tres mexicanos de excepción: Ana Laura Magaloni Kerpel, Blanca Heredia Rubio, Sara Lovera López, Silvia Giorguli Saucedo, Diego Valadés Ríos, José Roldán Xopa y John Ackerman, por un trabajo serio, profesional y objetivo en las diversas fases de evaluación de las y los 396 aspirantes inscritos originalmente, hasta llegar a los 20 que conformaron las quintetas”.
Córdoba Vianello se refirió al contexto de “una aguda polarización política para reconocer órganos del Estado mexicano decididos a cumplir con el marco constitucional privilegiando los acercamientos y las coincidencias”. Sostuvo que “tras la revisión de los acuerdos se precisa que cada integrante vota en conciencia y que las mayorías se sustentan en cada decisión y se construyen una a una”. Indicó que “en el CG no hay dueños ni bloques y que sostener lo contrario es una falacia, pues hay diálogo, construcción de acuerdos y mucho trabajo, por que el grado de especialización y la sofisticación de nuestros procesos electorales requiere de un compromiso permanente con la institución”.
Protesta y postura de los cuatro consejeros
La itinerancia
Correspondió a la consejera Norma Irene de la Cruz Magaña, la primera intervención, el primer discurso que deja ver sus convicciones y preocupaciones, la huella de una posible hoja de ruta de su gestión y una experiencia de trabajo itinerante, de enseñanza y aprendizaje en varios países del mundo. Externó su agradecimiento a todos los participantes en el proceso de selección, al Comité Técnico y a los finalistas en las quintetas. Reconoció que hay mucho talento y valor para servir a México además que la larga trayectoria del INE cumple con fortalecer la democracia electoral y garantizar el ejercicio de los derechos políticos electorales de la ciudadanía.
Para De la Cruz Magaña el “Instituto replantea lograr la consolidación de los valores democráticos y de apertura del país”. Agregó que se requiere impulsar “la transformación de la política, la vida pública con la democracia como el mayor de los valores”. Además de “desterrar las prácticas que no condujeron a la consolidación de un moderno estado democrático de derecho”.
Destacó como propósitos: insistir en la necesidad de actuar con legalidad irrestricta y transparencia, los retos inmediatos del registro de los nuevos partidos y asociaciones políticas, las OPLEs, con legitimidad y respaldo por un proceso de conformación transparente y de cara a la sociedad. Exaltó la justicia social en una sociedad moderna, cristalizada en el voto libre, plural, informado, consciente y democrático. Asumió que la contribución del fortalecimiento de las instituciones electorales es la consolidación de los valores democráticos en el mundo.
Refirió que se vive un momento histórico con retos y oportunidades representado con organizar procesos electorales, garantizando la plena participación de la ciudadanía aún en el contexto de la pandemia. Replanteó la posibilidad de retomar las buenas prácticas utilizadas en otras naciones, su adaptación a nuestra realidad dentro de la legalidad y el mandato de la institución. Reconoce la observación de la nación, la demanda a comprometer el esfuerzo para lograr una sociedad más justa, que todas las voces sean escuchadas, todos los votos sean contados e impere la refutable legalidad democrática. Expresó su compromiso para fortalecer los derechos políticos de la ciudadanía, alcanzar una sociedad con mayor igualdad de oportunidades, donde todas las voces sean escuchadas y tomadas en cuenta en procesos sociales incluyentes, sin exclusión.
El regreso
La Dra. Carla Astrid Humphrey Jordán, surgida a la vida profesional por su desempeño en el entonces Instituto Federal Electoral (IFE), con su primer discurso como consejera no ocultó la querencia. “De regreso en casa, así me siento” y se adentró por la naturaleza de una institución que conoce desde la raíz, hasta llegar a la legislación de 2014 al transformar al INE que surge con nuevas atribuciones que lo ubican como el organismo constitucional autónomo encargado de organizar las elecciones federales en todo el país y en coordinación con los organismos públicos locales electorales, además de generar lineamientos y criterios para la mejor consecución de las elecciones locales en el país. Explicó que el INE es una institución sólida, cuyos cimientos están tanto en la rama administrativa como en su Servicio Profesional Electoral Nacional, que en gran medida se he venido formando profesionalmente.
Refirió que el INE es hoy un ente muy valioso en la lucha por la igualdad de derechos entre las mujeres y los hombres, además de ser un referente internacional de democracia en razón de observación electoral, en sus orientaciones y directrices que ayudan al fortalecimiento de diversos sistemas democráticos de otros países del mundo. Indicó que el INE es una institución que la ciudadanía se ha dado a sí misma, y que ha demostrado en la organización de diversos procesos electorales que cumple de manera ejemplar con el ejercicio de sus atribuciones, con destacado desempeño en la función electoral.
