Otro golpe al tejido social urbano

Autor Congresistas
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Clara Jusidman

Una de las grandes pérdidas experimentadas por la sociedad mexicana, son los espacios físicos y sociales de encuentro de la diversidad social y económica, lastimando profundamente el sentido de comunidad o tejido social.

La gran marcha hacia las ciudades, así como la migración de mexicanos hacia Estados Unidos, fueron despoblando las pequeñas comunidades y localidades rurales. Se crearon áreas metropolitanas muy desordenas y divididas económica y socialmente como las megalópolis de la Ciudad de México, Guadalajara, Monterrey y Puebla, que aun así mantuvieron la presencia de colonias, barrios, vecindades, habitadas por personas originarias o provenientes de los mismos pueblos o estados.

Los cambios introducidos al artículo 27 de la Constitución en 1992, en la presidencia de Carlos Salinas, abrieron al mercado las tierras que estaban en manos de ejidos y comunidades. Esa apertura propició un aumento irracional y abusivo de suelo urbano. En el sexenio de Vicente Fox aparecieron las llamadas “vivienderas” que, comprando terrenos muy baratos en las colindancias de las ciudades, desarrollaron unidades de vivienda de baja calidad y propiciaron el crecimiento horizontal de las urbes.

En años más recientes la llamada gentrificación de las ciudades generada por empresas inmobiliarias y políticos y gobiernos corruptos, asestó un nuevo golpe al tejido social urbano. La Colonia del Valle en Ciudad de México es un claro ejemplo de la paulatina sustitución de casas habitación unifamiliares por edificios de departamentos de varios pisos.

Los dueños del capital inmobiliario se han convertido en un poder de hecho en el país: financian campañas electorales, influyen en la expedición de leyes y corrompen funcionarios para lograr sus fines. A la vez destruyen barrios y colonias y la cohesión de sus habitantes expulsándolos de sus ámbitos históricos de residencia.

Ahora bien, a partir del confinamiento propiciado por la pandemia de COVID 19, se modificaron muchos aspectos de nuestras formas de convivir, aprender, trabajar, comprar e informarnos.

Uno de los cambios más profundos, consiste en la posibilidad de trabajar por medio de plataformas digitales.

Actualmente, una persona puede comunicarse con su empleador por medio de su laptop o teléfono celular y trabajar desde otro país, otra ciudad, desde un barco, la playa o la selva.

Ha surgido un nuevo tipo de trabajador, el llamado “nómada digital” que puede moverse con toda libertad por el mundo, decidir sus horas y horarios de trabajo, firmar contratos comerciales en lugar de contratos de trabajo, auto explotarse si así lo determina.

Esta nueva forma de trabajo está teniendo un gran impacto en las modalidades de poblamiento en varias ciudades de nuestro país. Los nómadas digitales buscan espacios para vivir, que les resulten atractivos y que sean comparativamente más baratos que lo que pagarían en sus lugares de trabajo.

La Ciudad de México, se convirtió en un lugar sumamente atractivo para jóvenes y personas de mediana edad que querían huir de las restricciones de movilidad impuestas en sus lugares de residencia.

Las colonias Condesa y Roma, habitadas y transformadas en lugares atractivos de convivencia por jóvenes provenientes de otros barrios y otras ciudades del país, se fueron poblando de personas extranjeras. Algunas llegan por temporadas, otras adquieren los nuevos departamentos que se edifican con la gentrificación de esas colonias.

Actualmente estamos viviendo el surgimiento de otro gran negocio que irrumpe en la vida comunitaria de varias ciudades, eleva las rentas y expulsa a los inquilinos, principalmente jóvenes, que no pueden pagar las nuevas rentas.

Se trata de la concentración del alquiler temporal de muchos espacios de vivienda por empresas de plataforma como Mr. W, que a su vez aprovechan la plataforma de Airbnb. Los dueños originales dejan en manos de esas empresas el alquiler de sus propiedades, reciben su parte y se despreocupan de las dificultades para encontrar y tratar con inquilinos.

Otra tuerca que se aprieta en contra de la convivencia en beneficio de empresarios con pocos escrúpulos.

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