Una sola jornada de vacunación accidentada…

Autor Congresistas
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La mayoría de las jornadas de vacunación celebradas en las alcaldías de la Ciudad de México han sido exitosas, menos la de Iztacalco celebrada en el Palacio de los Deportes, a la que como rezagada fui programada.

Todos viven con la numeralia oficial de que México ha ocupado el tercer lugar mundial de los fallecimientos por COVID, muchas familias viven el luto y otras tantas muerden el miedo y le apuestan a la vacunación. El desempleo no es de ningún látigo menor para miles de personas que están siendo arrastrados a la pobreza y al hambre.

Cada una de las jornadas son el retrato de la realidad, ninguna alcaldía escapó a la observación, al juego de la creación de expectativas, de debilidades, posibilidades, de derechos humanos, de acciones de control, de gobernanza democrática, intenciones electorales, siempre en contrapunto y contrastes de una gobernanza democrática y de los usos nuevos y viejos del poder.

Hablo también de las 8 horas expuestas a un aplomado sol, sin botella de agua, sillas, resguardo solar del medio día, con hambre, sin baños, información, hacinada en largas e interminables filas, naturales puentes de contagio por la falta de la debida sana distancia, programada a las 11 AM, para llegar a las 6 PM al interior y encontrarse con que la vacuna programada se había acabado. ¿Cuántos sueños de juventud se conjugaron con la vacuna Sputnik V? ¿Pero quién estuvo a cargo de esa organización que rebasó los cálculos por vía telefónica, digital y fue adquiriendo un grotesco tufo electorero acentuado con la integración de filas de todas las edades y presencia de transportes?

En la Ciudad de México como en las entidades federativas, la jornada de vacunación corre a cargo del gobierno federal y el local e incluye el orden municipal. Los tres ordenes de gobierno realizan a la par sus campañas de relaciones públicas con funciones muy precisas y con la mirada electoral, pues son el escenario también de la persuasión y de la competencia modelada por las preferencias y la legitimidad política de la acción.

Orden y concierto

La organización de la vacunación en la Capital del país, está bajo la responsabilidad de la Secretaria de Salud de la Ciudad de México, que dirige la Dra. Olivia López Arellano, experta en medicina social, más la de la Secretaría de Salud federal y participan personal médicos y enfermeras, las Brigadas de Servidores de la Nación, Brigadas de Correcaminos, que lucen el verde perico que marca la imagen de la gestión capitalina de Claudia Sheinbaum Pardo.

Son estos correcaminos quiénes además registran los datos de los vacunados como la CURP, verifican domicilio, marca y lote de vacuna, aplicación de primera o segunda vez, fecha y algún dato médico. Entre el personal participante de los trabajos del Palacio de los Deportes, deambularon una parvada de jóvenes entre los que se mezclan adultos, soldados y civiles, escurriéndose entre las mesas de vacunados. Todos se distinguen por su amabilidad, silencio y no carecen de una disciplina casi militar y de la no interactuación con los vacunados, salvo la estricta observación que emulan las brigadas estalinistas.

En otro nivel de información, las vacunas están bajo la responsabilidad exclusiva de la Secretaría de Salud federal, debiendo cumplir con ciertos protocolos y procesos como es la distribución a los módulos a tiempo, dotar con las suficientes vacunas, respondiendo al número de las personas registradas, cumpliendo con la congelación y descongelación exigida, la compra, distribución y el transporte va a cargo de la Secretaria de Relaciones Exteriores (SER). Salud y Relaciones conjugan el binomio ejecutivo del combate contra la guerra al Coronavirus, se apoyan en Hacienda y en el resguardo de la Secretaría de la Defensa Nacional, pero todos los procesos y las formalidades marcan la ruta hacia Palacio Nacional.

Aclaraciones

En mi calidad de rezagada, conviene aclarar a los lectores que debido a un problema inmunológico ocasionado por un padecimiento crónico de larga data y programada inicialmente a recibir la vacuna china, por prescripción médica decliné la invitación a fin de esperar entre las diversas tandas de vacunas el poder acceder a una que no me provocara reacciones adversas ni trombos circulatorios. El hecho me motivo a investigar lo que el sentido común aconseja, conocer el tipo de información ofrecida, las inquietudes y necesidades de información que tenían los adultos mayores con padecimientos crónicos, oncológicos, con trasplantes de órganos, Sida, alérgicos, con Alzheimer, Parkinson, trastornos motrices, los que padecen trastornos inmunológicos, alguna deficiencia mental, como lupus, leucemia, que si bien puede ser manifestado en la mesa de registro de aplicación de las vacunas, pero no cuentan con opción de solución alguna.

No pensé que después de ser identificada como rezagada, esta calificación se convertiría en estigma y una suerte de marca a la falta de alternativas de respuesta, a la postergación del derecho a la vacunación y una puerta a la más absoluta desinformación, con el paso obligado de soluciones verticales a imprevistos y mala planeación en los operativos. Esos problemas que fueron planteados en un cuestionario que no se respondió por la Secretaria de Salud federal, sumándose otros temas que se irían derivando de la experiencia y vinculados con la transparencia, información y rendición de cuentas, además de una necesaria orientación y la debida pauta de las jornadas.

