El año cerró con un crecimiento de la producción agrícola calculado en 6%, por lo que cabe preguntarse si es un resultado del impulso gubernamental que fomenta mayores apoyos para la productividad de los pequeños productores que vivían en condiciones de marginación y que según algunos especialistas aportan el 40% de los alimentos que consumimos.
Según datos del INEGI sobre el Producto Interno Bruto (PIB), para el segundo trimestre de 2019, actividades como pesca, agricultura, cría y explotación de animales, aprovechamiento forestal y caza representó 3.4 puntos del PIB. Una bitácora de trabajo en el marco de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, se consolida como un ordenamiento jurídico con esencia de justicia social; que además lo consagra en sus artículos 2, 3, 4 y 123, que hace un reconocimiento del acceso a los derechos sociales como mínimos indispensables para el desarrollo humano, así que el medio rural está en la ruta.
Mientras las exportaciones de manufacturas van a la baja e inquietan a los actores del escenario económico, las exportaciones de productos agroalimentarios, incluyendo a las de los sectores agropecuario y agroindustrial, documentan un avance acumulado al mes de noviembre de 2019 de 34 mil 619 millones de dólares, comunicó la Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural (Sader).
Van listados los productos de las exportaciones agroalimentarios y se incluyen a los sectores agropecuario y agroindustrial. El trabajo estuvo a cargo del Centro de Información de Mercados Agroalimentarios de la Sader y también documenta este nivel de ventas internacionales para el mes de noviembre reflejando un incremento a tasa anual de 8.61%.
Otro dato de interés corresponde con el superávit agroalimentario, reflejado en la balanza comercial agroalimentaria al mes de noviembre de 2019. Se trata de un indicador que mantiene su ritmo de crecimiento, con un aumento anual de 48.32%, lo que representa un saldo positivo por 8 mil 315 mdd en el periodo. Destaca en la información que el superávit en la balanza comercial agroalimentaria es el más alto registrado en las últimas décadas, lo que refleja un mayor dinamismo en el sector exportador de este tipo de bienes, así como la calidad y demanda que tienen los productos mexicanos en los mercados mundiales.
La agricultura se proyecta como un sector alentador en un escenario de desplome de los mercados y cuando se fundamentan sus resultados en lo correspondiente a las exportaciones de productos agropecuarios entre enero y noviembre de 2019, los datos revelan que estas exportaciones alcanzaron ventas por 16 mil 416 mdd, lo que representa un crecimiento de 9.91% con relación a lo obtenido en el mismo lapso del año previo.
Es para animar, el sector en la balanza comercial de este tipo de productos registrara un incremento de 58.44% a tasa anual, con un superávit de 4 mil 307 mdd. Otro dato importante se relaciona con las exportaciones de bienes agroindustriales situadas en 18,203 mdd, representando un crecimiento a tasa anual de 7.47%, y un superávit en su balanza comercial de 4,008 mdd, lo que representa a un avance de 38.79%, en comparación a lo obtenido durante el periodo enero-noviembre de 2018.
En cuanto al nivel segmento, resalta el hecho de que las bebidas, hortalizas y frutas fueron los principales grupos de exportación al concentrar más del 60% de las ventas internacionales; en tanto que el rubro de cárnicos es el que presentó el mayor dinamismo durante el periodo enero-noviembre de 2019, con una variación positiva de 17%, respecto al mismo periodo del año previo.
Y prosiguen los datos alentadores cuando observamos en otros análisis que los productos con mayor demanda en el mercado internacional es la cerveza, que registró ventas por 4 mil 528 mdd, con un avance de 8.02%; los aguacates 2,711 mdd, con un aumento de 18.16%; el tequila y mezcal, ventas por 1,800 mdd, con un 18.69% de crecimiento; azúcar, 767 mdd, un crecimiento de 14.55%; artículos de confitería sin cacao, 740 mdd, 9.88% más, y fresas con 507 mdd, un avance de 38.55%, en relación al mismo periodo del año anterior.
Destaca que durante el periodo que corre de enero-noviembre, las importaciones de productos agroalimentarios registraron una tendencia estable con un ligero avance de 0.14% a tasa anual y un acumulado de 26,304 mdd.
En interés de la política del campo resaltan también los objetivos de gasto público para el campo en 2020, cuyo objetivo es incrementar la producción, la productividad y la competitividad agroalimentaria del país, por lo que se hace necesario conocer la programación de los recursos presupuestales destinados a los objetivos mencionados.
Se indica por el Centro de Estudios para el Desarrollo Rural Sustentable y la Soberanía Alimentaria (CEDRSSA), que elabora la nota Calendario del Presupuesto Autorizado al Programa Especial Concurrente para el Desarrollo Rural Sustentable para el ejercicio 2020, la temporalidad en la asignación del gasto público rural en atención a los ciclos agrícolas propios de la actividad agropecuaria.
