¿De dónde vienen el miedo y el odio a Rusia?

Autor Congresistas
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Oscar Negrete Reveles

Al concluir la Segunda Guerra Mundial, la Unión Soviética fue el país que más vidas humanas perdió, con un aproximado de 27 millones, entre civiles y militares. La Gran Guerra Patriótica, como se le conoce hoy en Rusia, tuvo un costo incalculable para ese pueblo. Fue el ejército rojo el que entró primero a Berlín y después de una cruenta batalla, logró la rendición de esa capital. Una imagen icónica de esa victoria, es la fotografía de Yevgeny Khaldei, en la que se observa a un soldado del ejército rojo izando la bandera soviética sobre el Reichstag. No obstante, derivado de la industria del entretenimiento estadounidense, en los países de occidente se proyecta la imagen de que fueron Estados Unidos (EEUU) quienes verdaderamente derrotaron a las fuerzas armadas de Alemania.

A pesar de ser aliados en la guerra, tan pronto terminó el mayor conflicto en la historia de la humanidad, EEUU y la Unión Soviética, fundamentalmente por tener sistemas políticos y económicos distintos, comenzaron una nueva etapa en su relación; una relación de rivalidad que históricamente se conoce como Guerra Fría.

Todos sabemos que la Guerra Fría terminó con la victoria de EEUU y la desintegración de la Unión Soviética. Entonces, ¿por qué Rusia sigue siendo el enemigo favorito de EEUU? Veamos algunos factores.

La bomba

Al estallar dos bombas atómicas en Japón, en 1945; EEUU se convirtió en el único país con tecnología atómica con aplicación bélica. Este sólo hecho, colocaba a EEUU por encima del resto del mundo en cuanto a capacidad y poder militar, máxime que los países europeos y la entonces Unión Soviética, se encontraban en una situación drástica de devastación en todos los aspectos de la vida humana, a consecuencia de la guerra. EEUU consideró hacer la guerra a la Unión Soviética, ya de suyo debilitada, para frenar la expansión de su modelo político y económico, pero finalmente optó por la política de apoyo a la reconstrucción europea y evitar la prolongación de conflictos armados en Europa. No obstante, la Unión Soviética, con el apoyo de científicos, espías y un largo etcétera de colaboradores, desarrolló su propia bomba atómica, detonándola en 1949.

La consecuencia de la existencia de la bomba atómica soviética fue que EEUU ya no tuviera el monopolio de la energía atómica a su servicio militar ni la supremacía militar absoluta y, para colmo, que la bomba estuviera disponible para su mayor rival geopolítico. Con ello, la opción de dominación militar para EEUU se había esfumado. Con esto, la Unión Soviética en su momento y hoy Rusia, serían, respectivamente, los únicos países en el mundo capaces de confrontarse militarmente en términos de paridad con EEUU. Naturalmente, desde la perspectiva estadounidense, este hecho representó una afrenta y una frustración política y diplomática, al no poder ejercer con los países que formaban la Unión Soviética el grado de influencia económica y dominación política que ejerció y ejerce en Europa Occidental como, particularmente, lo hace en el Reino Unido de la Gran Bretaña e Irlanda del Norte que, irónicamente, en el escenario internacional, actúa como entidad diplomática de EEUU.

EEUU sabe que una confrontación militar directa con Rusia, implicaría, por la naturaleza del arsenal nuclear de ambas partes, la destrucción de la civilización y vida humana como la conocemos hasta ahora. Es decir, en el ámbito militar, donde EEUU tiene mayor ventaja en el mundo, EEUU y Rusia no pueden confrontarse directamente y ambas partes lo saben.

La Guerra fría y la invención política del enemigo

La guerra fría entonces, duró de 1945 a 1991. Durante estos recientes años, generaciones de estadounidenses nacieron, crecieron y murieron con el miedo de la guerra nuclear entre su país y la Unión Soviética. Irónicamente, la paridad en armas atómicas y nucleares entre ambos países, sirvió como elemento estabilizador para desincentivar un primer ataque de parte de cualquiera de ellos.

La mayoría de los políticos que detentan un cargo de elección popular en EEUU al día de hoy, crecieron con ese miedo, es decir, con la idea de tener un enemigo común, que era la Unión Soviética, entre los que se encuentra el presidente Biden, que tiene 79 años de edad. En el imaginario colectivo de los creadores de leyes y política pública estadounidenses, ese miedo aún persiste y no ha variado en gran medida, a pesar de que las amenazas que enfrenta EEUU son hoy diversas a una guerra nuclear con Rusia, tales como el terrorismo, las adicciones y el combate al narcotráfico, la migración ilegal, la política intervencionista y armamentista China, la pandemia por COVID-19 y el deterioro ambiental global. Rusia y EEUU tienen experiencia política y diplomática suficiente para evitar una confrontación nuclear directa. No obstante, el poderío económico y de la industria mediática, de entretenimiento y cultura popular de EEUU, han puesto a Rusia continuamente como un enemigo actual y vigente, arguyendo, entre otras cosas, los atropellos a los derechos humanos y la falta de estado de derecho en ese país. No obstante, estos problemas son comunes en diversas jurisdicciones y no particulares o exclusivos de Rusia. Podemos observar la falta de estado de derecho, seguridad o protección a los derechos humanos en diversos países, incluyendo el nuestro, pero en ningún caso se señalan con la gravedad con que se señala a Rusia.

Recursos naturales que se agotan

Rusia tiene 17’125,191 km2 de territorio, siendo el país de mayor extensión sobre la tierra y con recursos naturales vastos. Las reservas de agua dulce de Rusia son las segundas mayores del mundo, sólo después de Brasil. Asimismo, tiene una de las mayores reservas de gas natural en el mundo. La población de Rusia es de sólo 145 millones de personas. Casi la mitad de la población de EEUU.

