La salud mental en actividades laborales en México

Autor Congresistas
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La salud mental no tan sólo de los trabajadores, sino de los empresarios, se ha visto amenazada por las condiciones fundamentalmente económicas y de aislamiento que se han presentado a partir de las medidas para hacerle frente a la pandemia del COVID-19.

En efecto, durante el mes de febrero, la actividad económica de nuestro país reflejaba otra realidad, si bien, no era del todo alentadora, había movilidad, había negocios, había trabajo, había empresas, había razonablemente salud.

La “normalidad” de nuestra actividad cotidiana se ha modificado y pretendemos que nuestra visión se mantenga ecuánime frente a la cantidad de información no ordenada que llega a nuestra vida, vía redes sociales, vía noticias, vía Internet, vía comentarios de amigos y conocidos, la realidad de la información objetiva dista mucho de lo que representan hechos en sí mismos y juicios de valor de comentarios realizados por el Presidente de la República, por las autoridades sanitarias, por gobernadores, políticos, empresarios, trabajadores, maestros, en fin, es demasiada información y demasiada desinformación la que llega a nuestras vidas.

Lo que sí es real y cada uno de nosotros lo estamos viviendo, es la economía familiar, dado que los recursos se están agotando, no hay posibilidad de generarlos y en algún momento, nuestros buenos deseos de cautiverio se terminarán, porque debemos conseguir dinero para alimentarnos y alimentar a nuestras familias, atender los problemas de salud básicos más allá de la pandemia.

La realidad que vivimos es alarmante si consideramos que no en todos los casos, salir a la calle a trabajar nos dará la respuesta que estamos buscando, quizá porque la actividad que sabemos hacer o para la que nos hemos preparado a lo largo de los años, hoy día no existe nadie interesado en adquirirla, más aún, no hay personas con capacidad de pago suficiente para solventar un servicio y adquirir un bien y en consecuencia, hacerle frente a nuestras necesidades.

Por otro lado y como razón fundamental, salir a la calle tiene implicaciones de alta irresponsabilidad, al no saber si uno mismo es portador del COVID-19 hasta ese momento asintomático y puede estar contagiando a otras personas o bien, uno puede ser susceptible de ser contagiado.

En cada uno de los estados del país, se han adoptado medidas diversas en torno al COVID-19. En ese sentido, Transparencia Mexicana publicó el 7 de abril pasado, un análisis que realiza en torno a los mecanismos de seguimiento a “los planes, fondos, programas, acciones para enfrentar COVID-19 y sus efectos económicos en las 32 entidades federativas y el gobierno federal”.

Un aspecto que facilitaría que las autoridades estén en condiciones de adoptar las mejores decisiones de prevención, contención y seguimiento, es un mecanismo de registro estricto del padecimiento a partir de la inmediatez de los centros de salud en el país, una sola plataforma de registro, con criterios idénticos y por supuesto visible a toda la ciudadanía por igual, sin embargo, las limitaciones son muchas y en cada uno de los rincones del país existen diversos problemas, la mayoría asociados a la limitación presupuestal, en algunos centros de salud ni siquiera existen recursos básicos como alcohol o agua oxigenada, mucho menos pensar que existan cubre bocas para enfermeros y enfermeras o personal profesional de la salud, ya ni pensar en una plataforma de registro uniforme de los padecimientos que se presentan en las comunidades a las que atienden.

Los criterios para capturar la información en una sola plataforma no existen de manera uniforme, cada centro de salud, cada clínica, cada hospital, tiene sus propios parámetros para considerar que una persona ha sido atendida por COVID-19 en sus instalaciones, así como todo lo que conlleva en su tratamiento y en su caso, recuperación o lamentablemente registrar su deceso, en algunos casos porque la realización de la prueba representa mas tiempo del que dura el padecimiento, en otros casos porque una vez que han transcurrido los 14 días de aislamiento en el padecimiento, no existe claridad qué acciones deben seguirse por parte del paciente, inclusive si debe realizarse de nuevo la prueba o si la recuperación implica algún tipo de seguimiento.

Lo anterior, en principio resulta evidente, dado que no existe una plataforma de registro que involucre a todas las autoridades médicas en el país, que genere un sólo criterio para la atención del padecimiento. En segundo lugar, las autoridades de salud, no cuentan con infraestructura adecuada para enfrentar la pandemia y cualquier esfuerzo que hasta el momento se ha estado realizando en nuestro país, puede ser insuficiente frente al comportamiento del padecimiento en sociedades similares, espero equivocarme.

Durante los primeros días del mes de abril, la sociedad mexicana nos encontramos ya con algunos días de aislamiento, con empresas que en muchos casos están detenidas y otras se encuentran operando por estar autorizadas por el gobierno federal al encontrarse su actividad preponderante en alguno de los giros que se establecen como esenciales para el dinamismo económico que resulta fundamental para mantener a la sociedad bajo condiciones de supervivencia mínimas.

De conformidad con el Acuerdo publicado en el Diario Oficial de la Federación el pasado 31 de marzo, por el que se establecen acciones extraordinarias para atender la emergencia sanitaria generada por el virus SARS-CoV-2, que emite el Secretario de Salud, se establece que para atender la emergencia sanitaria todos los sectores (público, privado y social) deben implementar medidas como la suspensión de actividades no esenciales y en consecuencia, mantener la operación de actividades esenciales, entre otras, se encuentran las relacionadas a los servicios médicos y su abastecimiento-

Por supuesto que en el rubro de los sectores fundamentales de la economía, toda aquella actividad que permite no paralizar el suministro de bienes y servicios que requiere la población, como gasolineras, gas, generación y distribución de agua potable, industria de alimentos como mercados, supermercados, tiendas de autoservicio, abarrotes y venta de alimentos preparados, producción agrícola, pesquera y pecuaria, agroindustria, en fin, en este rubro, toda aquella actividad relacionada con garantizar el adecuado proceso de la alimentación de la población en general.

Para los efectos de mantener la salud mental de los trabajadores de esos lugares, EVIDENS pone a disposición de las empresas de esos sectores, paquetes de servicio adecuados a cada rubro, con la finalidad de que los trabajadores de los sectores señalados, mantengan en medio de la crisis y el peligro que representa para la salud general de la población, las mejores condiciones de trabajo con estabilidad emocional, buenas relaciones con sus subalternos y superiores, así como evitar episodios de estrés, violencia laboral, violencia contra las mujeres, acoso laboral y otras implicaciones que pueden llegar a tener los riesgos psicosociales en el trabajo que si se presentan en condiciones regulares de operación, cuánto mas en condiciones extremas, como es el caso de la cuarentena que estamos viviendo para frenar el avance de la pandemia que nos afecta en todas las áreas de la vida productiva de nuestro país.

EVIDENS, mantendrá abiertas sus líneas de comunicación con sus clientes y con los usuarios que decidan acercarse a nosotros a efecto de establecer mecanismos de prevención y ayuda para solucionar los riesgos psicosociales que se pueden presentar en las organizaciones productivas de este país.

*Director General de EVIDENS, S.C.
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