Dueñas de su condición y de sus expectativa, sin sonrojo ni tapujos, prejuicios y recobrando la voz con un tono de identidad y orgullo, un contingente de mujeres de todas las edades exigió reformas en educación, salud y reducción de impuestos para los productos de la menstruación ante Palacio Nacional, cargando una gigantesca toalla sanitaria.
Sucedió como historia, una protesta femenina más en las movilizaciones de la calle, identificando un antecedente legislativo de la no discusión en el Senado de la República del dictamen para una menstruación digna.
Al filo del cierre legislativo, a dos días de la conclusión de un trienio de gestión de los diputados/as en la reconocida LXIV Legislatura de la equidad de género, en el marco de un ejercicio de una sesión ordinaria, con el aval de 432 votos, se aprobó la reforma al artículo 114 de la Ley General de Educación, en materia de salud y gestión menstrual. ¿Cuál fue la narrativa para tratar un tema de sanidad para la mitad de la población no al margen del prejuicio, de tabús, visiones diferenciadas y de derechos humanos y sociales?
¿Qué significó la deliberación de esta reforma para millones de mujeres, en el ritmo del abanico de las diferencias sociales, culturales y económicas? ¿cuáles son sus impactos, motivos y quienes son las/os beneficiados? Correspondió a la Dip. Adela Piña Bernal (Morena), presentar el dictamen que argumenta y tiene como objetivo las necesidades diferenciadas. Esto es, las distinciones basadas en el género, en lo biológico y con la mirada identificada en el proceso de construcción social que se relaciona con la cultura expresando “elementos distintivos de creencias, valores y actividades señaladas como propias o exclusivas, unas para las mujeres y otras para los hombres”.
A discusión
Se trata de una reforma que perfila un enfoque para crear condiciones que “permitan avanzar en la construcción de la igualdad de género en el marco del ámbito educativo, la salud y el lenguaje”. Para Piña Bernal el tema se destaca como la clave legislativa en el texto del artículo 3º de la Constitución que dispone que la educación está basada en el respeto irrestricto de la dignidad de las personas. Coloca en la mira la vinculación a los planes y programas de estudio con perspectiva de género con visión integral que se traduce como un avance significativo en la lucha por la igualdad de género, la superación de circunstancias y prácticas que reproducen la discriminación y exclusión de las mujeres.
La iniciativa se asumió por los legisladores/as como una importante contribución para continuar “cerrando la brecha de desigualdad entre hombres y mujeres al abordar un tema que, a pesar de encontrarse estrechamente vinculado con la salud, el bienestar, la igualdad de género, la educación y con el empoderamiento de niñas y mujeres adolescentes, queda a resolver”. Piña Bernal desmitifica una condición de la femineidad que se ha mantenido rodeada de silencio, tabúes y estigmas, pero lo más grave la exclusión de las agendas públicas de desarrollo, rematando con nebulosidades, que para la legisladora no está exento de de falsedad, acentuando su discursó ante el pleno, “me refiero a la menstruación”.
Estamos en una sesión de cierre de una Legislatura de tres años, la primera de la reelección y que ha tenido un desempeño singular que ha sido distinguida por la equidad, pero también por la deliberación de importantes reformas estructurales, y ahora por un tema trascendental de importancia para millones de mujeres que son la mitad del país. Hoy la representación legislativa también define más que la representatividad de los partidos y su vocación democrática, estamos ante las mirada de los grupos parlamentarios frente a la condición femenina con la menstruación que viene acompañada por una serie de tabús, estigmas y condicionamientos que promueven la desigualdad.
Los derechos humanos
Y sin distorsión ni rendiciones empezaron a desfilar los datos en la participación de legisladores/as. Desde tribuna la Dip. Zulma Espinoza Mata (PVEM), destacó a la educación como uno de los derechos fundamentales, reconociendo que se aborda el debate uno de los temas más sensibles para la población estudiantil femenina.
Y agregó “el tema de la higiene menstrual resulta insuficiente cuando se limita a la teoría, pues desafortunadamente, por increíble que parezca, aún existen personas que no tienen acceso a los productos de gestión menstrual, lo cual ocasiona segregación y deserción escolar. De acuerdo al Observatorio de Innovación Educativa del Tec de Monterrey, el ausentismo escolar es un problema persistente en los sistemas educativos e impacta hasta en la mitad de la población escolar mundial. La misma fuente de información señala que una de las mayores causas de deserción en las alumnas que ya han alcanzado la pubertad es el ciclo menstrual”.