Las inquietudes y reflexiones se dirigieron a la Secretaría de Salud federal, específicamente a la oficina de Comunicación Social, recibiendo a cambio un mazacote de desordenadas declaraciones del Dr. Hugo López-Gatell Ramírez, subsecretario de Promoción de Salud y del Dr. Ricardo Cortés Alcalá, director general de Promoción de la Salud de la secretaria, sin firma de responsable alguno.

Parámetros

Como resultado a la vista la jornada de vacunas del Palacio de los Deportes, de inscripción en una suerte de embutido, de un proceso fundamental de vacunación como un derecho humano para más de 125 millones de mexicanos, y que con marca de epopeya civil o pueblo estratificado estaba decidido por la lección ciudadana en el ejercicio de un derecho. Sin embargo, la incógnita nebulosa de los criterios, tiempos, costos, programación, diseño de perfiles de receptores, de emisores, abastecimiento, destinatarios, suministros, acceso a las campañas de vacunación quedaba resguardado al escrutinio púbico con la reserva formal.

Inevitables las señales y sospechas sobre la planeación de las vacunas y la vacunación con criterios de estratos de nivel de ingreso: vacunas; Pfizer en la alcaldía Miguel Hidalgo y Coyoacán, la China en Xochimilco y Tlalpan; la Sputnik en Iztacalco y Gustavo A. Madero, la Astra Seneca en la Benito Juárez, Álvaro Obregón y Cuauhtémoc.

La peregrinación

Gradualmente los procesos de vacunación se vuelven más exitosos y más rápidos. Se perfilan como asuntos de derechos humanos, pero también como demandas de inclusión, de justicia y evidencias político-electorales. Aún no solventan todos los inconvenientes como es el caso de los que sufren los profesionales de salud privada, que han estado al margen de los procesos de vacunación del personal médico del gobierno, no obstante, de estar en el frente del combates contra el COVID en los consultorios de farmacias o en la atención de pacientes que han padecido y muerto por la pandemia en casa. Están estos médicos/as, enfermeros/as, camilleros de clínicas, consultorios y hospitales privados discriminados a la espera de que por rangos de edad como está planificado pueda acceder a la vacunación de la que hasta ahora han sido relegados y con la patente ausencia de la Secretaria de Gobernación garante de los derechos humanos.

La liturgia contra el CPVID se inicia con un registro en la página de Internet o la llamada a Locatel, que anuncia una cordial recepción como parte del pasaje a la isla de la fantasía, en la que esperaba como anfitrión el legendario Ricardo Montalban, personaje que a los de tercera edad podrían ofrecer alguna sugerencia. La invitación es acudir con una identificación, un documento domiciliario, el número de CURP, registrar un número telefónico celular, el propio y el de un amigo o de un familiar, lo que lo hace acreedor de recibir un recado en el celular indicando la hora, fecha y ubicación del modulo para acudir a vacunarse.

El rito

Las jornadas de vacunación son merecedoras de un cuidadoso y puntual registro publico, como el testimonio de una acción gubernamental, y social que debe incorporarse en la crónica pública, transitar del reportaje social a la historia colectiva no sólo en salud. Estamos a todas luces ante eventos multitudinarios y multiculturales a favor de la salud y en plena lucha contra el contagio. Para unos puede resultar un paseo, un día de campo ordenado y lleno de seguridades y para otros un calvario. Quiénes se han vacunado en Cuajimalpa, la vacunación es cómoda, rápida y gratificante, reciben hasta un chocolatito, incluyendo lecciones y ejercicios, y todo va en relación a la delegación que corresponda y que de mínimo ofrecen sillas, toldos de protección solar y agua.

Pero fue en Iztacalco, en el Palacio de los Deportes donde se dio la diferencia, el acto multitudinario que desbordó el registro y materializó, el acento electoral filtrándose en la vacunación. El proceso de vacunación es lento y la amenaza del rebrote y aparición de mutaciones más contagiosas y letales está ahí, El oasis y v da señales de no contar con vacunas suficientes. Ya no vasta para convencer los suitchazos desde la mañanera a los planos de aviones cargados de vacunas tras el aterrizaje en el aeropuerto Benito Juárez. El montaje no puede convencer a nadie mientras las jornadas se espacian al ritmo de la falta de vacunas.

Nada nuevo bajo el sol, sin embargo, amanecemos con la noticia de que el COVID arrasa a la India a un año de la aparición de la pandemia, de que hace poco puso en estado de sitio a Francia y Alemania, de noticias que nuevas variantes azotan a Brasil e Inglaterra, sin que pueda frenarse una tercera ola, un país como el nuestro, México, en un tercer lugar de fallecimientos y en una epopeya accidentada e intermitente de vacunación.

A un año de confinamiento social, de reclusión y de paro económico voluntario, se producen secuelas graves en un país que no acaba de sacudirse ni de indisciplinas ni de la corrupción ni del autoritarismo ni de profundos rezagos sociales, económicos, políticos y culturales que traemos los mexicanos como piedra al cuello apretados por una aspiración a una democracia que no acaba de desarrollarse entre una escandalosa desigualdad.

El COVID ha exigido su cuota… para unos más, para otros menos y conforme al orden político y nivel social.

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