Claudia Valdés y Fernando Terrazo
INE y su horizonte
(PRIMERA PARTE)
Arturo Castillo Loza pertenece a la nueva generación de consejeros del INE. Fue elegido por la cámara de Diputados como Consejero Electoral del Consejo General del Instituto Nacional Electoral (INE) para el periodo del 4 de abril de 2023 al 3 de abril de 2032. Es licenciado en Derecho por el Instituto Tecnológico Autónomo de México (ITAM) y Maestro en Psicología y Sociología Política por la New York University (NYU).
Uno de los consejeros del INE que más ha remarcado la pérdida de la confianza en la Institución electoral del país, la cual se da, desde su perspectiva, por el costo elevado de la democracia. En este contexto le preguntamos sobre temas relevantes, como democracia, educación cívica y fiscalización de la democracia.
Claudia Valdés (CV): Consejero, ¿qué está haciendo el Instituto Electoral para la próxima elección? ¿Qué está construyendo? ¿Se haya confirmando su credibilidad? ¿Cuáles son sus debilidades y sus fortalezas frente a un ambiente, una atmósfera electoral de sucesión adelantada, de simulación?
Arturo Castillo (AC): ¡Vaya! Has puesto muchos temas sobre la mesa, Claudia. Empecemos por lo que creo que son las funciones y responsabilidades constitucionales del Instituto. Este ya lleva 30 años trabajando, primero como Instituto Federal Electoral, posteriormente como Instituto Nacional Electoral; esto ha hecho que la institución madure profundamente en la profesionalización y la consecución de sus funciones constitucionales. En esencia, nosotros organizamos elecciones para garantizar la renovación periódica y pacífica del poder; para permitir a los ciudadanos ejercer sus derechos político-electorales, de votar y ser votados, y organizarse para finalidades políticas.
¿Qué hemos hecho? Hemos construido, a lo largo de todo este tiempo –y de hecho más de 30 años atrás– un padrón electoral sumamente confiable; creo yo que tenemos la base de datos de identificación personal más confiable del país y una de las más amplias: eso es fundamental. Sin una identificación confiable, ¿cómo sabes quién eres en realidad? Por eso es esencial que el padrón electoral y la lista nominal sean siempre protegidos, sean siempre cuidados y que se utilicen como base para ejercer estos derechos.
Segundo, comentabas también las cuestiones de representatividad política, que te generaban algunas dudas, mas no preocupaciones. Es cierto, hemos avanzado significativamente en democracia, o en representatividad numérica, pero creo que esta representatividad tiene dos factores o dos ámbitos de competencia.
Por una parte, está lo que hace el Instituto Nacional Electoral: lo que hace desde su función constitucional de organizar elecciones es garantizar que todo mundo pueda participar. Y para abonar a la representatividad sustantiva, lo que hemos hecho esencialmente son acciones afirmativas, es decir, permitir diseñar medidas temporales para facilitar que personas que se encuentran en situación de desventaja histórica y estructural puedan acceder a cargos de decisión y representación. Si esto se traduce o no se traduce en políticas públicas o en proyectos legislativos, es una cuestión que corresponde en principio a los partidos políticos, y esa es la función constitucional que tienen como entidades de interés público. En ellos recae la responsabilidad de construir la ciudadanía. Y, por lo tanto, de generar agendas que se extraen, que se traduzcan en representación efectiva. Por eso era importante hacer esta distinción.
CV: Aquí hay un punto que me parece muy interesante al referirnos a democracia constitucional, la idea de la democracia de derechos y la representatividad política. Es importante insistir en el tema: la representatividad descansa en la responsabilidad de los partidos y los partidos nos ven como clientelas electorales, no como sujetos de derechos. En este contexto, ¿cuál es el papel del INE?
AC: Garantizar que el voto de cada ciudadano cuente para lo que tiene que contar, en este caso, la renovación pacífica y periódica del poder, y para la selección de representantes. Tienes razón en tu cuestionamiento sobre cómo funciona el sistema de partidos y cómo ha sido insuficiente para garantizar representación efectiva.
Eso es totalmente cierto, pero hoy por hoy la responsabilidad del Instituto no es evaluar esa representación, s garantizar que el voto cuente para la selección de representantes.
Es necesario, sin embargo, trabajar en educación cívica. Esto sí recae en nuestro lado; la construcción de ciudadanía, no. Pero eso es una cosa distinta; retomo lo que dice la Constitución, los partidos políticos son entidades de interés público que tienen como finalidad permitir al pueblo el acceso a la ciudadanía y su ejercicio. Lo que nosotros hacemos es educación cívica.
La educación cívica tiene que ver con proporcionar suficiente información, así como comunicación efectiva con la ciudadanía en general, para hacerla consciente de sus derechos político-electorales y brindarle los datos requeridos para que ejerza esos derechos y poner, por supuesto, a su disposición todas las herramientas para el ejercicio de tales derechos.
CV: ¿Cómo quieres constituir un partido político?
AC: Hay una serie de requisitos en la ley que no ponemos nosotros, sino que los pone el legislador. No, nosotros lo que hacemos es facilitar la verificación del cumplimiento de estos requisitos, pero los requisitos, ya están en ley. Tú. ¿Quieres votar? Perfecto. ¿Qué tan fácil es sacar tu credencial de elector?
CV: Mi derecho a la identidad…
AC: Pero, fíjate, qué curioso. La credencial de elector no nace como un instrumento de identificación, nace como una herramienta para el ejercicio del derecho a votar y ser votado. Eventualmente, después de casi cuatro décadas, se consolidó como instrumento de identificación; pero esto ya es producto de muchísimos años de confianza en este recurso. No nace así, nace como una herramienta para que tú puedas ejercer tu voto.