Una revisión a un documento de CEDRSSA nos permite conocer por medio de cuadros anexos que para los primeros seis meses del año 2020 se prevé un avance presupuestario del Programa Especial de Certificación (PEC), en un 51.0% lo que asciende a 173,418.7 millones de pesos. Los ramos administrativos que ejercerán mayores recursos presupuestales dentro del PEC son la Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural (Sader) con un 71.3%, esto es 33,923.1 mdp de los 47,577.0 mdp aprobados; Secretaría Desarrollo Agrario, Territorial y Urbano (Sedatu) con un 57.5% que significan 2,751.5 mdp de los 4,785.1 mdp presupuestados al semestre.
SEP un 54.3%, es decir 24,096.7 mdp de los 44,390.8 mdp asignados por la Cámara de Diputados; SHCP con un avance del 64.6% lo que representa 2,006.2 mdp de los 3,105.9 mdp que aprobó el Legislativo. Por su parte y debido a su importancia presupuestaria dentro del PEC, la Secretaría del Bienestar contempla un avance del 44.4% en el ejercicio de los 110,144.3 mdp, asignados al PEC 2020.
Por los datos comunicados por la Secretaría de Agricultura sobre el crecimiento de las exportaciones, podemos suponer que la situación del campo mexicano superó la idea de que sus orígenes están hoy día en el desamparo y que esta percepción también tuvo origen con el Tratado de Libre Comercio de América del Norte, ya que el sector registraba un sistemático crecimiento por debajo del resto de la economía.
La idea del motivo de la precariedad rural que ocasionó la falta de crecimiento, se reconoce motivado por el desvío de hasta un 70% de los fondos públicos invertidos durante las últimas tres décadas por parte de intermediarios, gestores y políticos locales, por lo que los recursos llegaban “mordidos” a los destinatarios finales.
En obligada referencia para entender la política del campo, considerar que el presupuesto agrícola impulsado por el presidente López Obrador se enfoca en cinco programas como son: Fertilizantes químicos, promoción de su autosuficiencia y acceso a los productores; Producción para el bienestar; Canasta básica; Crédito ganadero; Precios de Garantía. Resulta difícil no asociar con estos avances con el programa Precios de Garantía a los Productos Básicos, cuyo objetivo ha sido apoyar a los productores, comuneros y ejidatarios con precios justos por sus cosechas; impulsar el logró de la autosuficiencia alimentaria y de esta manera reducir las importaciones del extranjero.
Hay más datos interesantes como el que partir de la aplicación de la iniciativa, el gobierno de México, a través de la Sader, y de Seguridad Alimentaria Mexicana (Segalmex), se ha beneficiado a más de un millón 900 mil productores, a quienes paga en promedio 30% más por sus cosechas de arroz, frijol y trigo; en el caso del maíz, hasta el 40%. Se registra que el pago es por tonelada de maíz se compra a 5 mil 610 pesos, más 150 pesos por tonelada para el flete; el frijol, a 14,500 pesos; el trigo, a 5,790 pesos; el arroz, a 6,120 pesos, y la leche que se compra desde el 1 de enero a 8 pesos con 20 centavos el litro.
Respecto del frijol, los campesinos que tengan hasta 30 hectáreas de temporal o 5 hectáreas de riego, reciben un apoyo. Se indica que a principios del año se adquirieron un promedio de 100 mil toneladas. Otros datos indican que, para el maíz, el límite es de hasta 5 hectáreas de temporal y 20 toneladas por productor. Del trigo panificable, la compra es de hasta 100 toneladas por productor y 120 toneladas en el arroz.
Se agregan al listado otros datos interesantes que tienen que ver con el pago que se realiza de manera inmediata, sin intermediarios, en cuanto los productores entregan sus cosechas. Destaca la información de que Segalmex cuenta con 553 centros de acopio distribuidos en todo el territorio nacional, lo que facilita la compra directa de los granos y la leche sin altos costos para el transporte.
Para 2019 el programa cuenta con una inversión de cerca de 15 mil 200 mdp, de los cuales se han ejercido 6 mil mdp y están pendientes 9,200 mdp que la Secretaría de Hacienda y Crédito Público tendría que asignar. Para el 2020, el gasto estimado será de 10 mil mdp.
Las participaciones en la conferencia a cargo del Ejecutivo federal han dejado claro que el secretario de Agricultura y Desarrollo Rural, Víctor Villalobos Arámbula, está a cargo de los programas Precios de Garantía a los Productos Básicos, Crédito Ganadero a la Palabra, Programa Nacional de Fertilizantes y Producción para el Bienestar, los cuales están enfocados a impulsar el desarrollo de los pequeños productores de todo México, con estos programas se están alcanzando resultados importantes con impacto en la reducción de condiciones de pobreza, mejores niveles de bienestar y abona a nuestra solvencia alimentaria.