Patricia Mercado, hoy senadora por el Partido Movimiento Ciudadano, cuenta con una larga trayectoria de lucha desde la sociedad civil, lo mismo por las causas de los derechos humanos que de las mujeres y los jóvenes.
Hablar de ella y con ella, volver a preguntar, hoy a la distancias debido al inseparable e insuperable COVID 19, es abordar esas razones que han impuesto el tono de esa sociedad civil que ha colocado hoy día algunas banderas insignias del ciudadano común en la vida pública, sin embargo, quedan otras por plantar desde el Senado y nos vincula con la causa que como ingreso de sobrevivencia representa en el escenario de una pandemia, un Ingreso Vital, causa que hoy acompaña Patricia Mercado.
La recuerdo en la dinámica de las distintas organizaciones feministas que fundó, hasta los trabajos emprendidos por las mujeres hacia la IV Conferencia de Beijing 95, coordinados por Clara Jusidman y que legan ricas reflexiones.
Economista de formación, en 2001 presidió el Partido México Posible y en 2006 compitió en la elección a la Presidencia de la República por el Partido Alternativa Socialdemócrata, obteniendo 1.1 millones de votos. Se ha desempeñado como secretaria de Trabajo y Fomento al Empleo de la Ciudad de México y más adelante fue designada secretaria de Gobierno de la CDMX, cargo que desempeñó hasta febrero de 2018.
Preside la Comisión de Zonas Metropolitanas y Movilidad, y es secretaria en la Comisión de Trabajo y Previsión Social. Agradecemos a la senadora Mercado su amable disposición para atender nuestras inquietudes en torno al Ingreso Vital al que consideramos de gran importancia.
C: Cuando habla de un Ingreso Vital a qué se está refiriendo, qué nos quiere compartir, cuál es la historia, el debate internacional que fluye con el tema, que se asocia con la crisis de la pandemia y viene precedido como un derecho social frente a un modelo económico en crisis también ¿Qué nos puede compartir?
P: Es una propuesta que surge en el inicio de esta emergencia económica causada por la pandemia, que la Red Nosotrxs, que coordina Mauricio Merino, construyó y puso a consideración de diferentes organizaciones, así como legisladoras y legisladores. Se trata de un ingreso mínimo vital de emergencia, es decir, una transferencia por el equivalente a un salario mínimo, por tres meses que se pueden ampliar a cinco, a todas aquellas personas que perdieron su trabajo o vieron disminuidos sus ingresos.
En la Cámara de Diputados, un conjunto de diputadas y diputados de diferentes grupos parlamentarios presentaron un punto de acuerdo para impulsar esta propuesta, mientras que en el Senado, el grupo parlamentario de Movimiento Ciudadano presentamos una iniciativa de ley para crear esta figura para casos de emergencia. En ambas cámaras se formaron grupos de trabajo para analizar estas y otras propuestas de apoyo a la economía de las personas que han presentado las diferentes fuerzas políticas.
C: ¿Un Ingreso Vital contra el desempleo, en el marco de derecho humano al empleo, pero también en un horizonte complejo como son el desarrollo tecnológico, financiero y los derechos sociales?
P: Es un Ingreso Vital de emergencia que beneficiaría no sólo a quienes perdieron un empleo formal, sino a todas las personas que perdieron cualquier tipo de trabajo o ingreso, incluso parcialmente. Sostenemos que es necesario, urgente y que estamos a tiempo porque los efectos de esta crisis económica se van a seguir sintiendo por mucho tiempo, ya que aun son más de 5 millones de trabajos los que no se han recuperado y algunos de los que se recuperan son muy precarios.
C: ¿Cuáles son los mínimos de bienestar a garantizar con el ingreso mínimo y cómo se financia este ingreso, qué costo representa del PIB, y que relaciones se dan con otros derechos sociales? ¿Cuentan con recursos para hacerlo viable?
P: El ingreso mínimo vital equivale a un salario mínimo porque se considera que éste cubre la canasta alimentaria para una persona trabajadora y una persona dependiente. Se tiene que reorientar el gasto público para atender la emergencia que viven las personas trabajadoras y sus familias, eso se puede hacer de diferentes formas y hay que discutir los pormenores tanto en los grupos de trabajo legislativo como entre poderes Legislativo y Ejecutivo. Estamos hablando de un 3.6% del presupuesto del 2020, que equivale a cerca del 1% del PIB.
C: Hablamos de un Ingreso Vital y como tal, me pregunto sobre su cobertura, individual, familiar, ¿Se incorpora las necesidades de salud?
P: Es por persona que haya perdido su trabajo o que haya visto disminuidos sus ingresos. No es un sustituto de ninguno de los programas, políticas o servicios de salud o seguridad social, pues es una medida temporal.
C: Contamos ya en nuestro país con un expediente de iniciativas sobre un ingreso básico, ¿desde cuándo está presente el tema, su nivel de discusión y cuál sería la razón por la que no se ha concretado?