CV: Surge una serie de preguntas que va con el desarrollo. Ya tenemos confianza en la credencial de elector, en los procedimientos, la urna, la transparencia. Ya están introyectados en nuestro ser político y ser cívico, la oferta política, el partido, la representación cuando nos toque como simples electores, o “cuentavotos” y lo estamos viendo todos los días. “31 millones de votos me avalan”, pero eso no es para que yo haga lo que se me pegue la gana, eso no va a poder ser. Implica una legitimidad, que va de la voluntad ciudadana y, ojo, que te vuelve a reafirmar con la política pública, reafirmada, con la rendición de cuentas. Estamos hablando de un proceso que repercuten en la Cámara de Diputados y en la batuta de la burocracia.
AC: Creo que tu pregunta, si la entiendo bien, es ¿qué herramientas tiene el Instituto para fomentar la representación efectiva? Acabas de tocar varios temas. Rendición de cuentas tiene que ver, básicamente, con la regulación en materia de transparencia: acceso a la información, a lo largo del desempeño de las tareas de los funcionarios electos. Y en el área electoral tiene que ver con la función de premio o castigo que posee el voto, y esto funciona además con más claridad a raíz de que existe reelección por lo menos para para presidencias municipales.
CV: ¡Claro!
AC: Esto se volvió importante. El voto sí tiene una función de castigo, o premio, cuando quieres reelegirte. La otra posibilidad, las otras herramientas que nosotros como Instituto, tenemos o que hemos tratado de aplicar para garantizar una mejor representación son acciones afirmativas no solo desde la perspectiva numérica. Pongamos un ejemplo, el del consejero Espadas.
Acabamos de aprobar un nuevo modelo de acciones afirmativas, que por cierto está impugnado y se resuelve en Sala Superior. En el modelo de acciones afirmativas del 21, hubo tales acciones afirmativas indígenas, todas congregadas en los 21 distritos con mayor concentración de indígenas.
¿Qué problema tenía? Tenía el problema de que estás concentrando las acciones afirmativas en quienes menos lo necesitan. Puesto que los indígenas son mayoría en esos distritos, no requieren las acciones para acceder, en términos generales, a los cargos de elección popular, pero se estaba discriminando al resto del país, en donde hay una enorme cantidad de población indígena que no tenía posibilidad alguna de beneficiarse con estas acciones. Y lo que hicimos fue el resultado o la consecuencia de este nuevo modelo: que los partidos políticos pueden decidir en dónde de los 300 distritos electorales colocar sus acciones afirmativas indígenas, divididas por seis en los distritos de mayor población, seis en los distritos de acción media y seis en los de baja población.
Al darles esta libertad a los partidos políticos el incentivo que se genera es vincularse con la población, porque si yo estoy obligado a posicionar, o a postular en un distrito determinado, cualquiera que sea, digamos 26, 30, 60, ¿no? distritos, a un indígena en una posición de alta competitividad, voy a buscar aquel distrito en donde yo pueda ganar, y no solo con los votos que me da normalmente la población que me sigue, sino también aquella a la que representaría este candidato indígena, te genera el incentivo para vincularte con esta población y, por lo tanto, ha generado esta representación.
CV: Y son 11 millones.
AC: Exactamente; entonces este tipo de cosas sí las podemos hacer, pero son estrategias, o herramientas, o mecanismos indirectos. A fin de cuentas la responsabilidad de representar al votante recae constitucionalmente en el partido político.
El partido político es el que tiene esa función constitucional, es el que tiene la tare constitucional de permitir a la ciudadanía al poder público.
CV: Pero, consejero, no logra el partido político en ese marco de representación convencer de ello. No lo logra de ninguna manera; y lo estamos viendo, es muy importante en el marco de la educación cívica y la educación política el desarrollo político de este país; que las cosas sucedan simultáneamente, a eso le llamamos simulación. Entiendo el esfuerzo de democratizar la vida interna, el impulso del propio partido, o del propio autoritarismo al interior para generar su propia democratización interna o control…
AC: Hay una tensión natural, es que ya es una cuestión más bien de teoría política, teoría de la democracia. No tiene que ver con la Constitución. Hay una tensión natural entre los mecanismos de democracia directa y la democracia efectiva. No que los mecanismos de democracia estén mal; están bien, pueden funcionar siempre que no se abuse de ellos y parto de un supuesto esencial ¿Cuál es la característica definitoria de la democracia? No es la regla de mayoría. Hay muchísimos regímenes autoritarios que funcionan por regla de mayoría, que son básicamente autocracias selectivas. Autocracia electiva por definición y absoluta claridad en el Occidente es el Vaticano, el Papa se elige de manera vitalicia por votos, el Colegio de Cardenales. Y eso, el Vaticano, no es una democracia, el Vaticano es una autocracia electiva. De ahí que la regla de mayoría no sea la característica definitoria de una democracia, no por tener regla de mayoría tienes democracia, entonces ¿cuál es? la igualdad política.
CV: Las condiciones para poder acceder al poder.
AC: El presupuesto de igualdad política, la idea que nos dice que todas las personas que forman parte una sociedad al cumplir ciertas condiciones, que son además las más básicas. En el caso de México es legal, cumplidos los 18 años, tener derecho a participar en la toma de decisiones políticas del país, no importa si eres rico, si eres pobre, si eres hombre, si eres mujer, si vienes del norte, del centro, del sur, que creas, o que no creas, es irrelevante: el voto cuenta igual para todos.
( Continua=)