En la transparencia de la discusión surgen los motivos y las explicaciones del dictamen. impactando la educación en las faltas de las alumnas uno o dos días al mes, generando un rezago educativo, y ocasionado por el dolor y complicado con la falta de recursos, lo que en la jerga especializada se etiqueta como el aspecto social y económico de la menstruación que resulta crucial “no sólo para gestionar dignamente el periodo menstrual, sino para el acceso a la educación”, precisó Espinoza Mata.
Doblando las esquinas
Para la Dip. Verónica B. Juárez Piña (PRD), desde tribuna dijo que la propuesta de reforma reviste “una enorme trascendencia para miles de mujeres, niñas y adolescentes”, debido a su condición económica, la falta de abasto, en tanto de que carecen del acceso a productos de higiene menstrual. Resaltó el esfuerzo de la lucha librada también en otras legislaturas, a fin de eliminar un impuesto discriminatorio que es el IVA para toallas femeninas, que incluso impulsó a presentar una acción de inconstitucionalidad bajo análisis de la Suprema Corte.
Juárez Piña adentrada en los territorios de los emblemas y los símbolos, en la remembranza de que la menstruación en la cultura se traduce en fecundidad, y hoy se interpreta como un estigma precipitado en la calificación de inestabilidad emocional, poca productividad, es un tema que convierte a las mujeres en una carga para la sociedad, la vincula a la debilidad sexual, lo que ha motivado en muchos países reformas a la normalización de la menstruaciones, lo que significa un combate a prejuicios.
Aporta un dato desconsolador “42 millones de mujeres mexicanas, niñas y adolescentes en situación de pobreza enfrentan la lamentable problemática, agravada por niñas y adolescentes en situación de pobreza extrema, ubicadas en los estados de Chiapas, Oaxaca y la Huasteca Potosina, que viven la segregación durante su período menstrual, por que no pueden comprar toallas sanitarias por falta de recursos y optan, por no asistir a la escuela disminuyendo su rendimiento escolar”.
Explicó que la historia cotidiana de la marginalidad de las mujeres por carencia de recursos, se asocia a que busquen “alternativas como usar ropas viejas, trapos, periódicos y hasta tierra en los periodos menstruales y que por la falta de acceso al agua potable se ven obligadas a lavar su ropa en agua sucia y secar con vergüenza la ropa manchada al aire libre, que suelen volvérselas a poner húmedas. Es el relato de la vulnerabilidad del derecho a la salud y a su integridad”. Sostuvo que las mujeres en pobreza se recluyen y no participan de la vida comunitaria en sus períodos menstruales.
En el día a día
Juárez Piña manifestó que la actual crisis económica genero que más de 16 millones de personas se sumen a la pobreza extrema, lo que exige de medidas urgentes ya que “golpeará con mayor saña a las niñas, adolescentes y mujeres quienes enfrentan no sólo la necesidad del consumo consuetudinario de los productos de higiene menstrual, sino además la reducción de los ingresos familiares cuya principal finalidad no será, sin duda alguna, la satisfacción de las necesidades higiénicas y de salud de las mujeres, de las niñas y adolescentes que pasarán a segundo o tercer plano”.
Advierte que la menstruación es un factor que ahonda la brecha entre género y pobreza, exigiendo que ésta, se debe transformar en asunto de salud pública y no en un problema privado. Se pronunció a favor de la apertura del tema y se incorpore a las políticas gubernamentales de salud, en condiciones para que todas las personas alcancen condiciones dignas que garanticen su total participación en la vida social y política del país. Sostuvo que la finalidad del dictamen, también es “la obligación de las autoridades educativas para que las escuelas de educación básica proporcionen gratuitamente toallas sanitarias y productos de higiene menstrual a las niñas y adolescentes que los requieran. Seguido de la eliminación del IVA a esos productos, la provisión de insumos para higiene menstrual de manera gratuita para todas las personas menstruantes al cargo del Sistema Nacional de Salud, a través de los hospitales, clínicas y dispensarios públicos en todo el país”.
