El Secretario de Gobernación vs los casinos

Autor Congresistas
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El 12 de mayo de 2023, el Secretario de Gobernación afirmó que, por instrucciones del Presidente, durante la presente administración federal no se han otorgado licencias para casinos.

Mencionó que la administración de Fox otorgó 340 licencias, de las cuales 153 se entregaron cuando Santiago Creel fue Secretario de Gobernación, apuntando que este era la mayor cantidad de licencias otorgadas en la historia.

El tono del H. Secretario pareció reflejar una visión negativa sobre los casinos. El problema es que, en México vemos siempre hacia el pasado y nos falta mundo para comprender al mundo y a diversas industrias de las que se tienen prejuicios y no se entiende su relevancia e impacto económico.

Los casinos son un negocio espectacularmente bondadoso y lucrativo, siempre y cuando las inversiones sean las correctas y la regulación contenga los incentivos necesarios para atraer, conservar y acrecentar las inversiones. No hablaré de destinos exóticos como Macao, pero creo que conviene apuntar y reconocer algunos datos sobre los casinos en Las Vegas, Nevada.

De acuerdo con datos de la Nevada Resorts Association, en el año fiscal 2020, los impuestos que llegaron al fondo general del estado de Nevada fueron de $3.8 billones de dólares, de los cuales, la industria de la hospitalidad aportó el 35% y los impuestos al juego representaron 45.2% de ese total. Es decir, las industrias combinadas de la hotelería, restaurantes y casinos lograron casi la totalidad de la recaudación fiscal del estado de Nevada en el año mencionado.

Es momento de hacer a un lado los prejuicios por falta de mundo. Cualquiera que haya visitado Las Vegas en varias ocasiones puede ser testigo de que es una ciudad que brinda entretenimiento para todos los gustos y para todos los bolsillos. Los casinos NO son negocios malos ni inmorales. Los casinos son un centro de gravedad que amalgama diversas industrias: hotelería, restaurantes, entretenimiento, turismo, deportes profesionales e industrias de suministro y seguridad asociadas.

Sin los casinos en Reno y Las Vegas, el estado de Nevada y sus habitantes no podrían alcanzar el nivel de vida del que gozan hoy. Tenemos que destruir el mito y el miedo. Los casinos no operan libremente, sino que están regulados por la Nevada Gaming Commission y el Nevada Gaming Board. Estos cuerpos regulatorios supervisan la operación y funcionamiento de los casinos a través de las licencias. Asimismo, otras entidades gubernamentales supervisan sus operaciones en cuanto a seguridad, higiene, políticas de datos personales, medidas para controlar el lavado de dinero, etcétera.

Gracias a los casinos y sus industrias asociadas, Las Vegas puede celebrar y ser sede de eventos de clase mundial, corporativos, familiares, y un sinfín de etcéteras. Sus habitantes pueden disfrutar de deportes profesionales como el Hockey y el fútbol americano y su infraestructura, incluyendo el flujo aeroportuario, genera los impuestos suficientes para invertir en las prioridades necesarias para el desarrollo ordenado del estado de Nevada.

México tiene mucho potencial de desarrollo, pero los prejuicios y las ideas fundamentalistas religiosas nos han detenido. No podemos ser paladines de ¨moralidad¨ cuando nuestro tejido social está descompuesto. Sería mil veces mejor que nuestros jóvenes tuvieran empleos en la industria del entretenimiento, seguridad, construcción, restaurantes, casinos, y servicios lícitos en general, que seguirlos viendo entregarse al crimen organizado, sin que el estado mexicano reaccione eficazmente.

Nuestras ciudades de Puerto Vallarta, Cancún o Los Cabos, podrían beneficiarse enormemente si la legislación, la regulación y las entidades regulatorias permitieran la inversión extranjera en casinos, hotelería y entretenimiento como se hace en Las Vegas o Atlantic City. Las Vegas se construyó en un desierto y Puerto Vallarta, Cancún y Los Cabos son paraísos en sí mismos. Tenemos ventajas naturales para ayudar en la creación de empleos y desarrollo de nuestras vocaciones turísticas, pero las desaprovechamos por ignorancia y por engaños de una falsa moralidad, o simplemente porque nos falta mundo para conocer cómo funcionan estas industrias en lugares que las han sabido implementar con éxito.

México puede dar más que pueblos mágicos. México puede modernizarse y competir a nivel mundial. Falta el liderazgo legislativo y ejecutivo para lograrlo.

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