Rodolfo Aceves Jiménez
La relación bilateral entre México y Estados Unidos es un entramado de temas y subtemas en los que converge la seguridad, la economía y la migración, en donde a veces la vecindad no ha sido la mejor que desearíamos.
Recientemente en un comunicado que un grupo de representantes de la Cámara Baja de los Estados Unidos le dirige al titular del Departamento de Estado, Antony Blinken, le exponen una serie de problemas que podrían complicar los temas de la relación bilateral.
Comienzan señalando la suspensión del programa del Departamento de Seguridad Interior conocido como “Permanecer en México” (Remain in Mexico), implementado en la administración del presidente Trump, consistente en que nuestro país recibiera a todos los migrantes y ahora, poco a poco comienza a procesarse las solicitudes de migración.
Los congresistas firmantes señalan que los últimos dos años han sido testigos de una violencia récord en México, con aproximadamente 35 mil homicidios anuales, aproximadamente 30 defensores de los derechos humanos y periodistas fueron asesinados en 2020 y más de 80 mil personas han desaparecido desde 2006.
En este contexto, instaron al Secretario de Estado norteamericano a trabajar con el gobierno mexicano para abordar los niveles casi totales de impunidad, que permiten a los grupos criminales y agentes estatales perpetrar delitos graves y abusos contra los derechos humanos.
Le señalan que la creación de instituciones civiles y el fortalecimiento del Estado de derecho y los derechos humanos son los pilares de una solución sostenible a la violencia, y le pidieron explorar formas de profundizar la cooperación con México para mejorar las investigaciones y aumentar el porcentaje de procesado con éxito en los casos, incluidos los de delitos de corrupción y colusión entre actores estatales y grupos criminales.
El empeoramiento de la situación de seguridad debería hacernos revaluar ciertos aspectos de la asistencia de seguridad de EE.UU.-México, mientras que hacen énfasis en el aumento del despliegue de las fuerzas armadas mexicanas para combatir el crimen ha resultado previsiblemente en graves violaciones de derechos humanos y ha conducido a debilitar los canales de drogas o reducir la delincuencia.
Estas breves líneas transmiten la preocupación del Congreso norteamericano en la situación de migración, derechos humanos y seguridad en la que se encuentra la administración del presidente López Obrador.
Pero para el plano interior expresan que, además de dichos temas, la planeación en seguridad, derechos humanos, migración y, por extensión la economía, no tienen una sincronía, ni una visión de Estado que les permita establecer acciones coordinadas y que se suma al sobre exceso de funciones que se le han cargado a las Fuerzas Armadas.
El mensaje que Estados Unidos está enviando es, que ven en la corrupción, impunidad y falta de sincronía en las políticas públicas una amenaza a su seguridad. Se avizoran tiempos no fáciles en la relación bilateral y quizás la negativa del presidente Joe Biden en suministrar vacunas para COVID-19 haya sido uno de los recados al gobierno mexicano.
*Es Maestro en Seguridad Nacional por la Armada de México
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