Precisó las propuestas: eliminación del IVA a los productos de higiene menstrual que implica un impacto al erario de 3 mil millones de pesos, por tanto exigen que “estos 3 mil mdp que pagamos las mujeres por ser mujeres sean destinados para hacer menos profunda una brecha de desigualdad, cuyo origen es el haber nacido mujer y menstruar mes con mes”.
El solidario
Esperada la participación del Dip. Alfredo Femat Bañuelos (PT), quien sostuvo que la menstruación, también llamada periodo regla, explica los procesos biológicos, de identidad, derechos, higiene y comodidad. Reconoció que muchas escuelas no cuentan con infraestructura de sanidad para la higiene menstrual, recrudeciendo la problemática de no disponer de artículos de higiene íntima adecuados. Sostuvo que la menstruación es un tema tabú y de estigmatización que sufren las mujeres, que además son consideradas sucias, impuras e indignas. En los campos de la cultura, citó estigmas y prejuicios alrededor del género y que la menstruación ha influido en la vivencia del ejercicio de derechos. Señaló que la atención de la menstruación no puede ser exclusiva del ámbito privado e individual. Indicó que “en México los productos de gestión menstrual como toallas, tampones, pantiprotectores, compresas o copas no son reconocidos como productos de primera necesidad ni están dentro de la canasta básica y además son adquiridos con un sobreprecio del 16% del IVA.
Al impuesto lo califica como carga discriminativas directa y contra la igualdad sustantiva de las mujeres, lo define como un impuesto por menstruar, sumado a una serie de desigualdades. Dijo que menstruar no es un lujo ni un privilegio, sino que es un derecho. Reconoció que la legislación en la materia a nivel federal está pendiente, sin embargo, fue aprobada el 2 de marzo por el Congreso de Michoacán, estableciendo el fomento de la educación menstrual y facilidades de acceso gratuito a los productos de gestión menstrual. Y concluyó conviniendo que el dictamen que reforma el art. 114 de la Ley General de Educación en materia de salud y gestión menstrual, incide en la mejora de condiciones estructurales que permitan a todas las niñas, adolescentes a vivir la menstruación con dignidad y garantizar la provisión gratuita de elementos de gestión menstrual a niñas, adolescentes, mujeres en el ámbito educativo.
En la telemática
En el marco de una sesión presencial y a distancia, intervino la Dip. Laura I. Hernández Pichardo (PRI), abordó la apertura como elemento incorporativo al sistema educativo el tema de salud menstrual y reproductiva, entendido como oportunidad para que los adolescentes conozcan y reconozcan los cambios ocurridos en su cuerpo que impactan en el sistema reproductivo. Observó que la menstruación tiene un efecto pronunciado en la calidad y el disfrute de la educación como otros aspectos de la pubertad, involucrando un componente de aprendizaje, lo que hace que el entorno escolar y la infraestructura un impacto adicional, que integra el tema a la agenda el de la educación menstrual como parte de una agenda ampliada para los derechos de la salud sexual y reproductiva.
Reconoció la importancia del dictamen reivindicando el derecho universal a la educación de las niñas, adolescentes y jóvenes mujeres, a través de entornos escolares saludables. Dijo que según la ONU en México el 23.5 de las escuelas no cuenta con agua potable, lo que no sólo afecta las condiciones de higiene menstrual, sino en la higiene de la población de las escuelas. Reitero que el obstáculo más grande para las alumnas durante sus ciclos menstruales es falta los recursos de higiene menstrual, y las instalaciones de las escuelas. Sostuvo que la igualdad de género no se logrará si no se aborda.
