Inequidad social en la pandemia

Autor Congresistas
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La pandemia global que ha provocado la aparición del coronavirus SARS-CoV-2, ha mostrado con crudeza la inequidad social, las transformaciones que vienen y han exigido de cuantiosos recursos, estrategias de atención y también de colocar en primera línea todas las prácticas de sanidad y métodos para su combate. El fin es cerrar el paso al virus, evitando toda posibilidad de que se disperse su contagio ante cuya defensa tenemos las seguridades de prácticas sanitarias estrictas.

Lavarse las manos, no tocar, no acercarse, es lema de la convivencia de la nueva era, el siglo led, hasta que se encuentre la vacuna.

El Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS), a través de sus especialistas ha puesto a la mano de sus derechohabientes y público en general una serie de recomendaciones e información de prácticas que eviten el contagio y fortalezcan nuestras seguridades, privilegiando entre las reglas el no salir de casa y de tener que hacerlo, usar el cubre bocas y portar gel antibacterial para que de forma frecuente limpiar nuestras manos.

Quedarse en casa o tener que salir de casa nos exige del control de la sanidad como lo es la sana distancia, mantener la limpieza en nuestro entorno y no perder de vista que cruzamos por una epidemia que debemos contener y no convertirnos en involuntarios transmisores entre los integrantes de nuestra familia.

Los epidemiólogos del IMSS han recomendado un estricto control de la higiene sobre las cosas con las que interactuamos cotidianamente: objetos, superficies, aparatos electrónicos como teléfonos, celulares, tableta, lentes; perillas, manijas, mesas, sillas, entre otros, a fin de evitar la transmisión de la enfermedad.

Pero también desde el IMSS se recomienda atender las indicaciones de las autoridades sanitarias y guardarnos todo lo que sea necesario, también en el trabajo.

Compartimos lo expresado por la doctora Saraí Victoria García Manzanilla, epidemióloga del Hospital General Regional Nº 2 Dr. Guillermo Fajardo Ortiz del IMSS, que recomendó utilizar un paño limpio, atomizador con alcohol o cloro para desinfectar en casa u oficina los objetos y las superficies con las que tenemos permanente contacto.

Sostuvo la especialista que “de manera directa existen diferentes productos útiles como el cloro, alcohol y limpiador liquido con aceite de pino”. Recomendó que se debe limpiar a diario, ya que son usadas un sinfín de veces, lo que las hace potencialmente portadoras de virus y bacterias.

El caso es que hoy en este sofisticado mundo que ha roto las distancias, ha transformado las redes de comunicación y ha alcanzado inimaginables logros médicos, el ser humano surge asombrado e incrédulo ante lo inédito y la dolorosa experiencia de una pandemia global que sólo le ofrece como herramienta de prevención, el control de la sanidad, las seguridades del confinamiento, el distanciamiento social, el frecuente lavado de manos con jabón, el uso de gel antibacterial, el empleo del cubrebocas como la fórmula a para evitar la propagación del virus, el contagio y la muerte.

Tenemos ante nosotros una realidad compleja en la que a veces no se cree o que se piensa producto de la fantasía o asociada a cuentos de conspiraciones, con mitos y sucesos más propios de las películas de acción que invaden el mercado o asumiendo la realidad de que no somos inmunes, sino que debemos cuidarnos.

Comprender que somos vulnerables y que requerimos de orden, de seguir recomendaciones, de tener prácticas y hábitos de higiene, de orden, de sistema de vida, es asumir la responsabilidad y derechos que tenemos, con nosotros y los otros. Portar correctamente el tapabocas, lavarnos con frecuencia las manos con agua o gel antibacterial, guardar la debida distancia, hoy día es proteger la vida.

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