P: En anteriores legislaturas se registraron iniciativas, pero fue a partir de la presente emergencia que se presentaron más. En estos meses ninguna se ha discutido en comisiones, pero ya se va a empezar un tipo de discusión institucional a través del grupo de trabajo creado para este tema en el Senado, además de los diferentes pronunciamientos que se hicieron durante las sesiones de la Comisión Permanente. No se incluyó en un periodo extraordinario porque no hubo acuerdo en tal sentido en la Jucopo.
C: ¿Cuál es la propuesta que sobre el Ingreso Vital usted comparte y cuáles son las distintas modalidades que se están presentado?
P: Es la iniciativa presentada por el grupo parlamentario de Movimiento Ciudadano en el Senado, que consiste en una transferencia equivalente a un salario mínimo, por tres meses, con posibilidad de extenderse a cinco meses, para casos de emergencia, no únicamente para la emergencia que estamos viviendo ahora y no solamente para el trabajo formal.
C: ¿Cuál es el debate y la experiencia del Ingreso Vital en América Latina y cuáles son las distinciones en sus aplicaciones y las fuentes de financiamiento?
P: Hay un gran debate y una amplia y variada experiencia, como quedó de manifiesto en el foro que realizamos el 9 de julio (se puede ver en el canal de YouTube de Movimiento Ciudadano), con la participación de representantes de los congresos de Brasil, Argentina, Uruguay, Chile, Colombia y Costa Rica. Hay figuras distintas en cada país; en algunos casos el apoyo es por persona y en otros es por familia; en algunos casos se ha financiado con deuda pública y en otros casos dentro de los límites presupuestales de los gobiernos.
Hay casos como el de Brasil, donde la propuesta surgió de la sociedad civil, la tomó la oposición en el Congreso y el gobierno finalmente aceptó negociar; hay casos como el argentino, donde el gobierno ha sido el principal promotor de la medida; en todos los casos han existido diversos puntos de vista, incluso confrontación entre fuerzas políticas, pero es un debate muy sano al que también han contribuido organismos internacionales como la CEPAL, la OIT, el PNUD, entre otros.
C: Platíquenos cómo se está dando el debate sobre el Ingreso Vital en México ¿con qué sectores se está deliberando el tema y cuáles son las posiciones?
P: Es un debate muy amplio, que ha tenido presencia en todos los partidos políticos, en los organismos empresariales, en organizaciones de la sociedad civil, en instituciones académicas. Por nuestra parte, realizamos una serie de foros virtuales durante los meses de mayo, junio y julio a lo largo del país, con la participación de representantes de todos esos sectores y con testimonios de personas que necesitan recibir un apoyo como el Ingreso Vital.
Las posiciones que cuestionan la viabilidad de un Ingreso Vital de emergencia han venido de la coalición gobernante y algunos de sus legisladores, sobre todo en el sentido de que no es necesario porque los programas sociales ya protegen a las personas en vulnerabilidad económica, y en otros casos asegurando que no es posible financiarlo.
C: Tenemos un escenario económico formal, e informal lo que nos lleva a pensar sobre si es posible su financiamiento y el modelo más viable de propuesta.
P: Sí es posible financiarlo, sobre todo si se establece un diálogo con el Ejecutivo para analizar posibles modificaciones al presupuesto público, ya que el de 2020 fue diseñado para una realidad muy distinta a la que tenemos. Aun si persiste la decisión de no recurrir a líneas de crédito que ya tiene abiertas el gobierno de México, hay posibilidades en la reorientación presupuestal y en los ingresos fiscales extraordinarios que el propio gobierno ha informado que tiene.
C: Inevitable la pregunta, visión de género, sobre todo, en el contexto de que son las mujeres los pilares de la familia, las protagonistas de diversas jordanas laborales.
P: Así es, las mujeres han sido las más afectadas en esta crisis económica, en términos de desempleo, en términos de reducción de ingresos y en términos de posibilidades de regresar a las actividades económicas, por la sobrecarga de tareas de cuidado en los hogares. Por eso, un Ingreso Vital de emergencia sería especialmente importante para las mujeres.
C: ¿Cuáles son las perspectivas?
P: La perspectiva inmediata es que el grupo de trabajo en el Senado logre acuerdos, ya que incluso el grupo parlamentario mayoritario ha incorporado en su agenda legislativa alguna figura de apoyo a quienes han perdido sus empleos. Que ese acuerdo pueda traducirse en la reforma legislativa o en decisiones presupuestales que le den un respiro a los millones de familias que aún padecen los estragos del desempleo, en los sectores formal e informal, y de la reducción de las actividades económicas en general.
C: Algo que agregar, le agradezco su disposición a está conversación a distancia, sobre un tema fundamental en la agenda ciudadana.
P: Muchas gracias por el interés. Es importante que los medios de comunicación le den seguimiento a lo que haga el grupo de trabajo en el Senado y al de la Cámara de Diputados.