Entrevista con el Dr. Hugo Sánchez Gudiño
Se multiplican los canales o los medios de comunicación, cada quién se resguarda en sus dispositivos digitales y garantiza sus intercambios y conversaciones según el interés. Y la realidad cambia. La pandemia ha provocado una insospechada Babel, incluso la extiende, la multiplica en forma exponencial, como espejos se cruzan realidades cambiantes, las de cada quien desde sus burbujas. Todavía no hemos tenido el tiempo para reparar en la reflexión y el estudio de todas las narrativas desde la gubernamental hasta la academia y otros grupos de la sociedad y sus emisiones simultáneas.
Hace tiempo transitamos de la era industrial a la digital, a la de la inteligencia artificial, a la de las finanzas satelitales, en los pininos de la bancarización y los presagios de la desaparición de las monedas. El COVID-19 ha presionado el acelerador, y ya es hora de preguntarnos si estamos más comunicados, ¿qué tanto estamos comunicados, y cuáles son las ofertas de las narrativas y sus resultados? ¿Cuáles son los resultados de la comunicación en la pandemia, en un marco de derechos humanos, conocimiento y gobernanza democrática, justicia, salud, educación, conocimiento, trabajo, inclusión? ¿Estamos preparados para un cambio que se anuncia como vértigo?
Para el investigador y especialistas en materia de comunicación de la Facultad de Ciencias Políticas de la UNAM, Dr. Hugo Luis Sánchez Gudiño, en esta moderna Babel, la conectividad ofrece un problema en la comunicación relacionado con la conectividad que se ha convertido en un negocio millonario. Para Sánchez Gudiño que las grandes marcas internacionales vendan sus paquetes de servicios, como telefonía celular, fija, señal de Internet, televisión de paga, etcétera, en los que lo mismo se ofrecen servicios de calidad con altos costos y de mala calidad hasta los servicios “patito”.
Es un lugar común citar los impactos y las consecuencias que ha tenido la pandemia en la vida de millones de personas. Las repercusiones en la economía, en el empleo, en los regímenes de gobierno, en las políticas públicas. Hay señales de que entre más avanzamos entre las consecuencias devastadoras de la pandemia, conscientes o no, nos introducimos en una nueva era, por lo que atravesamos una profunda crisis que está tocando la puerta para cambios profundos.
C: Cómo entender la comunicación social en el contexto de una pandemia o derivada del COVID, muy contagiosa, inédita con impacto en el empleo, en la economía, en relación a otros componentes, narrativas y nosotros. ¿Cómo observa usted, cuál es su opinión?
H: Realmente la pandemia viene a alterar a un modelo tradicional de comunicación social, de comunicación comercial que ya tenía bastantes espacios de socialización, desde del ciudadano, de los que saben leer y escribir hasta los entrenados en tecnologías. Hoy todo el mundo tiene un dispositivo móvil que le permite prácticamente interactuar, ya sea con imagen, con texto, con voz, etc., y que ya venía realizando este tipo de comunicación con su familia, con su entorno, con su trabajo, con la escuela. Viene está irrupción de la pandemia y de alguna manera altera un poquito este modelo, lo vuelve más obligatorio sobre todo porque tiene que ver con el confinamiento. Aunque no hay que perder de vista que antes del confinamiento la gente se estaba autoconfinando en su burbuja comunicativa, digámoslo así.
En las escuelas, por ejemplo, los jóvenes en su burbuja comunicativa con su tableta, con su celular, con su dispositivo, aunque están en un espacio colectivo, ellos se mantienen en su burbuja comunicándose con sus amigos, sus conocidos con todas aquellas personas con las que tiene un vínculo amistoso, de comunicación personal. Lo que ocurrió con la irrupción de la pandemia viene a confirmar, términos de tipo social, político, económico que obliga a la comunidad a que tenga que permanecer en su casa, a que no se movilice, no se desplace y eso lo único que hace es que la comunicación que antes estaba siendo de la burbuja se consolida con un modelo ya preexistente. En virtud de que la mayoría de los ciudadanos tienen sus distintos dispositivos, sus computadoras, etc., este cambio no es una transformación vital en sus vidas, ya existía. Ahora esta comunicación tiene un costo, no es gratuita, por lo tanto, el ciudadano requiere administrar y dosificar su dinero y el pago de los servicios que esto implica.
