Una estrategia de política gubernamental y de colaboración social para apoyar a las personas trabajadoras que viven al día

Autor Congresistas
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Clara Jusidman
(Última parte)

  1. Renta básica temporal

Los gobiernos de los tres órdenes podrían ponerse de acuerdo para proporcionar una renta básica por tres meses a los trabajadores en riesgo de pérdida de ingreso por la emergencia.

Los fondos podrían provenir de la reorientación de algunos recursos de los presupuestos normales de programas o inversiones que se pudieran posponer para después de la emergencia, tanto al nivel municipal, estatal como federal o bien, crear fondos de contribución colectiva como los señalados para las acciones de empleo temporal.

El problema de esta acción es el desarrollo de padrones de personas que recibirían la renta básica temporal porque efectivamente la requieren. Para ello podría utilizarse la estructura de Servidores de la Nación que recorren las comunidades y colonias, provistos de una metodología que les permita detectar a familias que sobreviven con un ingreso diario. Asimismo, los padrones de otros programas como el de Becas Benito Juárez pudieran utilizarse para localizar a las familias en situaciones de emergencia por la pérdida de las fuentes de sus precarios ingresos.

  1. Ampliación de los seguros de desempleo

Se podría examinar la posibilidad de asignar un pago temporal por desempleo a los trabajadores ocupados por pequeñas y micro empresas que no puedan tolerar la carga del costo laboral durante los meses de la emergencia. Se otorgaría a partir de la garantía de las propias microempresas a sus trabajadores.

  1. Reducción de los costos laborales

Históricamente en México hemos cometido el error de cargarle a los patrones que ocupan trabajadores el costo de las prestaciones laborales como la seguridad social y los pagos para el fondo de viviendas, así también los estados han cobrado impuestos basados en la nómina de las empresas. Esto encarece el precio del trabajo y representa una desventaja para quienes ocupan trabajadores.

La emergencia sanitaria actual proporciona una oportunidad para disminuir esos costos sustituyendo los ingresos de los mismos por otras fuentes como serían actualizaciones de los impuestos predial o de impuestos generales.

En la emergencia sanitaria valdría la pena reducir o postergar al menos su pago y distribuir después en el tiempo esos costos laborales para las empresas.

Muchos países están posponiendo los costos laborales para las empresas que se comprometen a seguir pagando los salarios a sus trabajadores.

  1. Créditos y prórrogas y periodos de gracia en créditos y pagos por permisos, licencias e impuestos

Como ya lo han planteado algunos alcaldes en el país se pueden otorgar además de pequeños créditos a microempresas, también prórrogas y periodos de gracia en créditos vigentes, la condonación de pagos y renovación de permisos para tianguis y comercios en mercados abiertos, la prórroga para el pago de refrendo de licencias (El Financiero, 20/03/20) o del impuesto predial, del agua, sin recargos.

Parte de la demanda de los gobiernos municipales de papelería, artículos de limpieza, alimentos, compostura de equipos, arreglo de instalaciones, podría dirigirse a pequeños proveedores locales que inclusive se organizaran cuando se tratara de pedidos de mayor envergadura.

Actividades al nivel de la comunidad

La protección del ingreso a los grupos mencionados no es una tarea sólo de las autoridades de gobierno. Es un asunto que nos compete a todos y todas y debemos asumir nuestra responsabilidad y aguzar nuestra creatividad cuando personal y familiarmente nos encontramos en una situación económica que nos permite enfrentar la emergencia sin mayor riesgo de ingreso.

Habrá algunos y algunas que puedan apoyar mucho y otros que lo puedan hacer a una escala menor. Cada cual podría encontrar la modalidad más adecuada para su situación específica. Incluso pudieran organizarse para hacerlo.

Algunas sugerencias

  1. Mantener la planta laboral. Solicitar a todas las personas que tengan trabajadores asalariados permanentes en empresas formales e incluso en sus hogares, evitar despedirlos, aun si esos trabajadores deben aislarse temporalmente y faltar a sus tareas.
  2. Aumentar las propinas para las personas que aún nos brindan un servicio: meseros, despachadores de gasolina, empacadores en tiendas de autoservicio, taxistas, recolectores de basura, distribuidores y repartidores de alimentos, gas, agua, jardineros, etc..
  3. Adelantar pagos a personas que nos prestan servicios personales como peluqueros, estilistas, profesores diversos, entrenadores, limpiadores de calzado, masajistas, lavado de ropa, limpieza de casa, etc. (Propuesta de Idelfonso Guajardo).
  4. Adelantar trabajos de mantenimiento de casas como son impermeabilización, pintura, arreglos de madera, plomería, electricidad, etc. mediante la contratación de trabajadores de la construcción. (Propuesta de Idelfonso Guajardo).
  5. Hacer compras en pequeños establecimientos de pequeños propietarios o de negocios familiares de alimentos básico e incluso preparados adquiriéndolos con los y las propietarios de mercados públicos, tianguis, establecimientos semifijos.
  6. Organizarse para hacer compras colectivas al nivel del barrio o colonia, de alimentos preparados a los vendedores de alimentos a los que normalmente conocemos y les compramos o incluso darles una cantidad adelantada de futuras compras con un compromiso entre ambas partes.
  7. Ofrecer servicios por Internet. Los trabajadores y profesionistas independiente pueden dar clases de yoga, de idiomas, de bailes diversos, de historia, de activación física, de cómputo, de pintura, de artesanías, de cultivo de hortalizas, contar cuentos, contar historias, consultas médicas, etc. solicitando una contribución de las audiencias por vía de Paypal.

Estas son sólo algunas propuestas de muchas posibles que procuran paliar los desastrosos efectos económicos en la vida de muchas personas y familias por la necesidad del distanciamiento social que exige el mantener las afectaciones por la pandemia a niveles manejables para no saturar al sistema nacional de salud.

Estoy cierta que hay ya muchas acciones que diversos colectivos y gobiernos están llevando a cabo como el “bono gastronómico” que significa un acuerdo entre comensales frecuentes de ciertos restaurantes con los dueños de estos para adelantarles un pago y recibir posteriormente, al superarse la emergencia, las comidas prepagadas.

Ojalá y pudieran compartirnos sugerencias y experiencias a cualquiera de los siguientes correos para sistematizarlas y difundirlas.

Centro Tepoztlán: [email protected]

INCIDE Social A.C.: [email protected]

Fundación para la Democracia: [email protected]

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