Perritos en condición de calle

Autor Congresistas
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Tengo tres perritas, este mes Tanger cumple 10 años, y me viene a la memoria nuestro primer encuentro. Llegó a la veterinaria en una Kennel acompañada de su hermana, una pastor alemán robusta, traviesa y dominante que inmediatamente abandonó la jaula, ella permanencia adentro llorando, asomando apenas la nariz. Era pequeña, delgada y con la cara toda negra con un leve café como cejas, me vio y a la velocidad de la luz se colocó en mi regazo. Sentí que me había adoptado y desde ese momento nos acercamos para siempre. Hoy luce canas en el hocico, se roba la comida de sus hermanas, se enoja con perro que ve, pasea solemne por la calle, mira curiosa y magnifica a su derredor. Alza las orejas o las mueve como flechas de obsidiana. Está robusta y cada día se hace más protectora y cariñosa, imponente y sabia.

Se informa que en el país viven en condición de calle cerca de 25 millones de perritos. Ello implica la exposición de estos indefensos animales a múltiples peligros, sufrimientos y crueldades inimaginables. El abandono que padecen por la irresponsabilidad de quienes los adquieren mediante compra, venta y sin reflexionar de que se trata de seres vivos con necesidades alimentarias, salud, educación y afecto. A veces la principal causa de está tragedia que viven los animalitos que parece no tener fin, es la inconsciencia.

La conciencia del tiempo que se expresa en las tesis de filosofía de la historia de Benjamín26 no es fácil de clasificar. Es evidente que el concepto de «ahora» establece una peculiar conexión entre experiencias surrealistas y motivos de la mística judía. La idea de que el instante auténtico de una actualidad innovadora interrumpe el continuo de la historia y se sustrae al homogéneo discurrir de ésta, se nutre de ambas fuentes. La iluminación profana del shock, al igual que la unión mística con la aparición del Mesías, impone una detención, una cristalización del acontecer. (El discurso Filosófico de la Modernidad, Jurgen Habermas, Taurus Humanidades)

No cabe duda de que los sesenta y ocho años de reinado del emperador Francisco José (1848-1916) fueron una época de vital trascendencia e importancia para el futuro europeo, una época de suntuosa plenitud precursora del ocaso, hecho que explicaría la inabarcable bibliografía que este momento ha producido a posteriori. Pero ¿acaso no es también cierto que por encima de las, a veces, áridas y pragmáticas exposiciones históricas, del cúmulo de desastres políticos, batallas, revueltas y pérdidas territoriales, etc., prevalece la imagen de una realidad vista a través de los cuadros de Wilhelm Gause, una realidad en la que el brillo de los uniformes militares y las sedas de los atuendos femeninos o el imponente urbanismo de una ciudad entre lo majestuoso y el futurismo se ven envueltos en una melodía de fondo, obra de aquel que divirtió a toda la época, Johann Straus. (¡Abajo las armas!, Bertha Von Suttner, Edición Digital)

La colonia de libelistas franceses en Londres aprendió a vivir en las Grub Streets de ambas capitales. Muchos de ellos aprendieron lo elemental para calumniar en el submundo literario de París y emigraron para escapar del encierro, no sólo en la Bastilla, sino en lugares peores, como las sórdidas celdas de Bicêtre o el Fort l’Evêque, o las galeras de Marsella, después de ser marcados y exhibidos en la Place de Grève. Al llegar a Londres descubrían un mundo de folletos, opúsculos y periodismo panfletario sin cortapisas, en gran parte financiado por políticos que contrataban a escritores de poca monta para vilipendiar a sus rivales. Algunos de los expatriados comenzaron a hacer periodismo, particularmente como colaboradores en el Courrier de l’Europe, una revista bisemanal publicada en Londres y reimpresa en Boulogne-sur-Mer, que suministraba los reportes más completos acerca de la Revolución estadunidense y la política británica disponibles para los lectores franceses durante las décadas de 1770 y 1780. (El diablo en el agua bendita o el arte de la calumnia de Luis XIV a Napoleón, Roberto Darton, Editorial Fondo de Cultura Económica)

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