Tenemos esta gran brecha digital que se da entre los jóvenes que estudian y los que no, entre las personas que estudian no todo el sector, desde la educación primaria hasta la superior, no todo el sector juvenil tiene la posibilidad de contratar los mejores servicios de Internet y esto genera un problema de incomunicación, aunque el joven tenga el dispositivo, pero si no está conectado no puede comunicarse. Obviamente las políticas públicas pretenden que buena parte de esos jóvenes se comuniquen de la mejor manera posible y se han instrumentado algún tipo de programas gratuitos de estos servicios, pero lamentablemente con programas gratuitos de baja calidad. Si logran alguna conexión en algún tipo de programa gratuito, pero lamentablemente son de baja y mala calidad. Logran una conexión, pero se interrumpe todo el tiempo, la interacción de datos del audio con el video, del texto, también es muy lenta, muy mala, tenemos demasiado ruido en el entorno.
C: Con referencia a la semántica empleada llama la atención el distanciamiento social, confinamiento, paro económico voluntarios, la contracción económica, sin tener clara la razón y la aparición de un virus que surge de la nada, altamente contagioso, velozmente mutante con un correlato que insiste en el aislamiento. Estamos también ante un joven que ya viene contraído en su propio mundo, individualizado. Se va también simultáneamente generando incertidumbre, angustia. Me resulta una experiencia inédita.
H: Es una cuestión inédita y no, porque ya hemos tenido en distintas épocas de la historia resiente fenómenos parecidos. Cuando hay un fenómeno desconocido, cuando se genera este fenómeno que tiene un impacto en la vida cotidiana de vida y la muerte, si no hay mucha claridad genera miedo a lo desconocido, sin embargo, en materia económica hay una contracción, pero esa contracción siempre realmente ha existido. Estos modelos en los que vivimos globalizados, la economía siempre se va a mover de acuerdo a sus propios fines, intereses, y quizás el mejor ejemplo de ello sea justamente la industria farmacéutica y toda esta batalla de las vacunas y su impacto en las grandes corporaciones mundiales como la economía del mundo.
Obviamente en países como México hasta un estornudo puede generar lo que genera, la situación económica que genera, por ello le indicaba que el confinamiento ya existía, aunque la gente se muera en el metro, en las calles, donde sea, la gente anda en su burbuja. Ahora la gente se hartó del confinamiento obligatorio y la vemos en las calles, en lugares públicos, sin precaución, la vemos desafiando lo desconocido. El famoso distanciamiento social ha sido prácticamente superado, porque la gente ya está harta de eso y no respetan ya ese principio, por otro lado, el manejo informativo del tema a veces es muy contradictorio.
Los gobiernos llaman a cuidarse, pero por otro lado los propios gobiernos son los que más se descuidan, no usan cubrebocas, no siguen protocolos, obviamente el ciudadano lo ve y termina por no creer el discurso de la narrativa pública y se considera que se trata de un engaño, que lo están manipulando. Entramos en un periodo que por el tipo de temperatura por los fríos, por la navidad y en diciembre con o sin COVID, pues diciembre siempre ha sido un mes muy vulnerable para la comunidad. Ahora entramos en ese escenario y la gente le urgía movilizarse y por conseguir un ingreso y también la gente sigue conectada y comunicada como siempre de acuerdo a sus propios intereses, a sus proyectos personales, sociales y de esa incertidumbre en el aire la famosa vacuna se ve realmente forzada al impacto que tendrá en el ánimo de la ciudadanía.
C: El discurso o la narrativa gubernamental en el contexto de los derechos humanos, no asume que la recepción de la información enfrenta una distinción entre enfoque y población objetivo, pues los discursos se verbalizan y racionalizan de diferentes maneras, incluso nos topamos con contradicciones.