Los hechos son evidentes, Rusia dispone de recursos que se agotan en el mundo y que otros países desean fervientemente. Ahora bien, el modelo económico occidental basado en el consumo y el creciente aumento de la población mundial, han generado la necesidad de reabastecer los recursos naturales que se agotan en occidente, ya por su sobreexplotación, ya por su contaminación, ya por la concentración de tales recursos en empresas privadas. De hecho, Rusia, EEUU, China y Dinamarca ya han tenido tensiones diplomáticas por la exploración y recursos del Círculo Polar Ártico.

Entonces, el deseo de acceso a los recursos naturales de Rusia es otro factor que genera incentivos colectivos para crear en Rusia un enemigo común y buscar, de una forma u otra, lograr debilitar y desestabilizar su gobierno y explotar sus recursos naturales.

La política exterior rusa basada en un mundo multipolar

Rusia ha basado tradicionalmente su política exterior en lo que ha llamado la inaceptabilidad de un mundo unipolar. Para Rusia, ha sido de toral importancia mantener su postura política y diplomática de forma independiente a la influencia de factores externos. Para Rusia la actividad diplomática es vibrante y las negociaciones constantes. EEUU tiene frontera con México y Canadá, y Rusia tiene frontera de masa continental con 14 países y dos fronteras marítimas con EEUU y Japón. EEUU tiene un dominio regional absoluto y dicta las acciones a seguir en sus alianzas diplomáticas. De forma ejemplificativa, podemos observar el caso de Inglaterra, Australia y Canadá, que en política exterior siguen indefectiblemente los lineamientos que marca EEUU. El ejemplo más reciente es la alianza AUKUS, para defensa mutua contra China.

Como se ha visto, Rusia cuenta con la capacidad militar para soportar la presión externa a sus decisiones de política interna y exterior. Pero se ve obligada a negociar constantemente por su presencia multi-continental derivada de su extensión territorial. Naturalmente, esa extensión reclama un liderazgo internacional, al menos regional, en el que deben ponderarse las necesidades rusas y de sus vecinos.

Yevgeny Khaldei

A diferencia de Rusia, EEUU tiene un dominio regional indiscutible con México y Canadá, pero la presencia de EEUU, notablemente sus bases militares en Europa y Asia, son razón suficiente para provocar la actividad diplomática rusa basada en la defensa de su territorio, máxime que Rusia no tiene bases militares cercanas al territorio continental de EEUU.

Derivado de lo anterior, dada su inmensa interacción política regional, Rusia ha determinado mantener su política exterior basada en sus propios intereses y no determinada por factores o países distintos.

El interés nacional y la política energética

Las actividades diplomáticas de todo país se basan fundamentalmente en el concepto de interés nacional. En geopolítica no existe una narrativa lógica de buenos contra malos, como en la literatura y la cultura popular. Cada país basa sus decisiones, o al menos teóricamente deberían basarlas, en su mejor interés nacional y, en segundo plano, en su interés regional o los puntos compartidos de la agenda internacional, como el combate al terrorismo, la cooperación policial internacional o las medidas para combatir el cambio climático. En ese sentido, es en el mejor interés de Rusia venderle gas natural a Europa de sus enormes reservas. No obstante, también es en el mejor interés de EEUU venderle gas natural a Europa de su enorme producción. Como es evidente, lo que está en lucha es un atractivo mercado energético que se disputan las dos potencias. No es coincidencia que exista un aumento de la propaganda anti rusa en 2021, pues el ducto de transporte de gas ruso Nordstream 2 ha sido concluido en 2021, pero no ha sido certificado por razones políticas. Esto es, EEUU presiona a las naciones europeas para que no compren el gas ruso, sino que compren el estadounidense, usando en parte el apoyo estadounidense a la OTAN como moneda de cambio. Por ello, escuchamos en las noticias de occidente que Rusia desea invadir Ucrania, que desea asesinar enemigos políticos en países extranjeros, que sus atletas olímpicos no compiten limpio, entre muchos etcéteras.

El problema es comercial. Rusia y EEUU se disputan el mercado de abastecimiento de gas a Europa Occidental.

La baja popularidad de Joe Biden

La aprobación de la gestión de Joe Biden es muy baja. Los estadounidenses enfrentan problemas que su liderazgo político no ha enfrentado a la altura de lo que se esperaba. La inflación, la criminalidad, la pandemia, la división racial, entre otros factores; mantienen a la administración Biden en alta tensión. Máxime que los demócratas perdieron inesperadamente la gubernatura de Virginia a manos del republicano Glenn Youngkin en 2021. Es de sobra conocida la estrategia de crear un enemigo común para generar unión en ciertos grupos humanos, es decir, lograr un objetivo común ante un enemigo común.

No obstante, el discurso anti ruso es obsoleto. No existen elementos para comparar la situación de ambos países durante la Guerra Fría con la situación actual. Para colmo de males, para el público votante, a veces la percepción se vuelve realidad. Y para EEUU la percepción de la imagen es un indicador fundamental. Ahora, dado el hecho que el presidente ruso Vladimir Putin ha proyectado con éxito y por muchos años una imagen de fortaleza absoluta, los líderes estadounidenses aspiran a ser percibidos como lo suficientemente fuertes para estar a la altura del líder ruso en el escenario internacional. La estrategia de Biden es simplemente mostrarse “fuerte ante Rusia” pues su intención es proyectarse como un líder que tuvo el valor de confrontar a Rusia, independientemente de la necesidad de hacerlo, a diferencia de su antecesor y rival Donald Trump.

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