Una elección representa un conjunto de reglas a celebrarse y todas se conjugan en la competencia, necesidad de información, la propaganda y la mercadotecnia. Las elecciones tratan de la lucha del poder por el poder que en una democracia proviene de un conjunto de reglas para todos, del arbitraje por una autoridad imparcial, y de la suma del voto de los ciudadanos, lo que significa la legitimidad de gobierno proveniente de las urnas y que renuevan su legitimidad con la acción y resultados de un gobierno federal, estatal, municipal o legislativo.
La competencia del poder por del poder es cruel y engañosa, lo que nos invita a la reflexión sobre el sentido del poder público y sus fines, lo que va ligado a la idea de que el ciudadano no puede actuar ante el poder por impulso sino con la racionalidad mayor, y mucho menos con el hígado y con el corazón sino a partir de la información sobre una realidad y certidumbre que no se puede negar y que habla más que las palabras sobre la calidad de los datos y los resultados de un gobierno.
Cada elección es una lección de vida y política, pero también una oportunidad de transformar nuestro mundo que con la pandemia ha sido descarnadamente exhibido llagoso y purulento.
Las elecciones nos llevan a la reflexión sobre ¿haber pensado en contar con una lista de criterios que le pueden guiar a una buena elección electoral? ¿o hacia una mala decisión? ¿viene pensando desde hace tiempo qué país quiere, a qué candidatos aspira, qué formas de gobierno democrático le pueden dar y mejorar los resultados públicos y qué partidos merecen la franquicia? ¿aspira a un gobierno democrático en el que participe, se le informe mejor y se haga menos propaganda y más información, transparencia y un gobierno democrático? ¿considera que las elecciones son la oportunidad para mejorar el gobierno y premiar o castigar a los gobernantes que hacen del cuento la herramienta para dorarnos la píldora? ¿le gusta tener un gobierno autoritario?
Si aspira usted a un buen gobierno democrático, la demanda de información, transparencia y de democracia es primordial, también la razón por la que debe de estar pendiente de los políticos y no dejar la política para otros. El ejercicio público tiene sus consecuencia y resultados de gobierno. Las más de las veces nunca sale del cuento, de las esperanzas y de las frustraciones. Y ante el espejo los resultados nos hacen cómplices de los gobiernos.
La elección no tiene más que establecer el puente de información del ejercicio sobre como se hace un gobierno en el estado, el municipio, el distrito y el país que vive, esto es en donde se encuentra usted, cómo y en que contexto hace su vida con su familia. Tiene que ver con el lugar en dónde trabaja, donde sus hijos van a la escuela, estudian y se divierten, en dónde usted comparte con sus amigos y como millones construye el mundo.
La acción política no es de dominio o nos dominas y controlas, es entre iguales y entre derechos, relaciones de respeto, representación y acuerdo. Es norma legislativa la ley y deriva en acción de política pública que satisfaga derechos, necesidades, representación y se traduce en oportunidades que deben darse en condiciones de igualdad de acceso para todos, con la responsabilidad del Poder Ejecutivo y con atención al Poder Judicial garantizando justicia y derechos.
En esta contienda electoral tendremos la oportunidad de elegir a la Cámara de Diputados, lo que no es otra cosa que el poder que sostiene la representación popular, la mía, la de usted y la de su vecino y de otros más. A los diputados federales les cedemos nuestra voluntad para tomar las decisiones que convienen al país, no a grupos, personas o partidos. Los diputados encarnan la representación de todos, no la de un partido o la del presidente o la de los gobernadores o presidentes municipales, por eso los asuntos públicos deben de discutirse de forma pública, con transparencia, con consulta ciudadana y con la mayor información posible para que todos podamos participar y decidir con la mayor información posible, reduciendo los márgenes de error.
El A, B, C político y publico se inicia con el interés que manifestemos por las cuestiones públicos, lo que seguramente tendrá repercusiones en nuestras vidas con la disminución del crimen, restablecimiento de la paz y la tranquilidad en el país, con la desaparición de la corrupción, no por arte de magia sino por acciones que permitan canalizar con efectividad y respuesta la denuncia ciudadana de miles que vivimos en la más absoluta indefensión y aislamiento.
No podemos vivir más de cuentos y de sueños, a la sombra de los monopolios del poder público, a la sombra de personajes, sino a la luz de hechos concretos y con canales en los que podamos plantear nuestros problemas y estos se atiendan conforme a derecho.
Estamos ante un proceso electoral que puede ser el peldaño más importante en el camino de perfeccionar nuestra inacabada democracia y llevarla a planos de exigencia para abatir la falta de un Estado de derecho, la pobreza y su incremento a la inseparable violencia, la injusticia y la impunidad que no son cuestiones abstractas sino condiciones de vida y de muerte que hemos sido incapaces de superar.
Los políticos no caen del cielo, no los entregan ángeles ni dioses olímpicos ni demonios, son como son y nos los presentan los partidos y representan sus intereses y no los nuestros, por ello debemos ser más cuidadosos en la elección, más cuidadosos de sus ofertas y slogans que usan para atraernos, debemos de analizar con lupa lo que nos ofrecen, quienes son y a quienes representan y tener claridad de que nuestro voto cuenta y más en una pandemia en la que nos exhibe nuestra carencias que van desde vacunas, medicinas, médicos, escuelas todos por una corrupción que aún no encuentra castigo ni fin ni remedio.
¿Cuáles entonces son los criterios apara elegir a un gobernante, un alcalde, un diputado federal, un diputado local? Ser un demócrata comprobado y honesto, contar con una oferta política, tener experiencia y trayectoria pública, compromiso con la información y transparencia conforme a derecho, ofrecer una propuesta de gobierno y legislativa viable, comprometerse a un diálogo. representación pública y permanente a la consulta.