H: Efectivamente, en un principio había un discurso político gubernamental de calma, de que no cunda el pánico, pero después ya hay una serie de errores estratégicos en el manejo de la comunicación social aunado a estos se suma también el miedo. Obviamente en una primera etapa se da un impacto del miedo muy amplio y eso genera que haya un aislamiento de un sector muy importante de la sociedad, pero conforme pasa el tiempo, como avanzan los días, conforme a que esa narrativa se va debilitando, perdiendo fuerza, incluso credibilidad. La propia ciudadanía hace su interpretación todos los días, porque no hay que olvidar que esta apertura de tantos canales de comunicación que tenemos al derredor y que todos los ciudadanos tienen, permite que cada ciudadano se alimente y retroalimente con su propia visión del problema.
Aunque el gobierno tenga su narrativa, hay un millón de narrativas de ciudadanos, cada una interpretando de acuerdo a su propia historia personal, de tal manera que, en estos nueve meses de sana distancia, hay miles de interpretaciones que han debilitado la narrativa gubernamental y prácticamente nadie hace caso. Ésta continúa con errores muy drásticos como el no usar el cubrebocas, no seguir protocolos y obviamente va aunado a los datos duros que tenemos en hospitales, clínicas, se eleva a un verdadero caos en materia de comunicación social del gobierno.
Ya cada ciudadano se atrinchera en su propio celular, en su tableta, en su televisión, y hace su propia interpretación de datos, en su propio círculo familia. Comparte esa información y crea su propia narrativa, sus propias precauciones, de tal manera que el gobierno pasa a segundo plano y hoy en día la movilidad, la precaución y las debidas tomas de conciencia tienen que ver mucho con el ciudadano común y corriente que, con la política pública, por lo tanto, la vida sigue, ya con menos drama que al principio y además la comunicación sigue fluyendo. Todos los días, estos cientos de canales alternativos a la comunicación pública, retroalimentan al padre de familia, a los hijos, a los hermanos, los amigos y ellos se van nutriendo de su propia visión y narrativa de tal manera que cuando el gobierno anuncia cualquier medida, obviamente son bastante débiles, poco creíbles y con un error de origen que es que hay una debilidad institucional de en su mensaje.
C: Estamos siendo sometidos a muchos mensajes. La vida sigue corriendo, se dan clases vía digital, teleconferencias, se hacen algunos trámites gubernamentales vía digital, el Congreso de la Unión sigue sesionando en sus dos cámaras a distancia, los libros y los periódicos son digitales. Surge un cambio formidable que hay que estudiar y aún no sabemos hasta dónde va a llegar. Sucede que nos está deprimiendo, pero también nos está transformando.
H: Definitivamente hay una transformación a consecuencia de lo anterior. Tenemos varios relieves paralelos que están funcionando, el trabajo, la ocasión, la distancia, las distintas formas como la gente se moviliza a sus trabajos, unos en transporte público, incluso hay espacios recreativos que han sido abiertos, hay gente que va a restaurantes, al cine, al teatro, etc., tenemos 10 o 15 realidades paralelas que están funcionando como si nada ocurriera y por otro lado tenemos una realidad global que nos dice que este virus está matando gente a nivel global.
Esta situación tiene que ver con que hay una matriz de información que tiene muchos canales y canales diversificados, lo que hace muy difícil que la gran sociedad civil este articulada, unida por este mensaje por que ya son muchos canales. Hay redes alternas que están funcionando como si nada termina y devorándose y se hacen parte de ese miedo que había, aunque el grueso de la población tiene presente al virus flotando en el ambiente, y nos tiene como durmiendo con el enemigo.
Pero ya cambió la realidad y seguirá cambiando porque se ha estado todo moviendo y nada se ha paralizado. Se seguirá moviendo el teletrabajo, la sociedad del entretenimiento. Todos son distractores muy generalizados, que al principio alcanzan múltiples actividades. Toda nuestra atención se centraba nada más en el problema central, pero ahora habrá que aprender a coexistir con este enemigo letal mientras no haya una cura y lo demás para aprender en la improvisación y la capacidad de comunicación tanto grupal como en lo familiar, en lo escolar y en esa capacidad de comunicación de los pequeños grupos sociales que hoy en día mantienen sus propios esquemas de socialización.