Sostuvo que el INE es una institución arropada en un sistema democrático. Advirtió que quienes “protestamos defender la Constitución Política, tenemos el deber de garantizar la libertad de decisiones, apuntalar los avances democráticos, privilegiar al respecto los acuerdos, y mantener la tolerancia ante las diferencias y las opiniones diversas y más allá del discurso, el deber de continuar trabajando incansablemente en la construcción dinámica de nuestra democracia”.
“Reitero, la imparcialidad se me muestra en los hechos; la libertad de opinión se defiende en el respeto de la palabra empeñada; las garantías y la certeza a la sociedad se ofrecen en cada una de las decisiones que se toman y que se respaldan con razones”. Manifestó la consejera, trazando lo que será su gestión, “ser una demócrata cuesta, ya que requiere andar un sinuoso camino, pero vale la pena luchar por ello, sólo así se consigue la libertad de nuestras ideas, y la convicción para defenderlas con la seguridad de que serán los pilares que sostengan nuestra democracia y nuestra propia vida”.
Expuso que, en democracia, lo extraño es la homogeneidad, y precisamente la diversidad y la oposición entre ideas y diferentes puntos de vista es lo que garantiza el debate libre entre diversas posturas.
Carla Astrid Humphrey fijo perfil: una vida profesional determinada por el compromiso ético, por la convicción, la imparcialidad, la certeza del valor de la vida electoral e institucional del país. Reconoció, el reto inicia en septiembre 2020-2021, que además identifica como las elecciones más grandes del país, con alrededor de 96 millones de electoras y electores inscritos en el padrón electoral y más de 21 mil cargos de elección popular en juego.
Desglosa el desafío: la emergencia sanitaria y el uso de la tecnología permitiendo dar continuidad a los trabajos institucionales; las elecciones locales en Coahuila e Hidalgo; la determinación del CG de que las organizaciones ciudadanas que cumplan con los requisitos para constituirse como partidos políticos, la propuesta de un presupuesto que permita cumplir al INE con sus obligaciones constitucionales con diversas medidas de austeridad y racionalidad en el gasto; robustecer la fiscalización como mecanismo de control y garantía de la equidad en las contiendas electorales; cumplir con el principio constitucional de la paridad de género; actuar en contra de las acciones que sean denunciadas como violencia política en razón de género; apostar de manera gradual al uso de nuevas tecnologías; utilización de herramientas tecnológicas puede contribuir a una mayor participación política de la ciudadanía, a incrementar la legitimidad de los procesos electorales sobre todo en aquellas zonas donde se han registrado importantes porcentajes de abstencionismo.
Resaltó, la importancia para 2021 es también el voto de los mexicanos residentes en el extranjero para gubernaturas y diputaciones migrantes de algunas entidades federativas, que reconoce como otra gran oportunidad el INE y para las OPLEs extender el derecho a todos los connacionales que viven fuera de nuestro país.
La mirada a las minorías
La intervención por primera vez en la sesión del pleno del CG del Dr. Uuc-Kib Espadas Ancona, es el anunció de que sería directo en sus intervenciones y sostuvo que el INE es una institución más que importante para la democracia mexicana, necesaria para la democracia mexicana, sino esencial de la democracia mexicana y, en consecuencia, indispensable para el desarrollo de la democracia electoral.
Expresó que el INE sintetiza algo más de cuatro décadas de lucha social, iniciada con partidos políticos que salían de la semiclandestinidad, con modificaciones al sistema electoral y al sistema político, que marcaron la primera apertura, los primeros signos de que la pluralidad del país se iba a reflejar en una pluralidad política, y sí, en la conflictividad política que es inherente a cualquier democracia. Así que resume que el INE no es una institución cualquiera, sino una que cristaliza instrumentos, prácticas, dinámicas que son insustituibles en el desarrollo democrático del país.
Reconoce el compromiso dar el mejor esfuerzo en el desarrollo de las actividades ordinarias, las directamente electorales, organizativas del Instituto, las tareas generales, las menos temporales, menos concretas, pero también sustanciales. Agrega que el esfuerzo institucional por el trato a “las minorías minorías políticas, también a minorías sociales o a grupos que no han alcanzado a tener plenos derechos en nuestra sociedad y en este caso no estamos hablando necesariamente de minorías porque hasta el día de hoy y previsiblemente en el futuro, la mayoría de nosotros, la mayoría de los votantes, serán mujeres”.
