Tiemblan las economías mundiales. Los presidentes del mundo libre sacan sus pertrechos económicos que muestran el grado de sus poderosos recursos económicos y las diferencias con las naciones del sur y los grados de desarrollo continental.
Los gobiernos del orbe, no cabe duda que se retratan solos ante la grandeza que conservan aún los pueblos y su explotación, sobreviviendo siglos, tomando fuerza en su tradición cultural.
El coronavirus ha minado el terreno económico y financiero, ha llevado a pique las bolsas de valores del mundo, ha reforzado las rutas de la recesión y pone en la reflexión del mundo. La incertidumbre domina un terreno minado por los desequilibrios. La moneda mexicana, ayer un peso fuerte, ahora flota entre 20 y 23 roza al límite de la neurosis del COVID-19 y las debilidades de la economía social.
Los pronósticos sobre el crecimiento de la economía agudizada a la baja, debacle en el precio del petróleo, las demandas de inversión en Pemex, nada esperanzadoras las calificaciones de la evaluadora sobre la petrolera mexicana, al alza los costos de la gestión de la Refinería de Dos Bocas, la economía al filo de menos cero y quien vive en la economía social en la navaja.
El coronavirus señorea en el casino de la ruleta rusa, confronta a las economías del mundo y prueba el volumen de los recursos y los estilos de gobernar de lo que se ha llamado liderazgos de la democracia y del liberalismo populista. La suspensión de actividades se cierne sobre escuelas, industrias, empresas, despachos, anteceden un daño de grandes dimensiones apuntado sus estragos sobre la economía social o la economía popular, mostrando las diferencias del modelo económico dominante.
Las grandes lecciones de lo que se queda a deber en un sistema político en la que la democracia requiere de ir más allá de los procedimental y pone sobre la mesa el modelo económico y también las políticas públicas de salud, educación, seguridad pública, presupuestal, investigación, ambiente, derecho a la información y la rendición de cuentas del desarrollo sustentable, todas las ventanas para un nuevo mundo.
Ante la crisis y el riesgo, desde Europa, Christine Lagarde, presidenta del Banco Central Europeo, calcula una contracción de hasta el 5% del PIB de la Unión Europea, si se asumen las medidas de contención del coronavirus que están aplicando los diferentes Estados miembro de la Unión Europea se mantengan. Advirtió que sin una acción coordinada Europa repetirá la experiencia de la gran crisis financiera de 2008.
Una dinámica preventiva y de preocupación marcha por el mundo, Europa se aísla y cierra sus fronteras para detener el contagio del COVID-19. Se declara la guerra a la pandemia contra la cual no hay vacuna, el protocolo del aislamiento de los contagiados y la cuarentena.
En Estados Unidos, el presidente Donald Trump, cierra fronteras y prohíbe la entrada de ciudadanos europeos, extendida a otros países como el Reino Unido e Irlanda. Trump convocó a los estadounidenses a evitar reuniones de más de 10 personas, cancelar viajes no esenciales y no acudir a restaurantes y bares. Además, anunció una posible recesión económica.
Los gobierno trazan sus estrategias de contraataque: Estados Unidos anunció una inyección de liquidez por 455 mil millones de euros (500 mil millones de dólares) y el Tesoro de Estados Unidos ha creado una línea de crédito de unos 9.100 md€, 10 mil mdd para respaldo a los mercados de deuda corporativa a corto plazo
El Reino Unido despliega 363 mil millones en garantías; Alemania extiende su chequera; Japón refuerza a las PyMES y Francia moviliza 300 mil md€ para combatir el coronavirus, para salvar de la quiebra a miles de empresas. El gobierno francés asumirá el pago de los créditos bancarios contraídos y suspenderá tanto el abono de las cotizaciones sociales como el pago de impuestos, servicios como agua, luz o gas.