En la Cámara de Diputados tuvo lugar una jornada maratónica a favor del enfoque legislativo sobre los derechos de los animales y la penalización para quienes los maltraten. Las denuncias y las cifras estremecen, conmueve el abandono y la crueldad.
Se dio otra vez una sesión legislativa con una distinción que deriva de una visión diferente, que se concreta distinguiendo lo común y el peso de lo humano, señalando el dolor y rescatando a los débiles, reflejo en esa ley que aborda la calle, recupera y valora la vida, los sentimientos que sólo se puede dar rienda suelta en la libertad y por la sensibilidad de los integrantes de una Legislatura que se reconoce como de paridad y género, que además ha hecho de la comunicación con la gente lo suyo.
Quienes luchamos por los derechos humanos, la representación de ciudadanos de a pie por darle voz a los animales, no podíamos mirar indiferentes este suceso legislativo y dejar de capturar los colores y tonos de la historia. Sentimos que había un día, una hora, un momento para registrar, el matiz de las sesiones, el sentido de las propuestas, las discusiones de ley, en las que se destacan el parlamentarismo de las mujeres, diputadas y senadoras del Congreso de la Unión, entre las que priva el reconocimiento, respeto, incluso la emoción. Ellas deliberan, ellas difieren, ellas coinciden, acuerdan, respetan, se comprenden, construyen leyes de largo aliento y de solución a fondo.
Y para ello, entre las historias del día, destaca el testimonio emocionado que van dejando Dulce María Sauri (PRI), presidenta de la Mesa Directiva de la LXIV Legislatura y Dolores Padierna Luna (Morena), vicepresidenta de la Mesa Directiva, al despedirse para contender por la alcaldía de Álvaro Obregón. Ambas transmitieron la emoción de tres años de construcciones legales, de Presupuestos de Egresos de la Federación, de nombramientos a cargos federales, si bien no hay nada más abstracto que una ley, no hay nada más concreto que la norma justa y representativa que surge de la convivencia.
En el marco de una sesión en la modalidad semipresencial por los riesgos que ha venido presentado el COVID desde hace un año, con 444 votos a favor, uno en contra y cero abstenciones, se reformó el Código Penal Federal, en materia de delitos contra la vida e integridad de los animales e igualmente se establecieron las sanciones correspondientes.
En una sesión en la que dominó la preocupación ambiental en tanto debatieron dictámenes sobre el tema forestal, biodiversidad, agua y la sanción penal para quienes maltraten a los animales, brilló otra vez el humanismo en el último tramo las legisladoras y legisladores de la LXIV Legislatura con el proyecto de decreto por el que se reforma el artículo 419 Bis del Código Penal Federal.
*Por alta sensibilidad del tema que alcanza a la máxima Tribuna de la Nación, con satisfacción y reconocimiento en *Congresistas recogemos los posicionamientos de los diputados que intervinieron en el debate. Es de contar que correspondió a Mª del Pilar Ortega Martínez (PAN), fundamentar el dictamen en términos del art. 13, numeral 1, inciso b) del Reglamento para la Contingencia Sanitaria. Ortega Martínez contó la historia del dictamen de la Comisión de Justicia que es el primero de dos importantes reformas con el objetivo de integrar normas jurídicas para proteger el bienestar de los animales, de conductas como la explotación y el maltrato.
Ambas reformas postulan que la crueldad animal es un reflejo de la violencia que, ha permeado las bases más profundas de nuestra sociedad y que se refleja en un estudio del INEGI, como la Encuesta Nacional de Seguridad Pública Urbana 2016, que registró que en el país conviven 18 millones de perros, un 30% tiene dueño y 70% restante vaga en las calles debido al abandono como resultado reproducción de los mismos animales desamparados.
Este dato nos desnuda “México se posiciona a nivel mundial, en un penoso tercer lugar en crueldad hacia los animales y a la lista de crueldad integran otras más, las de Semarnat quien ha denunciado que 4,200 quejas de animales que han sufrido alguna especie de maltrato, de los cuales el 64% eran perros y el 18% gatos. Los resultados se calculan mayores desde un enfoque a nivel local y municipales, en donde, desafortunadamente no hay cifras consistentes y homogéneas que nos permitan dimensionar el problema con certeza empírica. Por ello, la importancia de proteger a los animales del maltrato y el sufrimiento”, agregó la legisladora.
La diputada refirió que los perros son sometidos a peleas consecutivas y son utilizados para criar cachorros, todo para obtener ganancias. Ilustra la experiencia cruda “con la vida de un perro peleador que llegó a producir más de 100 mil pesos de ganancias en un año, al ser alquilado como semental”. Y un mundo circular en el que estamos ante “la urgencia de sensibilizar a la población sobre la importancia de los animales y apartarnos de las condiciones que preceden a las peleas de perros o las apuestas de grandes cantidades de dinero que acompañan esta actividad”.
La legisladora pone en la mesa las necesidades: robustecer el marco normativo en aras de salvaguardar el adecuado bienestar de los animales. Legislar los tipos penales relacionados con la celebración de peleas de perros, combatir y castigar las peleas generando prohibiciones de conductas que colocan a los perros en una situación vulnerable, lo que afecta su supervivencia. Ortega Martínez recordó que las sanciones a las peleas de perros ya existen, sin embargo, persiste la crianza a fin de hacerlos participar en cualquier exhibición, espectáculo o actividad que involucre peleas entre dos o más perros, nos hablan de explotación.
