La reflexión sobre el abasto de alimentos nos adentra en el punto obligado para mirar al campo, voltear la mirada hacia el territorio rural, a la fuente de nuestros alimentos y el origen de nuestra soberanía. Y es que en esos territorios y regiones en dónde habitan indígenas, campesinos y campesinas la vida sigue con sus duras jornadas agrícolas y sus frutos con sus propósitos bajo el sol, entre el polvo, el viento como las agujas de un reloj que marcan un tiempo inmemorial y continuó de seguridades.
¿Qué ha pasado en este largo año de pandemia en el campo mexicano? ¿Cómo se ha hecho escuchar la voz rural en la retórica política? ¿Cual es el eco en una fuente de exportación y de divisas con más volumen que las petroleras y que va alcanzado a las divisas? ¿Cómo se ha vivido por el campo y cruzado por las esferas del COVID-19? ¿Cómo ha sido tratado el campo por la central informativa en que se ha convertido la Conferencia Mañanera Presidencial? ¿Se ha dado un reconocimiento cuando se mantiene como un permanente exhortador y captador de divisas que ya compite con las cantidades que se reciben por remesas?
Para el INEGI el campo no ha sido inmune al COVID-19 por el contagio del virus ha generado una alerta sanitaria en el mundo con un impacto sin precedentes, en diversos sentidos. En el dato una fecha, el 31 de marzo en el Diario Oficial de la Federación que publica las medidas extraordinarias que deben acatarse para atender la emergencia sanitaria, entre ellas se declara la suspensión hasta nuevo aviso de todos los censos y encuestas a realizarse en el territorio nacional que involucren la movilización de personas y la interacción física cara a cara entre las mismas, sin embargo, hay cifras respaldadas por el Banco de México (Banxico).
Pero vamos por los datos que suenan representativos como es un cierre a las importaciones agroalimentarias que descendieron 5.47% durante enero-diciembre de 2020. Y otro dato más proveniente la Secretaría de Agricultura, Ganadería y Desarrollo Rural (Sagarpa), con presencia en la Bolsa de Chicago y en el conteo de Banxico. “El saldo de la balanza comercial de productos agroalimentarios como son los agropecuarios y agroindustriales del país cerró el año 2020 con un superávit de 12 mil 347 millones de dólares, lo que significó un incremento a tasa anual de 39.92%, informó la Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural (Sader).
En una ruta continúa por datos de los boletines de Sader, observamos que en el periodo enero-diciembre de 2020, las exportaciones agroalimentarias generaron ingresos al país por 39,525 mdd, lo que equivale a un crecimiento de 5.19% en comparación con 2019. En cuanto a las importaciones agropecuarias y agroindustriales disminuyeron 5.47 durante enero-diciembre de 2020 respecto a las registradas en el mismo lapso del año previo, al totalizar 27,178 mdd.
Así nos encontramos con que el comercio total agroalimentario de México con sus socios comerciales que representan exportaciones e importaciones alcanzó los 66,703 mdd durante 2020, el 59.2% representan las ventas realizadas por el país al exterior.
Resulta interesante conocer con referencia como base en cifras del Banco de México, ello para abonar a la certidumbre y a los aciertos de la política agrícola, que la dependencia financiera federal indicó que la balanza comercial agropecuaria y pesquera que representan productos primarios sin incluir los de origen agroindustrial, registraron un saldo positivo de 5,887 mdd, una cifra mayor en 27.32% respecto de 2019; las ventas correspondientes a este segmento alcanzaron los 18,683 mdd.
La Sader da las cifras en cuanto a los productos agroindustriales, cuyas exportaciones sumaron 20 mil 842 mdd, un alza anual de 5.60%, con saldo superavitario en su balanza por 6 mil 459 midd, que equivale a un incremento anualizado de 53.80%.
También Sader informó que las hortalizas, las frutas y las bebidas significaron también los principales grupos de exportación mexicanos en 2020, al concentrar más de 61%, con una participación del 22, 19 y 21% del total, respectivamente.
Se incorpora igualmente a la detallada plataforma de la información la del sector de cárnicos que fue el que presentó el mayor dinamismo durante los 12 meses de 2020, con una variación positiva de 17.4% respecto a 2019. A su interior, las exportaciones de carne de porcino aumentaron 29.77% anual.
En el periodo de referencia registraron las mayores alzas en las exportaciones agropecuarias del país, productos como el café y desfilo el café sin tostar, que representó un aumento de 36.09% anual; seguido del tomate, con 22.80%; cebolla y ajos, 19.28; fresa y frambuesas, 18.54%; y pepino y pepinillos con 15.65% anual.
Respecto a productos agroindustriales, se comunicó por Sader que las ventas de México al exterior de tequila y mezcal crecieron 24.33% en el periodo de referencia; productos de cereal tostado inflado, 16.11%; aguas y refrescos, 15.33%; levadura, 12.82%; y productos de panadería, 10.35%.
En términos de valor, los productos agroalimentarios con mayor demanda en los mercados mundiales son cerveza, con cuatro mil 685 mdd; aguacate, dos mil 936 mdd; tomate, dos mil 657 dd; tequila y mezcal, dos mil 442 mdd, y productos de panadería, mil 499 mdd.
Estos productos representan alrededor del 35.9% del valor total de las exportaciones agroalimentarias realizadas por México durante el 2020.
En cuanto a las importaciones agroalimentarias, se plantea que más del 50% se concentró en cuatro grupos de productos: cereales, con 19%; semillas y frutos oleaginosos, 14%; cárnicos, 14%, y lácteos y demás productos de origen animal con 7.0%.
Cabe señalar que las exportaciones agroalimentarias aportaron el 9.5% de las ventas totales realizadas por el país a diferentes destinos, y el superávit agroalimentario equivale al 36% del saldo comercial favorable que registró México el año pasado.
Los productos agrícolas y los porcentajes que representan dan los trazos profundos sobre la producción agrícola que se presenta con más porcentajes que el manufacturero en el mercado de exportación y de captación de divisas, lo que también representa una importante derrama de recursos en los estados, regiones, pueblos y comunidades productoras.
En este panorama rural vienen a la memoria tanto las mujeres productoras de café y de mezcal y vuele la reflexión sobre su desempeño e importancia en la producción de hortalizas, en la cría de ganado como se ha presentado en el caso de las ovejas y borregos.
Para el campo empoderar a las mujeres constituye un desafío ya que sostienen un rol central en la producción y abastecimiento de alimentos.