El Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS), corre la suerte de todos los mexicanos, se colapsa por instantes con los avasallamientos de una pandemia mundial, pero se cruza también con los milagros, los agradecimientos y con la cita con la velocidad del contagio y letalidad de un virus que no da tregua y en la que también ocurren episodios de la heroicidad entre sus médicas, médicos, enfermeras, enfermeros, especialistas, camilleros.
Ocurren largos días en los que también vivimos eventos prodigiosos, que se alteran con la pandemia, operaciones médicas extraordinarias, acompañadas de los silencios de cotidianas atenciones, diagnósticos clínicos, realización de análisis, y modestos resultados familiares de rehabilitación de contracturas, esas consultas familiares que tienen lugar en todas las clínicas del país y en hospitales en los que no dejan de darse prodigiosas intervenciones quirúrgicas que ha dado fama mundial a México.
Pero es el Coronavirus (COVID-19) hoy, el que día a día traza dolorosamente un antes y un después, deja una estela de miedo y de incredulidad, marca el calendario de una época, precisa etapa tras etapa. Se marca el punto de partida dominada por la sorpresa, el paso por un túnel del total desconocimiento de una experiencia inédita, sin precedente de un contagio, del encuentro con un virus desconocido al que se van agregando dolorosas experiencias para ir construyendo el necesario conocimiento con el fin de enfrentar la enfermedad o la vacuna para prevenir.
La ciencia se construye a partir de la observación, de la experiencia en el paso que atraviesa por la luz y por las sombras, por la muerte o la vida.
En el IMSS, con el COVID se escriben historias que reconocen como un verdadero reto para todos los médicos, medicas, especialistas, enfermeros camilleros, en suma, para la ciencia de todas las naciones. Para el doctor Leonel Arturo Quiñones Sólido, coordinador de Programas Médicos del Hospital de Expansión en el Autódromo de los Hermanos Rodríguez, especialista en medicina interna, con más de 27 años de trabajo y actualmente a cargo de coordinar la atención que reciben los pacientes internados en esta unidad médica temporal. El médico se mueve en el drama y aborda el día a día como un tejido de experiencias y emociones, nos habla de su responsabilidad de supervisar que un promedio de 125 personas reciba diariamente atención oportuna y de calidad para los síntomas y complicaciones de la enfermedad por el virus.
Quiñones Sólido transita por la gran experiencia de conocer el padecimiento, su evolución y así poder brindar a los pacientes graves, incluso críticamente enfermos, la atención que requieren ante este nuevo reto para la medicina en el mundo. Relata con emoción las graves complicaciones que causa el COVID-19, lo que implica cada alta médica que provoca una emoción muy grande, sobre todo porque el paciente podrá reunirse con sus familiares luego de permanecer aislado durante varios días o incluso semanas.“Poder constatar cómo los pacientes son recibidos por sus familiares ya recuperados, es una emoción enorme inigualable e incomparable”.
Explica que, durante su jornada laboral, tras colocarse el equipo de protección personal, recorre uno a uno todos los pabellones y camas de hospital en los dos pisos donde se encuentran los hospitalizados. Nos narra que su labor es de particular importancia con los pacientes críticos e intubados, precisa “ahí quizá mi intervención es mayor, porque he tenido la oportunidad de poder enseñar al personal el manejo de la ventilación mecánica, poderles enseñar y guiar cómo se utiliza un respirador artificial y cómo se debe de tratar a un paciente críticamente enfermo”.
Deshilvana la cotidianidad cuando platica que acuerda con los médicos y líderes las mejores opciones de tratamiento y fármacos para los hospitalizados, así como de los requerimientos de insumos y equipos de protección que requiere el personal del Instituto en cada uno de los turnos de atención. El Dr. Quiñones Sólido no excluye la importancia del Seguro Social en el marco de la emergencia sanitaria, la consolidad como “la institución que da atención médica y social a la mayor parte del país y que en estas circunstancias, por definición, la convierten en la institución médica que más pacientes afectados por coronavirus atiende además de que cuenta con la mayor infraestructura”.
Leonel Arturo Quiñones sabe y comparte con el personal de salud, en forma particular con sus compañeros del IMSS, que no se debe ni se puede bajar la guardia, por el contrario, en este momento es cuando más tenemos que consolidarnos para evitar que esto se prolongue. Esa es la mítica médica de quienes reconocen que el camino es todavía largo, no da indicaciones de que se acaba, sino que aún falta mucho por hacer por lo que todavía tendrán que mantener el ritmo y, “en el mejor de los casos, continuar con un plus, necesitamos mucho del apoyo de todos.
Afuera, en la pausa tal vez el Dr. Leonel Arturo Quiñones Sólido pueda escuchar el aplauso de gratitud y emoción que le brindan millones de mexicanos.