Advierte sobre otra modalidad “que también se incluyan las peleas de un perro contra cualquier otro animal para fines recreativos, de entretenimiento o de cualquier otra índole. Los ajustes penales precisan la disposición para prever el caso de compra o venta de perros que tengan como fin involucrarlos en cualquier exhibición, espectáculo o actividad que implique una pelea entre dos o más perros o un perro contra cualquier otro animal. Además, el dictamen prevé sanciones a quien transmita, por cualquier medio electrónico, espectáculos que impliquen peleas de perros, pues el fin es inhibir la búsqueda de un lucro a partir de las peleas y su difusión, dicha disposición responde a la realidad, pues ya existen diversas herramientas electrónicas distintas a las tradicionales, para que un evento tenga un gran alcance y obtenga este lucro”.
“Se rompe el circulo o la espiral de la crueldad del abuso humano de los animales con las sanciones destinadas a actos que permiten incluso que menores presencien exhibiciones o espectáculos de peleas entre un perro contra cualquier otro animal e incluye la responsabilidad penal también, para quienes asistan como espectadores a cualquier exhibición, tal como estaba ya previsto en la disposición aludida en el Código Penal Federal”.
Vía telemática participa el Dip. Ulises García Soto, exaltó que la compasión hacia los animales se vincula a la bondad de carácter. También advirtió “que se puede afirmar, con seguridad, que quien es cruel con los animales, no puede ser buena persona”. Calificó a las peleas de perros como una práctica cruel y sádica. Advirtió sobre la delicada línea de frontera que revela que las peleas de animales están vinculadas con el crimen organizado.
En la exposición de ideas las más avanzadas del orbe como es la consideración de sintiente de los animales, lo que significa que son sensibles también a emociones como la alegría, la bondad, nobleza, lealtad gratitud, recuerdos, sufren, experimentan dolor, capacidad de sentir el estrés, la conciencia del tiempo, entre otras cosas. Ortega Martínez, comentó sobre diversas legislaciones a nivel internacional que han reconocido la necesidad de implementar marcos normativos que protejan el bienestar animal. Resaltó el Tratado de Lisboa, signado en 2007, que fue el antecedente inmediato del reconocimiento normativo de los animales como seres sintientes en Gran Bretaña, mediante la reforma de bienestar animal aprobada por al Parlamento Británico de 2019.
Resaltó que “lo trascendente de estas reformas consistió en el reconocimiento como ofensa criminal, el provocar sufrimiento innecesario en animales vertebrados y que las causas del maltrato animal pueden ser tan variadas como diversas, por lo cual, en el análisis de este problema social, creciente, el enfoque primario fue sancionar el resultado provocado por las conductas. Explicó que al menos 28 legislaciones estatales ya contemplan diversas sanciones penales para quien realicen algún tipo de maltrato animal. Sin embargo, como ocurre en el caso de diversos delitos, dichas tipificaciones son heterogéneas y presentan diversos problemas lógico-jurídicos, lo cual hace poco viable su aplicación.
Participante también en la sesión Zulma Espinoza Mata (PVEM), expresó que la lucha por la búsqueda y el reconocimiento de los derechos de todos los animales mediante la investigación científica, la educación, el trabajo legislativo y la concienciación de la sociedad, ha llevado a grandes avances en la materia, movidos por la sensibilidad y el respeto que merecen todos los seres vivientes. En el balance van significativas reformas, la creación de nuevas leyes, como la prohibición de los animales en los circos y la tipificación de las peleas de perros en el Código Penal Federal.
En las deliberaciones destacan asimismo las de naturaleza psicológica sobre el maltrato animal que se reconoce como un factor que predispone a la violencia social y, simultáneamente una consecuencia de esta, lo que se vincula a la cascada de violencia que nos va alcanzando a todos como individuos y como sociedad. Se va más allá cuando del análisis se desprende la consciencia de que la violencia animal “es un acto intencional que puede ser único o recurrente y psíquico, dirigido a dominar, controlar, agredir o lastimar a otros, la cual casi siempre es ejercida por las personas de mayor jerarquía, las que tienen el poder en una relación”.
Explica, desde tribuna, que la violencia “al ser ejercida contra animales, evidentemente se configura una relación desigual, donde el ser humano se encuentra superior en intelecto y poder. De ahí, tanto las implicaciones psicosociales como la violencia, como por la defensa de los más débiles, surge la necesidad de reforzar la legislación con el propósito de desincentivar estas prácticas a través de la imposición de penas privativas de libertad para los infractores”.
A la mirada y consciencia pública el penar que producen las personas causando dolor innecesario o estrés a los animales, desde la negligencia en los malos tratos hasta la falta de cuidados básicos, mutilación o muerte intencional.
En el debate de una sesión histórica se incorporan esas otras voces de los legisladores: Mónica Bautista Rodríguez, Nancy Claudia Reséndiz Hernández, Ana Ruth García Grande, René Juárez, Ruth Salinas Reyes, Eugenio Bueno Lozano.
Se pronuncian los distintos grupos parlamentarios a favor del decreto de ley, de cárcel para el abusador, pero también por el futuro de los animales y de quienes amamos a los animales, para los que dan su voz a los sin voz, denunciando el trato cruel y despiadado que sufren muchos animales por parte de sus propios dueños, lo que resulta en una fotografía cotidiana de animales abandonados en la vía pública que sufren maltrato, violencia y explotación.