C: Estamos hablando de una narrativa diversa que se desprende de nuestra heterogeneidad. No Somos una masa uniforme. Tengo la impresión en momentos de que la narrativa gubernamental se quedó atrás. El COVID nos enfrenta a una nueva época, derechos humanos, pluralidad, paralización gubernamental y otras conductas.
H: La comunicación gubernamental realmente fue superada por la velocidad de la realidad, al ser superada se convierte en una comunicación que tiene poco impacto, que no influye mucho en las decisiones de la realidad por un lado, por otro lado, el político, el gobernante al ver ese desgaste finalmente tiene que delimitar mejor lo que quiere decir, aunque el sabe de antemano que en la sociedad campea el hartazgo. La sociedad no le hace caso, lo va prácticamente a ignorar, eso lo vemos en la Secretaría de Salud, Gobernación.
Obviamente ahora que me decía de los derechos humanos llama la atención que del 5º mes, 6º mes distintos grupos civiles que demandan derechos humanos en distintas situaciones como es el caso de la violencia de género, no han tenido miedo al problema y han salido a expresarse, porque han visto que siguen siendo víctimas de esa agresión, de esa violencia y de que el gobierno es incapaz de frenar esa violencia que se dirige hacia ellas, esos grupos civiles que han salido a las calles de distintas ciudades ha expresar su enojo, su rechazo, a demandar el respeto a sus derechos y que el gobierno se haga cargo de una política pública de protección a esas minorías.
En ese sentido podríamos decir que el gobierno está rebasado, los derechos humanos, también se han desparramado, los grupos que violan sistemáticamente derechos humanos de distintos grupos ciudadanos están desatados, saben que nadie los vigila, que no los supervisan, que nadie los está vigilando y están desatados. El impacto de ese tipo de acciones, lamentablemente es uno de los tantos negativos que trae como consecuencia el fenómeno. Obviamente en el corto plazo será muy difícil que esto se pueda solucionar, porque buena parte de la atención gubernamental está en los hospitales, en ciertas cuestiones de seguridad y su personal está totalmente rebasado. Por lo tanto, una frase que dicen por ahí, sálvese quien pueda.
C: Podemos decir que este fenómeno ha afectado la gobernanza. Estamos ante condiciones de excepción, en la reflexión de retos inimaginables.
H: En este momento es difícil porque la sociedad tiene sus prioridades y su prioridad es sobrevivir, como vivir, trabajar, comer, pagar renta. Sobrevivir, esa es la prioridad de la sociedad. Si hay un impacto del desempleo, también en la desigualdad que se agudiza en los grupos más vulnerables y la principal prioridad de la sociedad es sobrevivir, comer, tener un ingreso para pagar su renta, para pagar lo básico y quizá a lo mejor tenga un ingreso para que sus hijos puedan seguir sus clases en línea, porque no todo mundo las puede seguir así, por lo tanto, esa es la prioridad de la sociedad.
Las universidades, obviamente su prioridad es tratar de pensar, de reflexionar, de ver en qué medida puede aportar conocimiento para que en el futuro no tan lejano se logre salir de este enorme túnel y tengamos soluciones de los distintos planos, en lo económico, en lo educativo, en lo laboral, pero en ese sentido las universidades trabajan a distancia, siguen trabajando tratando de construir programas, propuestas, que cuando logremos salir de este túnel esos programas y propuestas puede ser impulsados por el gobierno y así favorecer los niveles de vida, lo niveles de sobrevivencia de esta sociedad civil, eso es básicamente lo que pasa en este momento.
C: ¿Cuáles han sido los impactos ha tenido la educación superior a distancia?
H: La experiencia ha tenido varias fases, la primera es de mayor impacto, creo que son unos tres meses y genera cierto temor, cierto miedo a lo desconocido, repliegue emocional, personal, profesional, etc., a nivel individual de los estudiantes, de sus familias y demás. Después viene una segunda fase que ya cuando la economía empieza a impactar los bolsillos y los cinturones y los espacios de esas familias, de esos estudiantes, por lo tanto el miedo se va perdiendo y ya las propias familias con sus propios hijos empiezan a ver qué mecanismo encontrar para recuperarse si es que el papá o la mamá perdió el empleo, si recuperó el empleo que es un segundo momento. Un tercer momento es cuando se pierde el miedo a lo desconocido y ya la familia sale prácticamente a luchar codo a codo para encontrar el sustento y sobre todo sobrevivir con lo básico, entonces ahí tenemos esa tercera etapa sí hay precauciones básicas. Pero ya lo fundamental es todos los días lograr encontrar un ingreso posible que les permita mantenerse mientras esto pasa.