Destacó que “este país es, en muchos sentidos, un país de minorías, es un país de minorías culturales, de minorías étnicas, de minorías sociales, de minorías religiosas, no importa la mayoría a la que uno pertenezca, siempre pertenecerá a algunas minorías, probablemente pertenecerá más a minorías que mayorías”. Agregó el nuevo consejero “creo que este país tiene que establecer condiciones para la equidad y el Instituto juega un papel en eso”.
Uuc-Kib Espadas planteó como sus preocupaciones: atender los derechos de los pueblos originarios. Su historia personal y profesional está ocupada en los derechos lingüísticos, en nuestras minorías, minorías étnicas que son los primeros pobladores de nuestro país que, “tienen que tener un trato particularmente atento y ocupado para, de alguna manera, lograr que la discriminación de la que son permanente víctimas, no se refleje en la institución electoral”. Sostuvo “llegamos con una gran tarea a cuestas, llegamos con una responsabilidad de una gran importancia, seremos parte de una responsabilidad colectiva muy profunda y de un esfuerzo colectivo que esperamos, o al menos yo espero, sea un ejercicio profundo”.
Desde las organizaciones civiles
Cierran las intervenciones personales que dejan las posturas de los cuatro nuevos consejeros, así sellan una jornada histórica y marcan un provenir de compromisos.
El Mtro. José Martín Fernando Faz Mora cuenta su historia electoral a la que se vinculó hace tres décadas. El punto de partida fue “las luchas ciudadanas y cívicas por desmantelar el sistema autoritario y sus estratagemas electorales de los años 90”. El lazo se construye desde la perspectiva de los derechos humanos y de los derechos políticos. Recordó su intenso trabajo como observador que era vista con un recelo espantoso, su convergencia con organismos como alianza cívica, impulsando una agenda para realizar elecciones limpias y quitar el control de los procesos electorales del gobierno. Habló de su integración como consejero en la Junta Local del entonces Instituto Federal Electoral en el año 2000. Narró que en 2012 pudo apreciar “desde dentro, desde la institucionalidad los enormes avances comparados con aquellas elecciones de principios de los años 90”.
Dijo que las cosas han cambiado y el INE refleja gran parte de todo ese cambio, toda la creación de una institucionalidad, un modelo electoral que sí se ha complejizado porque venimos de la más absoluta de las desconfianzas, de finales de los 80 y 90, y el INE debe de reflejar, esas aspiraciones ciudadanas que condujeron esa lucha cívica para que los procesos electorales fueran genuinos, auténticos, limpios, y equitativos. Sostuvo su aspiración, “desde este CG, quiero que esas causas que impulsaron esos cambios sean las causas que continúen llevando y alentando el trabajo institucional”.
Reconoció la necesidad de incorporar otras causas y que hay muchas en las que el INE debe de seguir participando, temas de la función electoral que deben perfeccionar como la fiscalización. Manifestó que el Instituto debe convertirse en un líder que impulse una renovación en la participación ciudadana del país, que encabece las políticas públicas en conjunto con otras instituciones, porque evidentemente no puede solo, requiere que con otras instituciones se despliegue un esfuerzo importante para encontrar nuevas formas de participación ciudadana, no solamente las de carácter tecnológico sino aquellas en las que es importante que la ciudadanía tome decisiones de los asuntos públicos que le competen de una manera inmediata: consultas ciudadanas, consultas populares, muchos mecanismos de participación ciudadana que creo que se pudieran y debieran impulsar desde aquí.
Y para concluir su intervención aseguró que “como una persona dispuesta a la persuasión, al diálogo, al consenso, porque a final de cuentas la llegada de cuatro nuevos integrantes que, si bien no representamos el 50% ni nada, pero hay un cambio cuantitativo, tiene que representar también un cambio cualitativo en la colegialidad de este Instituto, en la construcción de esa colegialidad”.
Apostar de manera gradual al uso de nuevas tecnologías es un reto que debemos ya enfrentar, diversos institutos electorales locales han llevado con éxito desde pruebas piloto hasta ejercicios vinculantes. Este tipo de mecanismos facilitan la operación electoral, simplifican diversas etapas de los procesos electorales y generan ahorros en el mediano plazo, es inversión contra gasto.
La utilización de herramientas tecnológicas puede contribuir a una mayor participación política de la ciudadanía, a incrementar la legitimidad de los procesos electorales sobre todo en aquellas zonas donde se han registrado importantes porcentajes de abstencionismo. Reconozco el esfuerzo que el Instituto está haciendo al respecto y estoy dispuesto a acompañar este esfuerzo.