Monocles

Autor Congresistas
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PARADIGMAS COMO PUNTO DE PARTIDA

“En las sociedades arcaicas los mitos cumplen con una forma paradigmática la función de fundar unidad, propia de las imágenes del mundo. Al tiempo, dentro de las tradiciones culturales que nos resultan accesibles, ofrecen el más agudo contraste con la comprensión del mundo que prevalece en la modernidad. Las imágenes míticas del mundo están lejos de permitir orientaciones racionales de acción en el sentido en que nosotros entendemos el término <<racional>>. Constituyen, en lo que se refiere a las condiciones de un modo racional de vida en el sentido indicado, una antítesis de la comprensión moderna del mundo. De ahí que, quepa esperar que en el pensamiento del espejo mítico resulten visibles los presupuestos hasta ahora no tematizados de la mentalidad moderna.” (Jurgen Habermas. Teoría de la acción comunicativa I, editorial Taurus)

LA RUTA

“Desde mediados del siglo XVI en adelante, el debate legal y político entre los Estados europeos concerniente al Nuevo Mundo está centrado en la línea legal global, esto es, en la determinación de lo colonial, no en el orden interno de lo colonial. Por el contrario, lo colonial es el estado de naturaleza donde las instituciones de la sociedad civil no tienen lugar. Hobbes (1985 [1651], p. 187) se refiere explícitamente a la «población salvaje en muchos lugares de América» como ejemplos del estado de naturaleza y, asimismo, Locke (1946 [1690], §49) piensa cuando escribe Del Gobierno Civil: «En el principio todo el mundo era América». Lo colonial es así el punto oculto sobre el cual las concepciones modernas de conocimiento y derecho son construidas. Las teorías del contrato social de los siglos XVII y XVIII son tan importantes por lo que sostienen como por lo que silencian. Lo que dicen es que los individuos modernos, los hombres metropolitanos, entran en el contrato social para abandonar el estado de naturaleza y formar la sociedad civil. Lo que no dicen es que de este modo está siendo creada una masiva región mundial de estado de naturaleza, un estado de naturaleza al cual millones de seres humanos son condenados y dejados sin alguna posibilidad de escapar vía la creación de una sociedad civil.” (Boaventura De Souza Santos & Maria Paula Meneses. Epistemologías del sur <Perspectivas> ediciones AKAL)

ENTRE SUEÑOS

“¡Es cierto! Siempre he sido nervioso, muy nervioso, terriblemente nervioso. ¿Pero por qué afirman ustedes que estoy loco? La enfermedad había agudizado mis sentidos, en vez de destruirlos o embotarlos. Y mi oído era el más agudo de todos. Oía todo lo que puede oírse en la tierra y en el cielo. Muchas cosas oí en el infierno. ¿Cómo puedo estar loco, entonces? Escuchen… y observen con cuánta cordura, con cuánta tranquilidad les cuento mi historia.

Me es imposible decir cómo aquella idea me entró en la cabeza por primera vez; pero, una vez concebida, me acosó noche y día. Yo no perseguía ningún propósito. Ni tampoco estaba colérico. Quería mucho al viejo. Jamás me había hecho nada malo. Jamás me insultó. Su dinero no me interesaba. Me parece que fue su ojo. ¡Sí, eso fue! Tenía un ojo semejante al de un buitre… Un ojo celeste, y velado por una tela. Cada vez que lo clavaba en mí se me helaba la sangre. Y así, poco a poco, muy gradualmente, me fui decidiendo a matar al viejo y librarme de aquel ojo para siempre.” (Edgar Allan Poe. El corazón delator, traducido por Julio Cortazar. Biblioteca digital ILCE)

EN LAS FANTASÍAS

“En forma ejemplificativa, se puede decir que en la democracia las elecciones son libres, existen pesos y contrapesos entre los órganos del poder, las autoridades están limitadas, controladas y son responsables de sus actos, y existe respeto a los derechos humanos; por el contrario, en la autocracia no existen elecciones o si las hay son una farsa, el poder está concentrado sin contrapeso alguno y el detentador de ese poder es irresponsable de sus actos; se desprecian los derechos humanos, los cuales son consuetudinariamente violados y, a veces, incluso como política de Estado. Entonces, insisto, los sistemas presidenciales únicamente se encuentran dentro de gobiernos democráticos, en los cuales el poder está controlado y asegurada la vigencia de los derechos humanos.” (Homero Vázquez Ramos <coordinador> Cátedra Nacional de Derecho Jorge Carpizo, Reflexiones constitucionales. Instituto de Investigaciones Jurídicas, UNAM)

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