Viene una cuarta etapa que es una parte importante de sus familias que ven con desesperación este problema que se alarga, que parece no terminar, interminable, que nunca va acabar, conforme se prolonga aparte de perder el miedo la gente y su familia, si el virus estaba al 80% de su atención se va a reducir, la familia y el estudiante, esa atención la reducen al 20% y el 80%, lo ocupan en otras cosas porque ellos saben que el miedo te moviliza y más de seis meses te mueres de hambre, debes perder el miedo para que esto no te inmovilice, que no te permita seguirte muriendo, sabiendo claro está, que el problema está latente estamos sobreviviendo con él.
Ahorita que la universidad ha anunciado que una nueva fecha, hipotética, que es en marzo próximo que es cuando considera que en esa fecha se recorre toda la actividad, de línea para mucha gente es así como tres, cuatro larguísimos meses más un poco incierto, la incertidumbre, esa es básicamente la experiencia y tiene que ver muchos con el nivel de vida precaria que tienen los estudiantes, sus familias, donde viven, si sus papás tienen trabajo, si están conectados, si tienen acceso a la conectividad y sobre todo que alguno de los miembros de la familia no hayan sido contagiados o no haya sido víctima de la propia enfermedad, papel importante en la visión optimista o pesimista, estos estudiantes tienen hoy el futuro.
C: En la educación a distancia, en lo digital, estamos frente a retos también de excepción como es el acceso y el costo.
H: La conectividad es fundamental, básicamente ha sido desde que empezó el problema, prácticamente nueve, diez meses. Vivimos en un mundo globalizado y la conectividad es uno de los grandes negocios multimillonarios de las grandes corporaciones que se dedican a las telecomunicaciones. El año pasando, el antepasado que tuvimos las legislaciones correspondientes en materia de telecomunicaciones permitieron que en el mercado mexicano entraran una cantidad de marcas nacionales como internacionales, permitieron que estas grandes marcas vendían sus paquetes de servicios, iba telefonía celular, llevan telefonía fija, Internet, televisión de paga, etc., entonces observamos y nos encontramos que los servicios de más mala calidad, hasta los servicios “patito” que tienen que ver con esto es un gran negocio.
Esas corporaciones llegando el COVID, ya eran un gran negocio en sus múltiples dimensiones, ahora con el COVID, las leyes que se han hecho sobre este tema es más demagogia, porque en ocho meses podemos observarlo, lo podemos medir, lo vemos en la propia universidad, con que han desertado de la educación superior porque han tenido que regresar a sus pueblos o a sus comunidades, pero no hay Internet y si se quedaban aquí en la ciudad tenían que pagar renta, los servicios de Internet, por lo tanto es un servicio fundamental para el futuro, pero es un servicio que nunca va ha ser gratuito.
Es el gran negocio y como le decía, sálvese quien pueda, el que tenga dinero que pague los servicios y podrán nadar cerca de la laguna y salvarse los demás si no tienen se ahogaran en el camino, desafortunadamente, así está la situación. Para cualquier ley sobre la materia es demagogia pura, cualquier promesa política es demagogia total y absoluta, nosotros lo vemos con nuestros alumnos todos los días, nosotros mismos con nuestros servicios que contratamos para poder tener Internet de calidad básica para clases en línea, yo creo que hay que pagar unos dos mil o tres mil pesos, ese dinero no lo tiene un estudiante cuya familia gana el salario mínimo, entonces ese es el gran desafío, es el gran problema del futuro de nuestro país y obviamente es el desafío que tiene el gobierno con sus estudiantes universitarios pero también con los estudiantes de educación básica que están en esa misma problemática.