Zona azul y magenta
Correspondió subir a la tribuna a la Dip. Verónica Mª Sobrado Rodríguez (PAN), resaltó la importancia del Proyecto deReivindica el Proyecto sobre el tema de la Reforma es resultado de un trabajo parlamentario plural. Extendió su reconocimiento al colectivo feminista Menstruación Digna, cuya coordinación con organizaciones de mujeres impulsaron el tema que se debatió y hoy llega al pleno. Sostuvo que para el PAN “resulta esencial impulsar acciones para crear las condiciones de cambio que permitan avanzar en la construcción de una sociedad más igualitaria, donde mujeres y hombres reconozcan igual valor y dignidad. Por ello, formamos parte de esta propuesta y estamos a favor de la misma. Reconoció que se aprueba un tema relevante en materia de derechos humanos, educación, salud, participación, igualdad de género y vida digna. Y déjenme explicarles el porqué de este trascendente dictamen que hoy se propone. Hablamos de la menstruación que, siendo una condición fisiológica y natural, por muchos años ha sido estigmatizada e invisibilizada por la sociedad, provocando efectos adversos en el desarrollo y bienestar de muchas mujeres de México.
La Dip. Rocío Villarauz Martínez (Morena), reforzó el posicionamiento a favor del Proyecto a nombre de su grupo parlamentario, del que reconoce su relevancia al reivindicar que sólo legislando con, desde y para las mujeres, se puede construir un mejor país. Se refirió a las desigualdades y violencia patriarcal que viven las mujeres. Calificó que el dictamen tiene como objetivo “hacer leyes y políticas públicas para crear un marco jurídico que beneficie a las mujeres de todas las edades y termine con las barreras estructurales que producen desigualdad entre los géneros”.
Señaló que el decreto es fruto de una transformación en el gobierno y en el régimen político. Sostuvo que normalizar la menstruación de las mujeres las niñas y adolescentes pueden acceder a estos productos en el entorno escolar, al ser provistos por las autoridades sanitarias rompen con tabús, con sesgos y coloca a las mujeres en el centro de las decisiones públicas”. Legislar con perspectiva de género requiere de muchas voces y muchas mentes brillantes, por lo que también reconocemos el gran papel de la sociedad civil en estas propuestas que hoy toman la máxima tribuna del país.
El Proyecto de Decreto fue reforzado por las diputadas Susana P. Álvarez Hernández (MC), Adriana P. Teissier Zavala (PES), Miriam Merino Cuevas (PRI), Mª del Pilar Ortega Martínez (PAN), Erika V. del Castillo Ibarra (Morena) y Martha A. Tagle Martínez (MC).
En los datos
Y para ilustrar y fundamentar el proyecto de reformas se descorren los datos de la organización civil Gire: una persona menstruante necesita 360 toallas o tampones, promedio al año, y que dicho gasto puede representar hasta 720 pesos anuales para ser cubierto de manera adecuada, lo que equivale al 5% del total del gasto de un hogar del 10% más pobre en México. Esto a largo plazo ocasiona que se disminuya su participación en la sociedad y genera desigualdad; el gasto promedio de una mujer es de cerca 36 mil pesos en productos para menstruación durante su vida reproductiva; Estudios de ECITI y Unicef, señalan que en México 30% de las niñas y adolescentes hacen uso de papel higiénico, en vez de usar una toalla sanitaria; 64% de las niñas mencionaron la falta de toallas sanitarias en las escuelas; 66% de las niñas piensan que los baños de las escuelas están sucios; 73% de las niñas, niños y adolescentes dijeron lavarse las manos sin jabón, elemento indispensable para la higiene.
Se destaca, antes del COVID un esfuerzo a nivel mundial para garantizar una menstruación digna; Escocia fue el primer país en dar toallas sanitarias y tampones gratis para todas; en Kenia y Canadá en 2011 y 2015, eliminaron el impuesto sobre los productos menstruales; Francia y Reino Unido lo redujeron al 5%; Colombia suprimió el IVA del valor añadido a las toallas higiénicas y a los tampones; en Argentina y Chile se han presentado iniciativas de ley para impulsar la distribución gratuita de toallas higiénicas y tampones; en México, desde el Parlamento de Mujeres de la Ciudad de México, se propuso una iniciativa de ley para el reparto gratuito de toallas femeninas, tampones y/o copas menstruales.
La pobreza menstrual es una realidad, representa un gasto anual para las niñas, adolescentes y mujeres menstruantes un promedio de 360 toallas o tampones, si una mujer inicia su menstruación a los 13 años. y llega a la menopausia a los 50 años, significa que utilizará 13,320 toallas femeninas o tampones durante su vida fértil, con un costo promedio de 4 pesos por unidad. Esto representa un costo promedio de 53,280 pesos. No es un producto accesible.