El fenómeno migratorio por el que atraviesa México como punto de cruce a los Estados Unidos o hasta al Norte al Canadá como destino, nos muestra la compleja problemática que viven los migrantes centroamericanos, pero además de que la situación exige un enfoque multidisciplinario al problema y la atención especial al fenómeno migrante que en los años recientes vive un gradual incremento y un mayor acento con la presencia de niños que viajan solos.
En un contexto de violencia en los lugares de origen, de desintegración social y territorial generada por la violencia, una migración presa del crimen organizado con la trata de personas, el panorama con su problemática se agudiza e incorpora a las naciones líderes del hemisferio norte en su solución. No se trata de soluciones fáciles y simples sino que contemplen inversiones que aporten innovación y valor agregado a una de sustentabilidad ambiental e innovación tecnológica para territorios afectado por el cambio climático y la violencia criminal.
No se trata de recuperar paraísos ambientales sino de salvaguardar paraísos naturales salvados de una explotación voraz por el mercado, sobre los que además penden amenazas de extinción.
En este escenario es de destacar el apoyo que se encuentra recibiendo México por parte de ACNUR (Agencia de la ONU para los Refugiados), con el incremento de ayuda debido al aumento de las solicitudes de asilo, también con el apoyo de procedimientos de asilo, en medio de un fuerte aumento en el número de personas que solicitan asilo en el país.
En los números que se registran para el primer trimestre de 2021, la Comisión Mexicana de Ayuda a Refugiados (COMAR), enumera 22,606 nuevas solicitudes de asilo. Esto fue un 31% más que en el primer trimestre de 2020 y un aumento del 77% con respecto al mismo período en 2019. Marzo de 2021 marcó un máximo histórico para las solicitudes de asilo mensuales, ya que llegaron a 9,076.
A la vista en el comunicado de ACNUR, nos encontramos con un aumento que marca la tendencia ascendente prepandémica, que comenzó en 2014, y que continúa mientras el país expandió su capacidad para procesar las solicitudes de asilo e integrar a las personas refugiadas. Entre 2014 y 2019, el número de solicitudes de asilo registradas en México aumentó de 2,137 a 70,302, un incremento de más del 3,000%.
Se documenta que el año 2020 marcó una pausa en la tendencia al alza, cuando las restricciones de movimiento relacionadas con la COVID-19 y los cierres de fronteras llevaron a una caída significativa en las solicitudes de asilo. A medida que los países flexibilizaron las restricciones, las solicitudes de asilo en México reanudaron la trayectoria ascendente que tenían antes de la pandemia.
Nos explican con el comunicado que la mayoría de las solicitudes de asilo están relacionadas con la violencia que afecta a cientos de miles de personas en ciertos lugares de Centroamérica, incluidas amenazas, reclutamiento forzado, extorsión, violencia sexual y asesinatos. También nos relata que estos datos son una muestra de los importantes esfuerzos que está haciendo México para ofrecer protección a quienes huyen para salvar sus vidas.
En el marco de un escenario complejo y una dinámica en acceso de asilo y previniendo el aumento del número de solicitudes, desde 2018 ACNUR ha ayudado a impulsar la capacidad de registro y procesamiento de casos de la COMAR, incluso mediante la contratación de personal y el apoyo para abrir un nuevo centro de procesamiento en la ciudad de Tapachula, Chiapas, al sur de México.
Se informa que con estás políticas también se han venido ampliado los propios programas de ACNUR para asistir a las personas solicitantes de asilo mientras se examinan sus solicitudes y para apoyar a las personas reconocidas como refugiadas a integrarse en sus comunidades de acogida. Entre otros, lanzamos un programa innovador en virtud del cual las personas refugiadas son reubicadas y pueden aprovechar oportunidades laborales y educativas en ciudades del centro y norte de México.
Se informa que se encuentran brindando apoyo adicional para aumentar la capacidad de más de 30 albergues de la sociedad civil. Mencionan que a finales de 2020, ACNUR completó la construcción de un nuevo albergue de 300 camas para personas solicitantes de asilo y refugiadas en Tapachula. En 2021, ACNUR completará la construcción de un nuevo albergue en Monterrey, al norte del país, para 80 personas y otro para 100 en San Cristóbal de las Casas en el sur de México. Más del 70% de las solicitudes de asilo en México se realizan en el sur, especialmente en el estado de Chiapas.
En la perspectiva del futuro en 2021, destaca la prospectiva de la espera que las necesidades sigan manteniéndose altas y planeamos continuar apoyando con alojamiento, acceso al asilo y asistencia para la reubicación, entre otras formas de asistencia. Si bien México alguna vez fue considerado un país de tránsito para muchas de las personas que huían de Centroamérica, el reciente aumento en las solicitudes de asilo confirma que también se ha convertido en un lugar donde muchas personas refugiadas pueden encontrar protección y empezar de nuevo sus vidas.
Las historias que alimentan la migración son las más de las veces desgarradoras. Se viven despojos, secuestros, torturas, perdidas de identidad, abandono, robos, sometimiento, muerte, discriminación, ataques sexuales, todas inimaginables, enfermedades, hambre. La migración es el desplazamiento forzado que viven las personas en sus países de origen, cientos de hombres, mujeres, niños enfrentan condiciones que los llevan preferiblemente a enfrentar los peligros de lo desconocido que permanecer en sus y comunidades víctimas del desempleo y de la violencia de pandillas criminales.