Evelyn Salgado a la candidatura de Guerrero

Autor Congresistas
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La candidatura de Evelyn Salgado Pineda, hija de Félix Salgado Macedonio al gobierno del Estado de Guerrero para el periodo 2021-2207, ofrece interesantes artistas que progresivamente pasaran al análisis de los expertos sobre las debilidades de nuestra democracia electoral, de forma singular y profunda en una entidad que representa el 1.4 puntos del Producto Interno Bruto (PIB), y niveles de mayor pobreza.

La familia Salgado sin el mayor recato abrió la caja de Pandora con consecuencias imprevisible para nuestra democracia en el marco de las reformas electorales que se anuncian, si Morena mantiene la mayoría en la próxima Legislatura a la Cámara de Diputados federal. Entre familias como los Figueroa, los Gómez Maganda, los Salgado, optan por el acceso y mantenimiento del poder puede significar para un político tener el poder de la gubernatura de la entidad por medio de su hija y a la vez mantener las atribuciones del cargo de representación como senador de la República.

Las primeras lecciones del proceso electoral del candidato de Morena a gobernador de Guerrero se da en un contexto de una serie de irregularidades y extravagancias, de violaciones a las disposiciones legales y confrontaciones directas con los consejeros electorales del Instituto Nacional Electoral (INE), para quienes Salgado Macedonio demandó juicio político y que concluyen entre la decisión de las autoridades de retirarle a Salgado Macedonio la candidatura a gobernador por no haber cumplido con la entrega de sus gastos de campaña como marca la Ley Electoral.

¿Excesos de la ley o exigencias de la desconfianza y las condiciones de la izquierda?

El proceso guerrerense exhibe la vulnerabilidad de nuestros sistema electoral, los desajustes de su entramado legal para la construcción de candidaturas, la condición en la que pervive la militancia partidista, la del incumplimiento de las normas por el precandidato y aspirante a la gubernatura, el papel legitimador del votante del candidato que elige al poder, la judialización de los procesos electorales, la colonización de las candidaturas para puestos de representación popular, y la necesaria legitimidad que brindan las urnas, renueva la acción y las políticas públicas.

Además del descarnado nepotismo que atraviesa la pasarela y que ha sido representado con fidelidad espectacular en la delegación de la candidatura a la hija del sancionado precandidato a través de una cuesta, luce a la vista el desencanto del andar de la izquierda.

Reciclamos de facto esos peligros que se ciernen sobre nuestra democracia, reafirmando su recaptura y posesión por otras renovadas elites y clases, lo que impide la movilidad social y testimonia la salida de una práctica política o marquesina neón que transcurre a la luz de liderazgos autoritarios, con la emergencia de caudillos, en el caso a la vista de caudillismos nacionales y estatales a los que acompañan las aplicaciones de las reglas electorales que se han convertido en una suerte de cubilete puesto a rodar en las ferias electorales.

El proceso electoral para renovar la gubernatura del Estado de Guerrero, a las 80 presidencias municipales, y 38 diputaciones locales, diputados a la LXV Legislatura federal y un número interesantes de candidaturas a diputados federales, con un Lista Nominal de 2 millones 595 mil 954 ciudadanos, no es cosa de azar sino de la cultura del poder que encuentra lugar y reciclaje en una de las entidades más complejas, violentas y más pobres del país.

Guerrero no sólo viene aportando los atractivos turísticos de México con el Puerto de Acapulco, Zihuatanejo y la belleza colonial de Taxco, sino que aporta ingredientes a la criminalidad. En 2018 aportó al PIB 1.4% del país, ejerció un Presupuesto de Egresos aprobado por el Congreso del Estado en diciembre de 2020-2021 un monto que asciende a 61,641 mdp.

Los retos económicos de Guerrero apuntan a la recuperación de la actividad turística, muy afectada por el COVID, que resulta clave para la economía de la entidad, en la que destaca también en grado menor la agricultura y las actividades extractivas como la minería y la ausencia de la presencia de la industria manufacturera y la presencia de las organizaciones criminales de la droga.

Las cifras de Guerrero que ha dado a conocer la prensa durante el periodo electoral son inquietantes: 1’565, el 37.2% mujeres y el 62.8% hombres, obtienen un salario promedio mensual cerca de 3,380 pesos, que representa uno de los más bajos del país. La entidad cuenta con 3’540,685 habitantes estos 1’843,073 son mujeres y 1’700,612 son hombres.

La recuperación económica del país y del estado se presenta como un desafió no sólo para Evelyn Salgado que debido a la popularidad de su padre se piensa que ganará la gubernatura.

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